El GT86 es uno de los modelos más llamativos de Toyota.

Lejos de la formalidad del Camry, o del tradicional Corolla, el coupé ocupa un espacio diferente dentro de la gama de productos de la japonesa, y su renovación le da un aire aún más sofisticado.

La nueva versión del coupé de motor delantero y tracción trasera ha ido un paso más allá en cuanto a deportividad y sensaciones al volante gracias a su nuevo sistema de frenos  Brembo, el cual mejora la respuesta e incrementa el placer de conducción.

Se complementa con el motor bóxer de 147 kW y 200 CV.

Asociado a un sistema de tracción trasera, este propulsor puede elegirse con caja de cambios manual o transmisión automática, en ambos casos de seis velocidades.

En diseño, mantiene las líneas del modelo original, lanzado en 2012, pero ha visto reforzado su estética deportiva e impactante, con nuevos faros y pilotos LED, un capó más bajo y un paragolpes delantero diferente.

Además, la zona posterior incluye un nuevo alerón, de mayor tamaño, fabricado en aluminio ultraligero y pintado en color negro con las alas en el mismo tono que el resto de la carrocería.

Las variaciones a nivel mecánico mejoraron la suspensión y la amortiguación con el objetivo de aportar una mayor estabilidad y mejorar el confort de marcha, al tiempo que diversas medidas han permitido aumentar la rigidez de la carrocería y mejorar la aerodinámica.

Desde esta última renovación, el GT86 incorpora el modo Track (circuito), que permite disfrutar más de las sensaciones deportivas que transmite el vehículo al rebajar al mínimo la intervención de los sistemas electrónicos -control de estabilidad y control de la tracción-.

Además, la nueva pantalla de 4,2'' del cuadro de instrumentos ofrece información de las curvas de potencia y par y las fuerzas G. Y también es posible acceder a un cronómetro con el que tomar tiempos en circuito.