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El presidente Temer afirmó que la inyección de capital de la estadounidense es positiva, pero se mostró en contra de la transferencia de control accionario
23/12/2017 - 01:33hs

La fusión entre la estadounidense Boeing y Embraer enfrentaría los intereses estratégicos del Estado brasileño, decidido a conservar su poder de veto en una compañía que fabrica aviones tanto civiles como militares.

La advertencia vino del propio presidente Michel Temer, considerado sin embargo un amigo de los mercados: "Bienvenida la inyección de capital extranjero, (pero) no se examina la cuestión de la transferencia" del control accionario, afirmó en un encuentro con periodistas en Brasilia.

"No estamos pensando en una transferencia de control", insistió, tras el anuncio hecho la víspera de que Boeing y Embraer negociaban una alianza. Según el Wall Street Journal, se trataría de una fusión mediante la absorción accionaria del grupo brasileño, tercer fabricante mundial de aviones, por el gigante estadounidense.

En un comunicado conjunto, ambas compañías precisaron que "no hay garantía de que esas discusiones concluyan en alguna transacción", dado que ésta dependerá ante todo de la aprobación del gobierno brasileño y de las entidades reguladoras.

Cuestión de soberanía nacional Embraer, nacida como grupo estatal en 1969, fue privatizada en 1994, pero el Estado conservó una "golden share" ("acción de oro") que le permite intervenir en cuestiones estratégicas. El grupo llegó a convertirse en líder en el segmento de aparatos de hasta 150 asientos. Entrega anualmente unos 200 aviones, entre jets comerciales y ejecutivos.

Posee además un sector de defensa, con modelos como el A-29 Super Tucano para misiones de ataque ligero y entrenamiento avanzado y el KC-390 de transporte de tropas, que debe llegar al mercado en 2018.

"La transferencia de su control accionario contraría los intereses de la soberanía nacional", apuntó el ministro de Defensa, Raul Jungmann, que se hallaba en el encuentro de Temer con la prensa.

El Sindicato de los Metalúrgicos "repudió" la eventual fusión. "Embraer es estratégica para el país y no puede venderse al capital extranjero. Exigimos que el gobierno federal vete la venta y vuelva a estatizar Embraer, para preservar y restituir este patrimonio nacional", indicó un comunicado del gremio.

Un mercado en plena mutación Estas negociaciones responderían al reciente acercamiento entre el europeo Airbus, competidor directo de Boeing, y el canadiense Bombardier, que disputa segmentos de mercado similares a los de Embraer.

Embraer, que prevé un 2018 con dificultades, "busca un paraguas financiero para protegerse de nuevos competidores", entre ellos de China y Japón, en el segmento de los aparatos de 120 a 150 pasajeros, afirmó el analista de cuestiones militares Nelson Düring, director del portal DefesaNet.

El especialista desestimó sin embargo el impacto de una fusión en cuestiones de soberanía.

"El eje de gravedad de Embraer ya está en Estados Unidos", sostiene, haciendo notar que tanto la fabricación de aviones ejecutivos como militares (Super Tucano) tienen líneas de producción tanto en Brasil como en Miami.

Embraer sostiene en cambio que su eje de acción sigue estando en Brasil, dado que la totalidad de sus aeronaves comerciales –que representan el 60% de su facturación– se halla en Sao José dos Campos, en el estado de Sao Paulo.

Un tema envenenado en un año electoral Embraer es una empresa privada y entre sus principales accionistas hay fondos de pensión extranjeros, pero los brasileños la siguen percibiendo como una empresa nacional emblemática y el tema puede convertirse en un asunto explosivo para el gobierno en 2018, un año electoral.

En 2006, el presidente izquierdista Lula da Silva fue reelecto tras una campaña que se le presentaba negativamente pero en la que consiguió poner a la defensiva a su adversario socialdemócrata Geraldo Alckmin, acusándolo de querer privatizar Petrobras.

Las advertencias de Temer y Jungmann no desanimaron en todo caso demasiado a los inversores, dado que la acción de Embraer, tras una mañana con fuertes oscilaciones, se estabilizaba a media tarde con ganancias en torno al 2% para acabar cerrando con una caída del 1,44%. El día anterior, los papeles de la compañía registraron una impresionante subida del 25,5% en la Bolsa de Sao Paulo.