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El afamado científico le habría entregado a un mensajero en Tokyo dos notas de su puño y letra, días antes de ser galardonado con el premio Nobel de Física
21/03/2018 - 15:24hs

Una nota que Albert Einstein le dio a un mensajero en Tokio porque no tenía monedas para darle propina, en la que explicaba brevemente su teoría para tener una vida feliz, salió a luz tras 95 años y fueron vendidas por u$s1,5 millones en una subasta en Jerusalén.

La historia del texto es interesante. Corría el año 1992 y el físico nacido en Alemania, más famoso por su teoría de la relatividad, se encontraba de gira por Japón, ofreciendo conferencias.

Había sido informado recientemente de que iba a ser galardonado con el premio Nobel de Física y su fama, más allá de los círculos científicos, iba en aumento.

Un mensajero japonés llegó al Imperial Hotel de Tokio para entregarle a Einstein un mensaje. O bien el mensajero se negó a aceptar una propina, siguiendo las costumbres locales, o bien Einstein no tenía cambio para darle.

En cualquier caso, Einstein no quiso que el mensajero se fuera con las manos vacías, así que le escribió dos notas a mano en alemán, según el vendedor, familiar del mensajero. 

"Quizás si tienes suerte estas notas acaben siendo mucho más valiosas que una simple propina", le dijo Einstein al mensajero, según el vendedor, un residente en Hamburgo (Alemania) que deseó permanecer en el anonimato.

Una nota, escrita en un folio con el membrete del Imperial Hotel Tokyo, afirma que "una vida sencilla y tranquila aporta más alegría que la búsqueda del éxito en un desasosiego constante".

La otra, en una hoja de papel, dice simplemente: "Donde hay un deseo, hay un camino".

Resulta imposible saber si las notas eran una reflexión de Einstein acerca de su propia fama, dijo Roni Grosz, el archivista a cargo de la mayor colección de Einstein del mundo, en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Aunque las notas, hasta el momento desconocidas por los investigadores, carecen de valor científico, podrían arrojar algo de luz sobre los pensamientos íntimos del físico, cuyo nombre se convirtió en sinónimo de genio, según declaraciones de Grosz relevadas por la AFP.

"Lo que estamos haciendo aquí es pintar el retrato de Einstein -el hombre, el científico, su efecto en el mundo- a través de sus escritos", afirmó, y añadió: "Esto es una piedra del mosaico".

El alto precio que se pagó por las notas en la subasta sorprendió a los vendedores tanto como al resto del mundo. 

Su comprador permanece en el anonimato, aunque se asegura que se trató de una persona europea. Según se informó, las notas fueron vendidas por un sobrino del afortunado mensajero al que Einstein dio propina con ellas.