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El organismo monetario dirigido por Federico Sturzenegger le otorgará un "beneficio" a los bancos, que les permitirá tener más ganancias a estas entidades
21/11/2017 - 12:40hs

El Banco Central apuesta por generar una jugada en el sistema financiero para incentivar a los inversores a que "vuelvan" a apostar fuerte por los plazos fijos como mecanismo principal de ahorro, o al menos que no haya tanta diferencia de rentabilidad con las Lebac.

La misión de este "movimiento de fichas" impulsado por la entidad monetaria dirigida por Federico Sturzenegger se sustenta en, por un lado, darle una "mano" a los bancos al quitarles de encima la obligación que tenían desde el 2012 de subsidiar con una parte de sus ingresos a ciertos préstamos dirigidos a otros privados a tasas irrisorias para el mercado, pero, como contrapartida, pretende que les trasladen los mayores beneficios que obtendrán -como consecuencia de eliminarles ese "peso"- en mejorarles las ganancias a los depositantes. Es decir, que al menos les brinden una tasa positiva que le gane a la inflación.

Esta idea explica la medida anunciada por el BCRA a inicios de noviembre, en el que comunicó oficialmente que durante el 2018 se desarmará paulatinamente la "línea de financiamiento para la producción y la inclusión financiera", que fue implementada por el kirchnerismo hace cinco años atrás, para eliminarla por completo en diciembre de dicho año.

La misma exigía que los bancos destinen 18% del total de los depósitos del sector privado a subsidiar créditos productivos. Es decir, debían costear de "su bolsillo" estos préstamos a un año de plazo.

Estas líneas otorgadas fueron muy polémicas, ya que muchos de los beneficiarios fueron seleccionados por el Estado de manera poco clara y varios de ellos destinaron ese dinero para refinanciarse a bajo costo, y no lo dirigieron a su verdadera finalidad: incrementar y mejorar su cadena de producción.

Lo concreto es que las entidades bancarias, al tener la obligación del gobierno de turno de otorgar estos créditos subsidiados a otros privados, debían resignar un caudal importante de los pesos que ganaban en otros productos a estas líneas con tintes políticos.

"La consecuencia de estas erogaciones las terminaron pagando los ahorristas, ya que los bancos no tenían otro escape que destinar recursos a esos créditos especiales y como contrapeso debían pagarles menos renta a los depositantes en plazos fijos, sino no les cerraba todo el negocio", resume la situación una fuente del Banco Central consultada por iProfesional.

Por lo tanto, sobre la reciente medida oficial del organismo monetario de eliminar estos préstamos subsidiados, el experto concluye: "Es una vía para mejorar la tasa pasiva, que es la que se les paga a los depositantes, ya que se cree que ahora, con menos presión para subsidiar esas líneas especiales, las entidades utilizarán gran parte de ese dinero que les quedará disponible para premiar a sus clientes".

En conclusión, desde el BCRA se espera que mejoren las tasas de los plazos fijos, que hoy llegan a un techo del 22% anual para los períodos más cortos (30 días), y que sigue siendo negativas frente a la inflación que habrá en 2017 (estimada en 23% por los economistas), mientras el interés de referencia de la política monetaria y las Lebac se ubican varios puntos por encima, ya que llegan al 28,75% para los 35 días.

Claro, esta medida, según se sostiene desde el organismo conducido por Sturzenegger, debería comenzar a notarse durante el transcurso del año que viene, ya que será paulatino su desarme y, en consecuencia, no inmediata la eliminación de la cantidad de dinero que los bancos deberán prestar a tasa "barata".

Es decir, recién se evidenciará en toda su dimensión en 2019 si los bancos trasladaron sus mayores beneficios a mejorar las ganancias de los ahorristas en los plazos fijos, cuando ya esté desarmada por completa la iniciativa surgida durante el kirchnerismo y que pocos resultados han mostrado en función del enorme caudal de pesos que se ha volcado a la misma. De hecho, el saldo actual prestado con estas líneas subsidiadas representa unos $200.000 millones.

Desde el ámbito privado se coincidió también en lo poco productiva que fue esta iniciativa. De hecho, Gabriel Martino, presidente del HSBC, mencionó días atrás, en un evento con la prensa, que estaba de acuerdo con quitar estas líneas subsidiadas ya que no coincidía que "los privados subsidien a otros privados", de los cuales muchos utilizaron estos préstamos para financiarse "con unos 6 o 7 puntos porcentuales menos de lo que pedía el sistema al resto de los clientes", y que no se utilizaron para invertir en mejoras en la producción.

Al respecto, ya en agosto pasado Federico Sturzenegger les había adelantado a los ejecutivos que iba por este camino, durante un evento en la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que se concretó finalmente a inicios del actual mes.

"Entre los muchos cambios culturales por hacer, necesitamos desterrar de nuestro léxico de política económica este concepto de créditosubsidiado, cuyo único logro es mantener el sistema financiero en la postración", mencionó el presidente del BCRA hace más de tres meses atrás.

En consecuencia, a principios de noviembre, el Banco Central emitió un comunicado en el que estableció que "las normas sobre ‘Línea de financiamiento para la producción y la inclusión financiera' se aplicarán hasta diciembre de 2018".

De esta forma, el monto que los bancos deben destinar de sus depósitos a estas líneas de inversión productiva caerá mensualmente del actual 18% de las colocaciones, a 16,5% en enero del año que viene y caerá a 0% en diciembre de 2018, según la comunicación "A 6352", publicada el 3 del corriente.

También aclaró que contemplará el descuento de cheques de pago diferido, certificados de obra pública -o documento que lo reemplace-, facturas y pagarés a clientes que reúnan y justifiquen la condición de micro, pequeña y mediana empresa.-

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