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"Si hay una tecnología disruptiva que está dando de qué hablar y revolucionará muchas más actividades en el futuro, esa es blockchain", señala Neffa
03/12/2017 - 16:14hs

"Si hay una tecnología disruptiva que está dando de qué hablar y revolucionará muchas más actividades en el futuro, esa es blockchain, aquella sobre la que se montó el bitcoin y las demás criptomonedas", señala a Clarín, Gustavo Neffa, Director de Research for Traders.

Hoy en día, y a la luz de la fuertísima suba del 74% en noviembre y nada menos que del 898% en el acumulado del año, el bitcoin se ha transformado en la estrella de todos los activos especulativos, y se maneja entre fanáticos y detractores. No hay términos medios: se tenga conocimiento o no, logra captar la atención de novatos y entendidos.

Es para unos el mercado bullish más evidente de las últimas décadas, o bien la mayor burbuja de la historia, dependiendo de a quién se lo consulte. Mi opinión es que es un poco de las dos cosas, pero una oportunidad aún importante para aquellos que todavía no se encuentran invertidos, que están dispuestos a asumir el riesgo y poseen el tiempo para dejar madurar la inversión.

Las transacciones de los usuarios en bitcoin, se almacenan en blockchain. Descentralización, globalidad y anonimato son tres características difíciles de reunir, y blockchain las posee, un lugar en donde miles de nodos de una red pueden interactuar y escribir códigos sin que haya un nodo central que les organice.

La tecnología blockchain permitirá reemplazar muchas cosas en el futuro: desde la tradicional “nube” de datos en manos de empresas, pasando por el fondeo de proyectos de la economía real, hasta la actividad comercial de muchas empresas que esquivarán a los bancos y sus comisiones abusivas y en forma instantánea prenderá la luz a miles y miles de kilómetros de distancia.

¿Qué moviliza la demanda de bitcoins y de las demás criptomonedas?, se pregunta Neffa.

Su aceptación masiva empuja el precio, es decir que la mayoría empieza a aceptarlo para realizar transacciones, que es lo que está pasando en Argentina. A su vez, cada vez más países la aceptan como moneda de curso legal, como fue el caso en Japón hace poco.

Pero también se enfrenta a la creciente demanda de hackers, narcotraficantes y dinero en negro en general, lo cual atenta con el objetivo de legalizarlo. Es todo un proceso, pero va en esa dirección, como fue el caso de la marihuana que en muchos países su legalización ya es una realidad.

La cantidad de personas que buscan “minar” o descubrir los códigos en la red a través de procesadores va en aumento. Además, la emisión está absolutamente controlada: hay un máximo de 21 millones de bitcoins (desde los 17 millones actuales) y no depende de ningún banco central, es decir que ningún político podrá hacer uso de la “maquinita” cuando quiera crear más.

Si a todo lo anterior le sumamos la especulación por la abundante liquidez, mercados accionarios alcistas con nuevos máximos históricos alcanzados en las últimas semanas para las acciones norteamericanas y argentinas, tendremos el combo perfecto para describir el mayor mercado alcista de los últimos tiempos que les pasó el trapo a todos los demás activos financieros, y con volúmenes al alza, lo que siempre nos da una idea de qué tanto es convalidado un precio más alto.

Cuanto más volumen para cualquier activo, mejor, y eso es lo que está pasando en el bitcoin. Vendrán tomas de ganancia pronto, pero no modificarán la tendencia actual de fondo.

¿A no quedarse afuera? Sí, pero solamente cuando se depuren las recientes subas de precios.

Un bitcoin se crea (minándolo) o se compra hecho. Cuando uno lo tiene, además de poder atesorarlo como reserva de valor o inversión especulativa, es posible utilizar un bitcoin para comprar muchos productos y servicios. Al hacerlo se lo puede fraccionar porque es divisible: admite nueve decimales así que las transacciones pequeñas no son un impedimento por más que su precio ya roce los 10.000 dólares.

¿Cómo se compran bitcoins? Antes que nada, hay que aclarar que el bitcoin no es un activo financiero. Para los reguladores es “propiedad”, no es una moneda sino un objeto. Y no se puede comprar en una cuenta de inversión tradicional.

En segundo lugar, hay que saber que se los compra en mercados (o exchanges), y se los deposita y conserva en una billetera virtual (o wallet).

Una alternativa para almacenar los bitcoins es dejarlos en la propia empresa que nos hizo la compra si es que ofrece la posibilidad de un monedero de bitcoins, pero también se lo puede custodiar en una bóveda especializada a tal fin, como es el caso de Xapo, el mayor custodio de bitcoins del mundo.

Como es un código alfanumérico único, también se lo puede tener en un papel escrito en nuestra casa o en una caja de seguridad, así de simple. Para un poco más de seguridad que tenerlo simplemente escrito en un papel, existen los aparatos llamados Trezor, donde se almacena el código digital del bitcoin con una medida de seguridad adicional, al estilo de un disco rígido externo.

Operativamente, es más barato comprarlo a través de una transferencia con una cuenta en el exterior, pero también se lo puede hacer domésticamente, aunque con comisiones elevadas a la hora de transferir el dinero de un banco a la cuenta personal.

A modo de ejemplo, Bitex es una empresa en la Argentina que lo hace, al igual que Satoshi Tango o Ripio: hay que abrir una cuenta en su sitio, dándose de alta por mail y luego adherir al servicio una cuenta bancaria local.

Hay que enviar una foto del DNI, escanear una factura o algún servicio a nombre del titular y presentar algún comprobante de ingresos para justificar el origen de los fondos, es decir que actúa como un filtro previo.

Luego, se debita el monto del banco y se paga con una transferencia en pesos. Cuando el monto transferido se acredita en la cuenta que se abrió, se acredita la cuenta de inversión y se realiza luego la compra del bitcoin o de cualquier criptomoneda en ese exchange o mercado.

Muchos bancos en el exterior ya habilitaron a sus clientes a comprar bitcoins través del home banking, lo que me hace acordar la burbuja de los chinos en el año 2007 comprando acciones desde cajeros automáticos.

La mayoría de las billeteras electrónicas ofrecen la posibilidad de usar la monedad directamente desde el celular para efectuar una compra.

La inminente reforma impositiva en Argentina permitirá incorporarlo como activo extranjero para tributar el 15% de las ganancias si es que se lo declara, porque hasta ahora no había obligación de hacerlo porque no estaba tipificado, lo que le da otro marco a la inversión a tener en cuenta.

"En síntesis, los bitcoins y el resto de las más de 800 criptomonedas llegaron para quedarse y con el condimento de su uso masivo y la especulación en los mercados. A tener cuidado con las posibles correcciones en el camino, aunque seguramente deparará muchas alegrías más para sus usuarios a largo plazo", concluye Neffa al matutino.

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