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El artista chaqueño cree que la falta de reglas claras ha perjudicado al mercado local frente a otros como el brasileño y el colombiano
13/02/2018 - 16:29hs

El artista Milo Lockett, nacido en 1967 en Chaco, hoy desarrolla y vende su arte a todo el mundo desde una galería en el barrio porteño de Palermo. 

Lockett saltó de la industria textil al mundo artístico en plena crisis de 2001 y se ha convertido en uno de los creadores más conocidos por el gran público. Él sostiene que "el concepto del artista escondido es de otra época, de hace 50 años" y opta por un contacto cercano con el público a través de espectáculos de pintura en vivo y charlas.

El artista plástico, conversó recientemente con el diario El País y celebró que el gobierno argentino haya facilitado recientemente las operaciones de exportación de obras de arte, pero cree que debe crecer también el mercado interno.

"Hay artistas buenísimos. Lo que nos falta es comunicación, encuentro, armar ese famoso mercado que no existe. ¿Cómo te va a comprar la gente si no te encuentra?", se preguntó sobre el mercado doméstico. 

Consideró que en el país debe haber unos 10.000 artistas mientras que los compradores serán unos 200. "Es un problema serio si tenemos que esperar que nos compren solo los coleccionistas. Mi mercado es el público en general", expresó.

También se refirió a que las facilidades para exportar obras generarán una mayor cantidad de posibilidades para artistas argentinos en el exterior, algo que hasta ahora era muy difícil por la cantidad de trámites y trabas que se imponían.

Por eso es que, según Lockett, los locales perdieron terreno frente a los artistas de mercados como el brasileño y el colombiano: "Esos países tienen las reglas más claras. ¿Quién va a venir a comprar arte a Argentina si no puede sacarlo? Me pasó en noviembre con coleccionistas rusos. Quieren llevarse cuadros grandes, pero después el flete, la aduana, el trámite, no hay nada que lo facilite para que salgan".

"Si yo quiero exponer en Suiza tengo que ir a trabajar a Suiza, para exponer en Barcelona voy y trabajo en Barcelona porque es más fácil eso que sacar la obra de mi país. En Uruguay tengo más de 200 cuadros que hoy para traerlos necesito hacer una importación, es ridículo, qué se queden ahí, ¿cómo no voy a poder circular con mi trabajo?", expresó. 

Indicó entonces que las reglas en la Argentina van "siempre al revés del mundo".

"Acá se cotiza en dólares, cuando durante años no se pudieron comprar dólares. Vivimos mucho de la apariencia. Los argentinos queremos ser París, decimos que Buenos Aires es la París de Sudamérica y no. Argentina está en el culo del mundo y es Argentina, un país más de Latinoamérica. Si fuéramos como Europa no tendríamos problema en exportar obras de arte", le dijo al matutino.

Recordó además porqué se cerró la exportación en 2001 porque "se robaba mucho patrimonio" y se endurecieron las leyes. "Yo estoy de acuerdo en que no salga una obra de 1800, pero otra cosa es un artista de 20 años que quiere vender en Chile, en Paraguay, o que tiene un amigo en España que le puede organizar una muestra", opinó al respecto.

"Yo me moví un poco más, pero no puedes hacer una carrera afuera porque no tenés constancia. ¿Cómo vas a hacer una carrera fuera si no sabés si vas a pasar la aduana?", continuó el artista.

Recordó también otra anécdota que le ocurrió en un país vecino: "En la última muestra en Uruguay para la que exporté, en 2011, me pidieron obra en la aduana. Tenía un paquete de 80 cuadros y resulta que a uno de los capos le gustó algo y dijo: 'Me quedo con este cuadro'. No, no te quedás, ¿cómo te vas a quedar? Entonces si te negás, tu expediente, pagando los impuestos y todo, lo ponen a lo último y mis cuadros en vez de estar 20 días antes estaban el día antes de la muestra".

Lockett admitió que muchas veces llevó cuadros al exterior en su equipaje: "Es loco, porque no puedo sacar nada legalmente pero lo saco en una valija y nadie me pregunta qué llevo. Argentina es muy especial. Estamos llenos de leyes, pero no cumplimos ninguna".

Por último, se mostró optimista de que el actual gobierno de Mauricio Macri pueda resolver esta situación irregular para el mercado del arte, aunque no en el futuro próximo.

"Nos tenemos que hacer muchas preguntas, dejar de ser tan hipócritas, mirarnos al espejo y ser sinceros. Y tenemos que aprovechar si cambian las reglas para movernos. Pero no sólo fuera, el arte también se tiene que mover en Argentina, que es el gran problema nuestro. No vendemos acá y queremos vender en Shanghai. No me conoce nadie acá y me quiero ir a Nueva York. Nuestra cultura es esa. Acá la gente lo quiere todo en un año, en cuatro meses, pasar de mendigo a millonario", cerró.