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Analistas afirman que la baja en los costos ayudará a mejorar la competitividad de industrias que, de otra manera, no podrían sobrevivir ante la apertura
01/11/2017 - 00:37hs

Los costos laborales en Argentina podrían bajar hasta un 35%, según cálculos de empresarios, si el Gobierno aplica en el mercado de trabajo reformas con las que busca atraer más inversiones para impulsar la economía.

Con el estímulo de la victoria que obtuvo en las elecciones legislativas de hace 10 días, el presidente Mauricio Macri buscará acentuar la apertura de la economía con cambios fiscales, financieros y laborales, entre otros.

El Gobierno ya anticipó que no realizará una reforma laboral uniforme, sino que pretende negociar cambios diferentes para cada sector de la economía, como ya hizo con el petróleo no convencional en algunas regiones de la Patagonia.

La flexibilización de las normas laborales, la reducción de los juicios por despidos o accidentes y una baja en los pagos que hacen las empresas por seguridad social son algunos de los reclamos del sector privado.

Para la industria alimenticia, los costos laborales podrían reducirse hasta un 25%. "Bajando desde las cargas sociales hasta los costos de las ART (aseguradoras de accidentes laborales), y reducir el ausentismo, que implica mayores costos por relevos", explicó Daniel Funes de Rioja, presidente de la cámara de empresas alimenticias (Copal).

El alto costo laboral de Argentina -que es superior al de su vecino Brasil- viene generando una merma en las inversiones y, ante los altos valores de muchos bienes locales, un desbalance en el comercio exterior, que arrastra un prolongado déficit.

En la industria alimenticia, la hora de trabajo de un empleado tiene un costo de u$s20 en Argentina, mientras que en Brasil es de entre u$s9 y u$s11, señaló Funes de Rioja.

Con un recorte en los pagos de seguridad social que abonan las empresas, los costos podrían llegar a bajar hasta un 35%, afirmó Ariel Schale, director de la Fundación Pro-Tejer, que agrupa a empresas textiles.

"Si pagás 100 pesos de bolsillo, un 50% adicional va para seguridad social. Las ART tienen condiciones altísimas, producto de la industria de litigiosidad laboral que se traslada al costo del trabajador", afirmó Schale.

Pero las opciones para reducir los costos laborales son difíciles de aplicar, coinciden los expertos. Por un lado, las rebajas impositivas son limitadas para un Gobierno que necesita reducir un déficit fiscal que cerrará en 4,2% este año, mientras que los cambios en los convenios de trabajo de cada sector son resistidos por muchos de los poderosos sindicatos que tiene Argentina."Sector por sector"

Macri presentó el lunes el plan de reformas que proyecta para impulsar la economía.

La paulatina apertura de la economía que impulsó Macri ha vuelto aún más complejo el panorama para muchas industrias que por sus altos costos no pueden competir con sus pares extranjeros.

En el distrito de Zárate, a menos de 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, siete de las 19 importantes empresas petroquímicas locales cerraron sus puertas desde el 2010, en gran parte por los altos costos, dijo Jorge de Zavaleta, director de la cámara sectorial Ciqyp.

Una fuente de la industria consideró que los costos del trabajo en el sector pueden reducirse entre 15% y 25%.

Para mejorar la competitividad, el Gobierno prevé negociar con los sindicatos de los sectores alimenticio, textil y logístico, entre otros, los cambios que permitan reducir costos y volver más eficiente la tarea de los trabajadores.

Muchos convenios laborales del país tienen una antigüedad de décadas y no están al día con los cambios tecnológicos, por lo que impiden que los trabajadores realicen distintas tareas, señalaron varios expertos.

"Tengo un calderista que atiende una caldera, nada más. Hace 30 años era algo complicado, pero ahora es solo un interruptor con 'ON' y 'OFF'. Sin embargo, ese empleado no hace otra tarea porque el convenio no lo deja", dijo el directivo de una importante firma petroquímica que pidió no ser identificado.

El temor de varios sindicalistas es que, con la excusa de reducir costos laborales, los empresarios busquen bajar sueldos y recortar beneficios de los trabajadores.

Pero muchos sindicatos no cuentan actualmente con el respaldo popular suficiente como para oponerse con vehemencia a las reformas, en particular tras la derrota en las últimas elecciones del peronismo en el que están enrolados.

"No estamos hablando de conceder, estamos hablando de poner actitud tanto los empresarios como los trabajadores. Los empresarios tienen que ganar un poco menos y tienen que invertir en máquinas", sostuvo Antonio Caló, secretario general de la vigorosa Unión Obrera Metalúrgica, uno de los sindicatos que hoy está más cerca del Gobierno.