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Siempre es una referencia saber el nivel de cobertura de los pesos en circulación. Pero con reservas en niveles récord, no hay para todos
18/01/2018 - 14:25hs

Días atrás el nivel de las reservas del BCRA habían alcanzado una paridad de $19 con respecto a la base monetaria. Es decir que toda la emisión de pesos primaria (el circulante en poder del público más el que tienen los bancos, más los encajes bancarios) tenían respaldo en las reservas a un tipo de cambio de $19.

Fue luego del "recálculo" de las metas de inflación con el consiguiente impacto que acusó el dólar en el mercado mayorista y minorista. Si bien, lejos quedó en el tiempo el esquema de convertibilidad aún para los más románticos sigue siendo una referencia saber cuál es el respaldo de los pesos emitidos por el BCRA, no solo para asistir al Tesoro sino para satisfacer la demanda de dinero.

El 31 de diciembre de 2015 el Gobierno de Cambiemos tenía reservas por u$s25.563 y la base ascendía a $623.890 millones, por lo que el tipo de cambio "de cobertura" era de $24,41 cuando el dólar cotizaba en el mercado por debajo de $13.

Un año después, bajo metas de inflación, flotación cambiaria y recomposición de las reservas el BCRA tenía un stock de u$s39.308 millones y un nivel de base monetaria de $821.664 millones, así el tipo de cobertura era inferior a $21 (el dólar cotizaba cerca de $16). Luego en 2017 se termina con reservas por u$s55.055 millones y un tipo de cambio convertible de $18,2.

Así se transitó el inicio de 2018 con este nivel de reservas y una base de $1.026.787 millones. De esta manera el dólar cobertura era de $18,66 (el billete cotizaba por encima de los $19). Ahora gracias al ingreso de las divisas provenientes de la última emisión de deuda (u$s9.000 millones), las reservas alcanzaron un nuevo récord histórico cercanas a los u$s64.000 millones.

El último dato oficial del 11 de enero muestra un stock de reservas de u$s63.906 millones y una base monetaria de $1.032.955 millones por lo que el dólar cobertura bajó a menos de $16,2. Es decir que mejoró más de un 13% por la inyección a las reservas y el mantenimiento, o más bien, la desaceleración de la expansión monetaria que comenzó luego de octubre pasado.

Más allá de lo irrelevante que resulte el dato para el análisis macro, lo cierto es que la recomposición de las reservas no solo constituye un mayor poder de fuego para el BCRA por motivos precautorios, sino que brinda una señal de respaldo para la gula monetaria provocada por el apetito fiscal, principalmente para los que apostaron al carry-trade (tenedores de Lebac).

O sea, la deuda del BCRA tendría su correlato en las reservas al actual tipo de cambio. Pero el problema es que a la hora de los cisnes negros o cualquier shock interno o externo, no solo los tenedores de Lebac irán por los dólares del BCRA. Sino que también los tenedores de pesos, en sus diversas formas (billetes, depósitos, etc.) son una demanda potencial de divisas. A estos se suman, según Ambito, los más de u$s10.000 millones que se necesitan para cubrir el gasto del turismo en el exterior y las compras de autos importados.

En pocas palabras, las reservas han crecido, pero no hay para todos. De ahí que tener "garantizado" un flujo externo de divisas ante la magra perfomance exportadora, viabiliza, por un tiempo, satisfacer estas demandas real y potencial de divisas. Por ello desactivar la mina subterránea de las Lebac descomprimirá bastante el panorama.

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