El Presidente recibirá este martes a las 16 en la Casa Rosada al titular del Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, y enviará así una fuerte señal a la interna sindical, en pleno conflicto con Hugo Moyano.

La cita prevista para las 16 será la primera reunión del año en la que el mandatario recibe a un sindicalista en Casa de Gobierno. Desde los cortocircuitos con la CGT, Macri dejó de recibir a los gremialistas la Rosada como en la Quinta de Olivos.

La reunión tendrá lugar un día antes de la marcha del 21F, convocada por el camionero para este miércoles a las 15, y ocurrirá en medio de los intensos esfuerzos del Gobierno por aislar a Moyano de los gremios de la CGT, entre ellos el petrolero.

Pereryra encabeza el ranking de sindicalistas "friendly". El neuquino se ganó la simpatía del macrismo con la firma el año pasado del acuerdo de Vaca Muerta, el primer entendimiento en el que un gremio aceptó la propuesta oficial de resignar beneficios laborales a cambio de inversiones.

Justamente, ese convenio será uno de los temas de la cita. "La reunión es a agenda abierta y entre otras cosas busca evaluar las acciones llevadas adelante para el desarrollo de la actividad en la cuenca neuquina", señaló el dirigente sindical en un comunicado.

La última reunión del senador neuquino con Macri fue en mayo pasado y giró en torno a la aplicación del convenio de Vaca Muerta firmado por el Gobierno, con la provincia, las operadoras y los sindicatos de sector hidrocarburífero de la cuenca neuquina.

Desde entonces no todo fue color de rosa. El 26 de enero pasado, el gremio denunció nuevos despidos en contratistas de YPF en Neuquén y le pidió audiencia "urgente" al ministro de trabajo Jorge Triaca, en medio de sus vacaciones por el escándalo con su casera.

Según el documento enviado a la cartera laboral al que accedió iProfesional, "los despidos sin causa se realizan a pedido de la principal YPF S.A, la cual solicita reducciones de personal y de costos" en Petrogras y Madalena Energy, y esa decisión "violenta la paz social".

Los petroleros privados, incluso, amenazaron con iniciar medidas de fuerza. Ya en enero de 2017, Trabajo otorgó subsidios por despidos de hasta $20.000 por seis meses a 1.000 petroleros. Esa fue la negociación que permitió destrabar la firma del nuevo convenio laboral.

Para el Gobierno, el acercamiento al sindicalista tiene otro condimento adicional: se trata de un dirigente que estuvo cerca de Moyano durante el Gobierno de Cristina Kirchner, pero que ahora no se sumará a la protesta del camionero.

Será un golpe más a la convocatoria del 21F, que en las últimas semanas sufrió la deserción de buena parte de las organizaciones nucleadas en Azopardo y dejó a la central obrera virtualmente quebrada. Los Moyano, igualmente, cuentan con los bancarios y docentes de CTA, además de los movimientos.

En las últimas horas, sumaron el respaldo de un sindicato de CGT con poder de fuego: los aeronavegantes. Su titular, el moyanista Juan Pablo Brey, lidera además la Juventud Sindical y se ubica junto a Moyano dentro de la también dividida Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT).