El
dólar vuelve a adquirir un
rol protagónico. Cada vez que se instala en el centro de la escena, como es sabido, genera todo tipo de polémicas.
Los funcionarios ya no esconden el hecho de que
permanecerá atrasado un buen tiempo, en el marco de
altas de interés en moneda local.
En el actual contexto, cualquier presión adicional sobre su cotización, aunque sea estacional, eleva la preocupación. También genera inquietud la
venta "
a mansalva"
de billetes verdes por parte del Tesoro
a cambio de pesos para el pago de sueldos, aguinaldos y vacaciones del sector público.
Para no hacer más olas en el
mercado (concretamente que su precio no se hunda), el ministro de Hacienda, Nicolás
Dujovne,
pactó que esos
dólares sean adquiridos en forma directa por el
Banco Central.
Se estima que el titular del Central, Federico
Sturzenegger, le
comprará un poco menos de lo que quería Dujovne. El
monto inicial conversado entre ambos era de entre
u$s5.000 millones y
u$s6.000 millones.
En algún momento se habló de que las necesidades de Hacienda eran de tal magnitud que tendría que vender una parte de los dólares directamente en el
mercado. Sin embargo, al analizar la situación del
mercado cambiario, finalmente decidieron "no innovar".
El
BCRA comprará los
billetes verdes que
necesita Dujovne sin que éste tenga que venderlos en el
Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
Como
contrapartida, y en forma simultánea, tendrá que
emitir una
importante cantidad de
pesos.
"Se va a
comprar en forma
directa justamente para no ejercer influencia sobre la cotización del dólar. La estrategia es deliberada: no se quiere influir", anticipa una fuente del
Banco Central.
Con este plan, los funcionarios tratan de
evitar que el
tipo de cambio se atrase aún más, a raíz del
aluvión de divisas estadounidenses que tendrá que
vender Dujovne.
Si bien lo hace en tramos (por ejemplo, la primera venta de Hacienda fue por u$s400 millones), con un
mercado tan "embuchado", de haberlos liquidado a través de la plaza cambiaria hubiese incrementado las presiones bajistas.
En busca del "piso" para el dólar
El
Banco Central ya había arrancado este año con su plan "silencioso" de
adquirir una gran
cantidad de dólares surgidos de la
emisión de deuda del Gobierno y de varias provincias.
La entidad argumentó que tal propósito se sustentaba en la necesidad de aumentar las
reservas y, de este modo, acercarse a los estándares de la región. Sin embargo, la mayoría de los operadores interpretó otra cosa: que subyacía la
estrategia de evitar que el
tipo de cambio real siguiera
cayendo.
En otras palabras, que el
BCRA apuntó a ponerle un
piso a la cotización por la vía de intervenir en el circuito cambiario. De hecho,
en lo que va del año ya le
adquirió al Tesoro más de
u$s15.000 millones provenientes de las colocaciones de títulos de Luis Caputo.
"Si el
Banco Central no hubiera comprado esa cantidad, la apreciación real probablemente sería aun mayor", afirma Miguel Kiguel, director de Econviews.
En noviembre, el
Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) se apreció un 2,8% mensual. Así, acumuló una seguidilla de
cuatro meses consecutivos de fortalecimiento frente a otras monedas, en particular contra el real brasileño.
Desde Econviews indican que el Central endureció su política monetaria luego de las elecciones primarias de agosto, momento en el que empezó a intervenir en el
mercado secundario de Lebac.
"Tras convalidar la suba de tasa en las licitaciones primarias y en la tasa de política, el
TCRM empezó a experimentar un
fortalecimiento", señalan.
Por lo pronto:
- En lo que va del
año, el
tipo de cambio real multilateral se apreció casi un
5%- Con respecto a
diciembre de 2015 (es decir, desde el fin de los controles cambiarios), la suba acumulada viene siendo del
14%"El fortalecimiento de la moneda, en términos reales, se da
a pesar de que el
Banco Central vino
adquiriendo dólares a un
ritmo muy fuerte en los últimos meses", remarca la consultora de Kiguel.
En esta oportunidad, la
compra cercana a
u$s5.000 millones al Tesoro puede actuar nuevamente como una suerte de
soporte para el precio de la divisa.
En el circuito mayorista, cotiza a $17,23. En tanto, en el
mercado siguen
reduciendo las
proyecciones sobre el
tipo de cambio a mediano plazo.
En la City hay consenso de que las
altas tasas de interés
en
moneda local (por lo menos hasta abril) seguirán incentivando el
ingreso de capitales para apostar a los activos en pesos.
Para el
billete verde, todo esto se traduce en una previsión clara: tendrá
mayores presiones a la baja.
En este marco, el hecho de que el
Central "
aspire"
los dólares que recibe el Tesoro
desinfla -aunque sea un poco- esa
influencia bajista.
En los
mercados de futuros, los contratos pactados para el
cierre de este año se vienen negociando a
$17,46. Es decir, los inversores prevén un alza nominal cercana a los 23 centavos hasta el cierre de este 2017.
La aspiradora de pesos, a full
Para el
Banco Central, la clave pasará por
retirar de la economía el
exceso de pesos que emitió para comprarle los dólares a Dujovne. O, en otras palabras, en controlar la emisión monetaria para que esos pesos no vayan a fogonear la inflación.
En
noviembre, la entidad comandada por Sturzenegger
logró
esterilizar $17,3 mil millones de los $28,2 mil millones requeridos por el sector público (
60%).
En tanto, por la compra de los
u$s5.000 millones, el banquero central
tendrá que emitir unos
$87.000 millones, según cálculos privados.
Eso presagia que el esfuerzo de esterilizarlos será mayor, con el
riesgo asociado a tener que incrementar (aún más) el
total de Lebac.
¿Cuánto títulos ya se han emitido? Actualmente, ese
stock alcanza la friolera de
1,16 billones de pesos.
Esa cifra, en
términos comparativos, representa nada menos que el
132% de la
base monetaria.
Esta operatoria de
retirar pesos del circuito por la vía de
emitir Lebac le genera otro dolor de cabeza al Central: el llamado
déficit cuasifiscal, que es la
deuda en la que incurre por los
intereses que debe abonar para que el
mercado le compre esos títulos.
Desde el
Banco Central, los funcionarios
se cubren ante las
críticas que llegan por esas cifras tan impactantes.
Su vicepresidente segundo, Demian Reidel, afirma que el
incremento del pasivo de la entidad (Lebac y pases) tiene como
contrapartida el aumento del activo (
reservas).
"¿Cuánto se elevó el stock de Lebac y pases no respaldado por
reservas?: cero", enfatiza Reidel para acallar las críticas.
Surge, además, otro dato revelador: el
plazo promedio para proceder al
retiro de la "parva" de
pesos emitidos (para adquirir dólares), fue menor a los
dos días.
En concreto, hubo
18 operaciones de compra de billetes al Tesoro por un total de
$239.900 millones en los primeros diez meses del año.
En otras palabras, toda la
moneda local emitida regresa rápidamente, para así evitar un impacto inflacionario.
No todos concuerdan con Reidel. Desde
Balanz Capital afirman que la
lucha contra el
índice de precios está dejando como
daño colateral un importante
deterioro del balance del
BCRA.
Sostienen que desde fines de 2016, el
patrimonio de la entidad se redujo de u$s8.793 millones a
u$s3.523 millones.
"El
pasivo se compone principalmente por
instrumentos en pesos (base monetaria y Lebac, en su mayoría) mientras que
el activo se conforma, en buena medida, por
instrumentos en dólares", recuerdan.
Indican también que "
este descalce" hace que una (eventual)
devaluación mejore contablemente el
patrimonio del
BCRA.
"Si el ano cierra con un
tipo de cambio en $18, el patrimonio escalaría a u$s4.790 millones, borrando parte de la pérdida observada durante 2017", apuntan desde Balanz.
De todas formas, la
apuesta del BCRA es que el
año próximo el Gobierno
emita menos bonos en el exterior en
dólares, tal como promete Caputo.
Si así fuera, es decir,
si ingresaran menos billetes verdes por la vía del endeudamiento, el
BCRA tendrá menos presiones para comprarlos en forma directa. Por consiguiente, su stock de Lebac no aumentaría a igual ritmo al que lo hizo.
"Para el Central, un tema clave pasa por hacer
sintonía fina entre ponerle un
piso al dólar y
aumentar sus pasivos remunerados", afirma el gerente de un
banco privado.
"También -añade la fuente- hay que reconocerle el hecho de que
está solo en esta jugada y tiene por delante el desafío de desactivar la bola de Lebac sin profundizar el atraso cambiario".
Este banquero, por ahora, no prende las alarmas ante el incremento significativo en la cantidad de estos títulos, aunque advierte que todo tiene un límite.
"El
ritmo con el que está creciendo el stock de
Lebac
no será sostenible. Es claro que debería ir acomodándose a la baja, en la medida en que se pueda ir bajando la inflación", concluye.