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Cerrar la "grieta" salarial podrí­a subir el PBI hasta un 16%

Obtener salarios competitivos y también acceso a cargos ejecutivos, una batalla que sigue su curso para las mujeres en las empresas 
12/11/2017 - 14:01hs
Cerrar la "grieta" salarial podrí­a subir el PBI hasta un 16%

La desigualdad de género en perjuicio de la mujer sigue siendo un hecho, en el sueldo, en el ritmo de promoción y en las posibilidades de contratación. Esto, revelan estudios recientes, podría estar afectando el desempeño de toda la economía nacional.

"En la Argentina, la brecha salarial es del 27% y entre los que no han terminado el secundario, llega al 45%", comenta Helena Estrada, responsable del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer, que pertenece a la Secretaría de Emprendedores y Pymes del Ministerio de Producción de la Nación, en el panel Iniciativa de Paridad de Género del Foro de Recursos Humanos que organizó Mercer.

Además del imperativo moral, hay otra variable de peso en juego: la económica. "Si se lograra cerrar la brecha salarial, en la Argentina el PBI podría incrementarse en el corto plazo en un 16%," afirma Maria Teresa Villanueva, especialista en operaciones en la División de Género y Diversidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

"Aumentar el PBI equiparando los sueldos está en la línea de la pobreza cero", destaca en la misma tónica Estrada. Por su parte, Mercer está trabajando en conjunto con otras empresas y con Cippec para poner sobre la mesa políticas necesarias entre el sector privado y el público. "Para eso Cippec está tomando antes una foto de la brecha salarial argentina, que presentará a fines de octubre", cuenta Cecilia Giordano, directora de Mercer.

En este panorama, la iniciativa de paridad de género que impulsa el Foro Económico Mundial y a la que acaban de adherirse el Gobierno y varias empresas del sector privado, como YPF, Accenture y Avon, es una excelente noticia. "Busca empujar ese techo de cristal que existe y que toma diferentes formas", explica Cecilia Boufflet, periodista y moderadora del encuentro.

"Este famoso techo de cristal existe porque es invisible y ustedes son quienes tienen el poder de pintarlo para que se vea", precisa la funcionaria Estrada en alusión a las numerosas barreras al desarrollo de la mujer que hace falta identificar y visibilizar. La directiva del BID considera, por su lado, que sin el compromiso del sector público, en general más renuente a plegarse, no hay cambio posible.

"Nuestra industria no ha fomentado la llegada de mujeres a puestos altos", se sincera Miguel Gutiérrez, presidente de YPF. Para remediar esta situación a fines de 2015 incorporaron a una mujer al directorio y revieron los códigos internos de la compañía a la luz de la igualdad. "Para nosotros es importante sumarnos a esta iniciativa de paridad de género porque, al ser la empresa más grande de la Argentina, tenemos el rol de transformarnos en una compañía faro", observa a La Nación.

Según Giordano, si bien en el mundo se verifican casi igual cantidad de mujeres que de hombres en los estratos inferiores de las organizaciones, al llegar al nivel gerencial y directivo "se da una meseta." En los puestos altos y en la franja de salarios más elevados, las mujeres brillan por su ausencia. El Presidente de Accenture, Sergio Kaufman, equilibra la balanza. "En nuestra empresa, el 51% de gerentes son mujeres", destaca. Y agrega: "de los 8.500 empleados que tenemos en Argentina, 4.000 son mujeres".

"¿Qué podemos hacer en la práctica?" se pregunta Gutiérrez. Por lo pronto, "revisar los criterios no escritos que se usan para promocionar a los empleados", sugiere. Y hace especial hincapié en la necesidad de un cambio de mentalidad que se concreta, según él, con pequeños cambios y en el largo plazo.

"Si el CV no tiene nombre, se incrementa un 25% la posibilidad de que la mujer sea seleccionada," ejemplifica Villanueva como prueba de los sesgos inconscientes que prevalecen en las empresas. "La cúpula de las compañías tiene que plantearse metas concretas para dar lugar a un nuevo liderazgo en la mujer, trabajando en conjunto con el área de Capital Humano," enfatiza la representante del BID.

"El picadito del directorio de los sábados no es inocente porque deja excluida a las mujeres," reflexiona Kaufman. "¿Por qué no hacer en cambio partidos de volley?", recomienda.

Por su parte, Estrada defiende la flexibilidad horaria, dice que en Australia es la regla en ciertos círculos, y se pregunta: "¿Por qué las empresas organizan un after office a las 7 de la tarde cuando saben que el networking es crucial y que la mujer a esa hora suele volver a cuidar a los más chicos o a los mayores si los tiene a cargo?", según La Nación.

La iniciativa de paridad de género es una movida que se hace ineludible. "Tenemos sociedades añejas, nos estamos peleando por el talento y cada vez hay más mujeres universitarias que, de quedarse afuera, representan un capital desaprovechado," sentencia Giordano. De ahí que para incrementar el PBI, aumentar la fuerza laboral y mejorar el clima de trabajo -incluyendo aspectos como diversidad y resiliencia-, se hace indispensable que la mujer se sume en mayores números y mejores condiciones. En este cambio de paradigma hay, por supuesto, valores de realización y morales subyacentes, pero la variable que manda, una vez más, es la económica.