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Leonardo da Vinci: entre la magia, el misterio y una operación de marketing

Un supuesto cuadro del artista italiano denominado Salvator Mundi se vendió durante una subasta en más de 450 millones de dólares
19/11/2017 - 16:22hs
Leonardo da Vinci: entre la magia, el misterio y una operación de marketing

Un nuevo enigma ha sobrevolado el imaginario colectivo de los amantes del arte durante las últimas semana: ¿cuánto cuesta un Da Vinci

¿Cuánto cuesta un “supuesto” Da Vinci en tabla de nogal de 45 x 65 centímetros? Desde el pasado 16 de noviembre esta pregunta sí tiene respuesta: 450,3 millones de dólares o, lo que es lo mismo, aproximadamente 382 millones de euros. 

Poco importa quién es Dmitry Rybolovlev (su expropietario) y cuánto costará su divorcio. Cada centímetro cuadrado de esta pintura está valorado en casi 128.000 euros. Si bien es cierto que no son pocos los que defienden que un cuadro vale lo que el comprador quiera pagar por él, no se pueden obviar las dudas vertidas sobre la autenticidad del “Salvator Mundi”, indicó el diario español ABC.

Un evento social

La subasta se ha transformado en un evento social a nivel internacional, desde un timelapse que muestra una restauración de dudosa objetividad pasando por una breve muestra en la sala Christie’s en el Rockefeller Center de Nueva York hasta un vídeo promocional de la subasta donde sorprende la presencia del ganador de un Oscar Leonardo Di Caprio y de Patty Smith, miembro del Salón de la Fama del Rock. 

Detrás de las cámaras figura Nadav Kander, autor del retrato de Donald Trump para el número especial de la revista Time: “Persona del año 2016”.

 Christie’s ha realizado también la campaña de marketing del siglo. Algunos eruditos como Martin Kemp actualizaron sus catálogos vincianos en 2011 incluyendo el “Salvator Mundi” entre las obras destacadas del maestro da Vinci, destacando el sfumato de la pintura como firma inequívoca de Leonardo, sin unanimidad de los doctos en el universo vinciano.

Curiosamente, en noviembre de ese mismo año la National Gallery de Londres presentaba la exhibición “Leonardo da Vinci: pintor en la Corte de Milán”.

El comisario artístico, Luke Syson, decidió exhibir el “Salvator Mundi” como una nueva obra redescubierta de Leonardo. Kemp defendió la autoría de Leonardo en el retrato de “La Bella Principessa”, obra que se autoatribuye el falsificador Shaun Greenhalgh.

Dos grandes puntos de inflexión en la historia del arte. Hablan los expertos Charles Nicholl apenas menciona una composición original de Leonardo en su obra, Frank Zöllner tiene serías dudas, Michael Daley (director de ArtWatch UK) no encuentra evidencias suficientes para decir que es un Leonardo y Carlo Pedretti, que considera que “se trata de una sofisticada operación de marketing que está rodando hacia fuera como un original de Leonardo”, fue vetado para acceder a la pintura tras la restauración.

Nicola Barbatelli, director científico del Museo delle Antiche Genti di Lucania, no cree que el sfumato sea prueba indiscutible: “No es suficiente el supuesto encanto de unos ojos de sueño y algunos agotadores intentos de emular la genialidad del sfumato de Leonardo para levantar una obra de calidad mediocre de los pantanos, donde gimen ciertos textos de seguidores laboriosos de Leonardo”.

Por si esto fuera poco, Barbatelli también posee un retrato atribuido a Leonardo da Vinci conocido como “Tavola Lucana”, que presidió la última reunión del G7 en Taormina. Las pruebas científicas realizadas sobre esta pintura (C-14, rayos X XRF, reflectografía infrarroja y análisis de la caligrafía y de las huellas dactilares) permiten acercar mucho más esta obra a Leonardo da Vinci que el “Salvator”, y está justificada en la obra de Domenico Romanelli de 1815 titulada “Napoli Antica e Moderna”. 

Nuevos enigmas

Las noticias sobre los nuevos enigmas que rodean a Leonardo surgen por doquier. Atrás quedan, de momento, las teorías de Edith Sherwood y el manuscrito Voynich o la enrevesada obsesión de Lynn Picknett, Clive Prince y Vittoria Haziel por defender la autoría de Leonardo en la Síndone de Turín.

La evolución actual de los jeroglíficos leonardianos pasa por convertir todo lo arcano en algo más tangible, cercano y consumible: el arte. Algo tangible que el espectador no solo pueda disfrutar, sino que alcance a entenderlo. Leonardo no debe pertenecer a una élite privada de eruditos, puesto que él mismo siempre se consideró un iletrado.

En 2019 se conmemora el quinto centenario de la muerte del polímata más famoso de la historia y todos sabemos que un museo sin público no es más que un almacén. Ahora surgen las apuestas. ¿Quién exhibirá el “Salvator Mundi” en 2019? Un nuevo enigma está en el aire.

Uno de los nuevos objetivos del Proyecto ADN Leonardo es tener la oportunidad de probar la pintura en busca de evidencia biológica que pudiera proporcionar información adicional sobre la posibilidad de que Leonardo la llegara a tener en sus manos. 

Como me apunta desde la Rockefeller University de Nueva York Jesse H. Ausubel, vicepresidente de la Richard Lounsbery Foundation y director del Proyecto Leonardo: “Si bien es cierto que la superficie de la pintura ha sido limpiada varias veces, los bordes o la trasera pueden contener evidencias biológicas”.

 Si el retrato del Cristo Salvador atribuido a Leonardo vale 450 millones de dólares, ¿qué precio pondría el Louvre a la “Gioconda”, cuya autenticidad no se discute gracias a los escritos de Antonio de Beatis, Giorgio Vasari, Cassiano dal Pozzo o Agostino Vespucci? 

Una obra de arte vale lo que el marchante quiera desembolsar por ella. A veces, incluso, sin saber muy bien qué se compra. Y es que, por sí solos, 450 millones de dólares no hacen de un cuadro un Leonardo. 

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