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El primer mes del año dejó un saldo negativo de casi u$s1.000 millones, debido a importaciones que corrieron muy por encima de las exportaciones
21/02/2018 - 23:11hs

Para el Gobierno, enero marcaba la posibilidad de tener "revancha", tras el salto del déficit comercial que se registró en 2017. 

Sin embargo, los datos revelados este miércoles por el INDEC no hicieron más que confirmar que sigue profundizándose el desbalance del comercio exterior. 

De la mano de importaciones que crecieron a una tasa que triplicó a la de las exportaciones, el rojo de enero sumó u$s986 millones, una cifra que contrasta con la cifra positiva de u$s32 millones registrada en el mismo mes del año pasado. 

"El balance comercial de enero de 2018 refleja que el frente externo continúa con los mismos problemas que arrastró durante los últimos meses", advirtieron desde la consultora Radar. 

"El elevado dinamismo de las importaciones no es acompañado por el de las exportaciones", indicaron.

Frente a esta tendencia, expertos ya plantean un déficit comercial récord para el 2018. 

Desde Radar, que conduce la economista Paula Español, proyectan un saldo desfavorable del orden de los u$s10.000 millones. 

En tanto, desde Ecolatina señalaron que "el intercambio comercial deja en evidencia que, nuevamente este año, el sector externo será el talón de Aquiles del actual modelo económico". 

"Para todo 2018 estimamos que el déficit comercial superará los u$s10.000 millones", agregaron.  

De concretarse, significaría un avance del 18% respecto del rojo de casi u$s8.500 alcanzado el año pasado. 

Cabe destacar que esa cifra significó un cambio de tendencia abrupto respecto de la balanza positiva que se había registrado en 2016 (u$s1.970 millones a favor).  

En este contexto, el consultor Marcelo Elizondo sostuvo que el de 2017, hasta el momento, es el rojo nominal "más elevado de la historia". 

"En los últimos 100 años, la Argentina sólo había tenido déficit comercial anual en 27 oportunidades y desde que se inició el siglo XXI nunca había sufrido un resultado de este tipo en la balanza de bienes", agregó. 

Por eso, el hecho de que el año arranque con un resultado tan adverso en materia comercial, es una mala señal para un Gobierno que hizo de su "plan de reinserción" de la Argentina en el mundo una de sus puntas de lanza de la gestión. 

Exportaciones: alzas y bajasLo que preocupa a los analistas es el pobre dinamismo de las ventas al mundo, que crecieron casi 11% en valores, frente a un salto del 32% de las importaciones. 

Sin embargo, al hilar fino en las cifras publicadas por el INDEC se observa que hubo un fuerte componente de los precios. 

Eliminada esta variable, entonces los despachos al exterior crecieron apenas 4,6% en cantidades. 

Como contrapartida, las importaciones avanzaron un 26% en volúmenes; es decir una tasa que más que quintuplicó a la de las exportaciones.

Respecto de las ventas al mundo, los rubros que más crecieron en enero fueron combustibles y energía (+63%), manufacturas industriales (+29,6%) y productos primarios (+12,4%). 

En tanto, hubo una fuerte caída entre las manufacturas de origen agropecuario, el principal rubro exportador de la Argentina: en enero se realizaron envíos por u$s1.670 millones, un 9% menos que en igual mes de 2017. 

En este sentido, los embarques de harina y pellets de soja cayeron en u$s137 millones. También hubo bajas en productos como aceite de soja. 

De cara a lo que resta del año, el campo deja más dudas que certezas: "En caso de confirmarse las caídas de proyecciones de producción de soja y maíz, el resultado podría agravarse, aunque sería en parte compensado por un aumento de los precios internacionales, sobre todo en derivados de la soja", proyectaron desde Radar. 

El dato positivo que dejó enero fue que Brasil comenzó a traccionar un poco más: compraron productos argentinos por por u$s766 millones, lo que implicó un avance interanual del 10,5%. 

Esto estuvo explicado en gran medida por mayores ventas de vehículos, que experimentaron un salto del 43%. 

Sin embargo, desde Radar pusieron reparos: el componente importado del complejo automotor es elevado, "por lo que su resultado en términos de exportaciones netas (restado las importaciones) es moderado". 

Cabe destacar que en 2017, el sector autopartista dejó un déficit de más de u$s6.700 millones, lo que equivalió a casi el 80% del rojo comercial total de la Argentina. 

Radiografía del boom de importacionesPor el lado de las importaciones, el principal rubro fue el de combustibles y lubricantes, que experimentó un salto de casi 86%. 

Y, en segundo lugar, el automotor, que implicó una salida de divisas de casi u$s500 millones, con un salto interanual de más del 48%. 

"El fuerte crecimiento de las importaciones de vehículos terminados se relaciona con la laxitud de la administración del comercio exterior y el incumplimiento del intercambio flex con Brasil. Es uno de los principales motivos de la fuerte velocidad del crecimiento del déficit comercial", indicaron desde Radar.

Cabe destacar que en la actualidad, siete de cada diez vehículos que se comercializan en la Argentina, provenien del exterior, mayormente de Brasil. 

Como contrapartida, el dato que sí contenta al Gobierno es el fuerte crecimiento de las compras al exterior de bienes de capital, con un alza de casi 30%, y de los bienes intermedios (+32,6%), que son claves para completar procesos industriales. 

¿Tensión cambiaria?Desde Abeceb plantearon que "el frente externo es la fuente de generación genuina de divisas, y es por ende de vital importancia para garantizar la sustentabilidad del modelo económico vigente".

La consultora destacó que recientemente, un informe del Instituto de Finanzas Internacionales colocó al país, junto con Turquía, al tope del ranking entre los emergentes más vulnerables frente a un cambio de tendencia global, que en la historia reciente ofreció liquidez a tasas bajas y mostró una tenue volatilidad, tendencia que empieza a revertirse.

En este contexto, advirtieronque "la restricción externa presionará cada vez más sobre la necesidad de financiamiento en los mercados internacionales, siendo así una fuente importante de incertidumbre macroeconómica a futuro". 

Así las cosas, advirtieron que "el ensanchamiento acelerado del rojo externo podría generar a futuro cierta presión cambiaria, lo cual atentaría contra el camino de desinflación que inició el país hace poco tiempo". 

"En la medida en la que la economía continúe el sendero de normalización y crecimiento, el rojo comercial no supondrá un inconveniente significativo a la sostenibilidad del modelo económico. No obstante, a medida que se asoman riesgos en la escena global, el desequilibrio externo presenta uno de los canales de transmisión más significativos de volatilidad externa", concluyeron. 

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