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¿Cajas provinciales a cambio de votos en el Congreso?: lógica de la billetera vuelve a dominar la negociación polí­tica

Faltan pocos días para que vuelva la actividad y tanto el oficialismo como la oposición buscan delinear sus estrategias. El peronismo trata de unirse
14/02/2018 - 23:06hs
¿Cajas provinciales a cambio de votos en el Congreso?: lógica de la billetera vuelve a dominar la negociación polí­tica

A tan solo dos semanas de que se inicie el nuevo período legislativo, oficialismo y oposición están terminando de definir sus estrategias de cara a un año que tendrá un comienzo plagado de polémicas.

Esto, en un contexto en el que la denominada reforma previsional y el ambicioso DNU -tendiente a desburocratizar el Estado- produjeron una fuerte caída en la imagen presidencial que inquieta a la Casa Rosada.

Además, algunos de los mandatarios provinciales que firmaron el pacto fiscal para reducir el déficit han comenzado a mostrar sus dudas sobre ese documento.

Desde fines del año pasado, y con la vuelta de Cristina Kirchner al Senado, parte del peronismo intenta unificarse para ganar fuerzas y "voltear" la mayor cantidad de leyes posibles que impulsa el macrismo.

Por lo pronto, la oposición logró frenar el tratamiento del mencionado DNU. En su lugar, el bloque de Cambiemos anunció que se presentarán tres proyectos de ley para tratar los temas contenidos en el decreto.

Si bien el interbloque de Cambiemos pudo aumentar su representación a 108 diputados (sobre un total de 257) y a 25 senadores (sobre 72), está en inferioridad numérica para imponer su agenda, que incluye la futura reforma laboral y electoral.

Esto lo obliga a capturar votos en sectores del peronismo "dialoguista". En especial, entre legisladores que responden a los gobernadores que han optado por adherir al pacto fiscal (que los obliga a reducir el déficit) para así hacerse de fondos frescos.

No todos están en la misma situación. Habrá que ir viendo, caso por caso, cómo se van desarrollando las negociaciones ya que el panorama económico y financiero de cada territorio es distinto.

Además, algunas provincias tienen cajas jubilatorias propias y, por ley, deben recibir compensaciones de la Nación por no haber transferido sus sistemas.

Por cierto, los aportes y recursos para cubrir los déficits han sido motivo de fuertes tironeos entre gobernadores y funcionarios del Gobierno nacional.

El Ejecutivo ya anticipó que aquellas provincias que al 30 de junio no hayan aportado los datos necesarios para calcular costos, dejarán de recibir los anticipos de compensación previsional.

El PJ, por caso, logró establecer que deben girarse fondos para cubrir los rojos. De todas maneras, para lograr el beneficio, las jurisdicciones están obligadas al cumplimiento de ciertas metas, y no todas están en condiciones de lograrlo.

La estrategia oficial

En el retiro espiritual con funcionarios en Chapadmalal, Macri pedirá a sus ministros -Rogelio Frigerio y Nicolás Dujovne- que "bajen línea" a los gobernadores a fin de asegurarse la aprobación del pacto fiscal, a través del aval de los legisladores que responden a ellos.

Según fuentes consultadas por iProfesional, el plan oficial contempla el "no mostrar preferencia por ninguna provincia y reforzar la idea de que quienes incumplen no recibirán el dinero suficiente".

Si bien los gobernadores aún no sintieron con fuerza el recorte (porque la Coparticipación Federal creció 9,5% en términos reales en enero), para hacerse de fondos tendrán que informar cómo es la situación de sus cajas previsionales.

A la fecha, 13 de las 23 jurisdicciones que ratificaron el pacto fiscal lo avalaron localmente y están siendo compensadas con transferencias extraordinarias, mientras también opera la derogación del artículo 104 de la Ley de Ganancias.

Además, el ministro Dujovne advirtió que este año Macri dispone de unos $130.000 millones para girar a las provincias, entre gastos corrientes y de capital.

Con todo, para determinar cuáles serán sus próximos pasos en la mesa de negociación, los gobernadores esperan que María Eugenia Vidal retire la causa referida al Fondo del Conurbano, en la que hay en juego más de $60.000 millones.

Precisamente, esta promesa de la mandataria fue la llave para "abrochar" el acuerdo fiscal del 16 de noviembre.

Una vez que esto ocurra, el resto de los gobernadores dejarán sin efecto las más de 40 demandas de las provincias por fondos federales contra la Nación por una cifra que supera los $500.000 millones.

Para compensarlos, la Casa Rosada emitirá un bono destinado a los que hayan renunciado a sus reclamos.

El plan de Macri apunta a tener todas estas situaciones controladas al cierre del primer semestre. A partir de allí, nacerá otra instancia de negociación, en la que se distinguirá aquellas provincias que cumplieron con los pedidos de las que no lo hicieron.

Con respecto a las cajas previsionales, según la AFIP hay cuatro mandatarios que aún no enviaron la información requerida: la oficialista Buenos Aires y las opositoras Tierra del Fuego, Santa Cruz y Misiones.

Por el momento, el macrismo sabe que cuenta con el apoyo explícito de un solo gobernador opositor, el salteño Juan Manuel Urtubey.

En segundo lugar aparece el cordobés Juan Schiaretti, quien considera que el ciclo de Cristina Kirchner está "agotado como conducción política".

También ratifican esa línea:

- El entrerriano Gustavo Bordet

- El tucumano Juan Manzur

- Rosana Bertone, de Tierra del Fuego

- Carlos Verna, de La Pampa

- El riojano Sergio Casas

- El sanjuanino Sergio Uñac

- El chaqueño Domingo Peppo.

Ellos plantean sus dudas ante los pedidos del Ejecutivo pero saben que no pueden dejar de depender de él. Allí es donde se encontrará la nueva instancia negociadora.

La búsqueda de unión peronista

Un sector del peronismo, en especial el que se encuentra alineado con la expresidenta Cristina Kirchner, está abocado a mancomunar a los distintos sectores para trabar la agenda política y electoral del macrismo.

En este marco, referentes peronistas, kirchneristas y massistas mantienen reuniones para explorar estrategias y delinear cómo se debe enfrentar el año parlamentario (también las presidenciales de 2019).

Algunos quieren que Cristina sea la que tome el liderazgo opositor en el Congreso, pero muchos se resisten.

El peronismo porteño, con su presidente Víctor Santa María y el ex jefe de gabinete de Néstor y Cristina Kirchner, Alberto Fernández, participa de los encuentros.

También se han sumado los dirigentes kirchneristas Agustín Rossi y Daniel Filmus, por el randazzismo Fernando "Chino" Navarro y referentes del Frente Renovador (Felipe Solá y Daniel Arroyo).

La postura tomada por el massismo no está del todo clara. Mientras algunos buscan la unidad peronista, otros, como la diputada Graciela Camaño, se manifiestan absolutamente en contra de esta jugada.

Al respecto, la legisladora expresó: "Hace tres meses hubo una elección y lo que menos espera la gente de nosotros es que nos estemos juntando para ver cómo hacemos para la próxima, o que estemos autopromoviendo candidaturas".

Sobre una posible unificación, Camaño afirmó: "No puede existir un concepto tan abstracto como la unidad". En su visión, "en una Argentina que camina cada vez más hacia un subdesarrollo y una ‘africanización', los dirigentes políticos tienen que esforzarse para conseguir soluciones".

Por el contrario, para Agustín Rossi "el único que se beneficia con la dispersión del partido es el presidente Macri".

"Tenemos que construir una alternativa que pueda darle representación política electoral al 60% de la Argentina que en la última elección no votó a Cambiemos y que hoy seguramente serán muchos más", añadió.

Felipe Solá reconoce que la expresidenta es la opositora que obtuvo más sufragios en las últimas legislativas, pero advierte que tiene un techo bajo.

Más allá de desalentar la construcción de la unidad del peronismo bajo la conducción de la actual senadora, exhortó a la dirigencia opositora a deponer la "crítica furibunda" hacia el anterior Gobierno.

Así de agitadas están las aguas políticas: un macrismo que busca imponer una ambiciosa agenda en el Congreso y, del otro lado, un frente opositor amplio pero sin un único timonel.

En el medio, la billetera oficial capaz de llevar algo de oxígeno a las exhaustas arcas provinciales.