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¿Se moderniza la Terminal de Retiro?: así­ está hoy el plan oficial para que ingrese un nuevo concesionario

Ubicada en un predio de 7 hectáreas, es la zona de infraestructura de servicios más sucia y con peor calidad de atención. En qué quedó la licitación
08/03/2018 - 19:13hs
¿Se moderniza la Terminal de Retiro?: así­ está hoy el plan oficial para que ingrese un nuevo concesionario

Pasan los años, cambian los gobiernos y sus "formas" ideológicas de mirar las vinculaciones del Estado y sus servicios con los ciudadanos y hay algo que se mantiene intacto: la Estación Terminal de Ómnibus de Retiro. 

Actualmente, es la zona de infraestructura más abandonada, sucia y de peores condiciones en la calidad de sus prestaciones que existe en la Ciudad de Buenos Aires.

Está ubicada en un predio de siete hectáreas y por la que a diario transitan 50.000 personas y que recibe unos 30.000 ómnibus al mes desde y hacia todas las zonas del país y varios destinos de la región, como son Uruguay, Chile, Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil.

Quejas constantes de los usuarios por la mala calidad de los servicios y el estado de abandono y falta de limpieza se suman a los cuestionamientos de las empresas de transporte ante la falta de inversiones para mejorar la infraestructura edilicia. 

Pero esto no parecen alcanzar para que el actual Gobierno decida, de manera definitiva, cambiar la imagen la Terminal de Retiro. 

Esto, a pesar de que en septiembre del año pasado se abrieron los sobres de las ofertas y quedaron cuatro grupos seleccionados.

En ese momento, en Transporte sostenían que la terminal iba a ser adjudicada a su nuevo operador en un mes. Es decir, en octubre de 2017.

Sin embargo, la realidad evidencia que esto no ocurrió y, por el estado actual de las cosas, no se vislumbra una adjudicación inminente. 

De hecho, la terminal sigue siendo operada por la sociedad Terminales de Buenos Aires (TEBA), propiedad del polémico Néstor Otero, a pesar de que su contrato ya venció en mayo del año pasado y no hubo una nueva prórroga.

Obras largamente esperadas

El grupo ganador debería poner en marcha el prometido plan de modernización de una de las áreas de servicios públicos de la Ciudad más abandonada, sucia y con la peor calidad de servicios y de atención a los usuarios.

Las obras pensadas por Transporte incluyen: 

-La puesta en valor de la infraestructura del edificio para mejorar la accesibilidad

-Hacer más eficiente la operación de los micros

-Mejorar las condiciones de seguridad para usuarios y operarios

-Modernizar todo lo que es información y servicio al usuario con mayor tecnología

-Garantizar la calidad de la prestación de los servicios.

También se proyecta levantar un edificio contiguo al existente, en un área de aproximadamente 40 x 250 metros lineales, que podrá destinarse a nuevos usos que sean complementarios a la terminal como ser alojamiento, locales comerciales o de usos recreativos.

La concesión abarca la explotación de los locales comerciales, la playa de estacionamiento, los espacios destinados a publicidad, las estaciones de servicios y de carga de combustible, los depósitos, boleterías, oficinas y los servicios rentados de maleteros.

De la convocatoria también participa el gobierno porteño, en el marco del proceso de transformación funcional para que la terminal se adapte a la realidad de la Ciudad.

Es más, la revaloración del predio acompañará la urbanización de la Villa 31, la incorporación de una nueva sede del Banco Interamericano de Desarrollo y la megaobra del Paseo del Bajo.

En la licitación de septiembre de 2017 se pretendía renovar todos estos aspectos y transformar a Retiro en una terminal "autosustentable", incluyendo un plan de obras por $500 millones que mejore la prestación de los servicios y la operación de los ómnibus de larga distancia.

Para iniciar ese camino de la normalización a principios del año pasado se trasladó la potestad para la convocatoria a Transporte, ya que antes esa facultad la tenía el Presidente de la Nación.

En qué esta hoy el planEn la apertura de sobres de septiembre del 2017 quedaron cuatro grupos seleccionados: Terminales Terrestres S.A., el grupo TH y las firmas Teximco e Indhal.

En el caso de Terminales Terrestres, se trata de una empresa que dirige el propio Otero.

Es la misma firma con la que el empresario tiene en su haber la terminal Dellepiane, adjudicada por la legislatura porteña, lista para operar pero vacía por falta de micros que quieran usarla. Es además, concesionario de la terminal de Mar del Plata y de la de Santiago del Estero.

En tanto, Teximco es una compañía constructora que ganó varias de las licitaciones convocadas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como la del Centro Cívico de Barracas y un conjunto de viviendas del Plan Procrear.

En el caso de Indhal también opera en el sector de la construcción y posee una planta industrial y depósitos y obrador en las localidades bonaerenses de Berazategui y Florencio Varela. Esta empresa sería la que Transporte dejó fuera del proceso.

De TH en tanto, no se conocen antecedentes. 

El problema es que, a más de seis meses de la licitación organizada por el Ministerio de Transporte de la Nación para cederla a un nuevo concesionario, el organismo que dirige Guillermo Dietrich no avanzó nunca con la adjudicación.

Así, a pesar de lo ambicioso de este plan, en el sector estiman que el llamado a licitación se anulará y se procederá a convocar a un nuevo proceso para concesionar la terminal de Retiro.

Las versiones apuntan a que el ministro Dietrich no quiere continuar con el proceso licitatorio porque sabe que la propuesta que mejor cumple con los requisitos solicitados para las mejoras en la infraestructura y las inversiones es la del propio Otero

Se trata de un empresario que tiene en su haber varias causas judiciales vinculadas con supuestos negocios turbios durante el anterior gobierno kirchnerista.

En una de ellas, está procesado por haber pagado durante años el alquiler al departamento donde residía el ex secretario de Transportes de la Nación, Ricardo Jaime, cuando éste se encontraba en Buenos Aires. 

Otero también está investigado por presunto lavado de dinero a pedido del fiscal federal Franco Picardi, en el marco de una causa que lleva adelante el juez Marcelo Martínez de Giorgi por impulso de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac). 

Este organismo recibió información del Banco Central de la República Argentina (BCRA) por reportes de operaciones sospechosas (ROS) provistos por la Unidad de Información Financiera (UIF) respecto de sociedades que integran el Grupo Otero.

Lo que se investiga es el movimiento de fondos de una cuenta personal de Otero en el Banco Sáenz que se habría usado en agosto de 2014 para realizar 39 transferencias por casi $8 millones a cuentas correspondientes al grupo integrado por TEBA y otras sociedades.

Además, sobre el actual concesionario de la Terminal de Retiro pesan otras causas en el Fuero Penal Económico por evasión impositiva en TEBA y también en otra sociedad del empresario, Terminal Mar del Plata, que según la AFIP registra facturación con firmas apócrifas.

A pesar de este prontuario y de todas las denuncias que se acumulan contra los servicios y las operaciones de la terminal de Retiro, Otero sigue a cargo de la concesión y busca que el Gobierno nacional le adjudique la licitación por ahora demorada y le extienda el contrato por otros 20 años.

Fuentes del Ministerio de Transporte se limitaron a responder ante iProfesional que no existe ningún retraso en el proceso licitatorio y que se están cumpliendo con los plazos acordados.

Se trata de una explicación poco clara si se tiene en cuenta que ya pasó medio año desde que se abrieron los sobres con las ofertas y quedaron cuatro grupos seleccionados.

Desde el entorno, señalan Dietrich no quiere poner su firma en un documento que habilite al dueño de TEBA nuevamente a quedarse con Retiro, precisamente por todas las causas judiciales que lo involucran y por el rechazo que su figura genera en el negocio del transporte automotor de pasajeros.

También, porque Dietrich es consciente de que en estos 25 años de control sobre la terminal nada hizo Otero para modificar la situación de desidia y supuestos negociados que involucran a la terminal de Retiro.

El empresario desembarcó en la concesión en 1993, de la mano de una licitación del gobierno menemista por un plazo de concesión de 12 años, con posibilidad de prórroga, lo cual ocurrió en 2006 cuando el kirchnerismo extendió el contrato por 10 años más, acuerdo venció en septiembre de 2015.

El problema es que de las otras tres propuestas que se precalificaron en septiembre del año pasado y que compiten con la de TEBA ninguna termina por cumplir con los reclamos del pliego licitatorio.

La situación entonces parece complicada para los funcionarios a cargo de cambiarle la cara a una de las terminales de micros más importantes del país, no solo desde el lado edilicio y de inversiones, sino también desde la vinculación que tiene con muchos casos emblemáticos de corrupción.