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La desconexión del público joven, barreras para la exportación y la falta de innovación complican a la tradicional marca. Sus planes para superar la crisis
15/03/2018 - 00:20hs

Harley-Davidson es una de las marcas más respetadas del mundo y una de las pocas que genera pasiones entre sus aficionados y coleccionistas. Pero a pesar de esto, la compañía padece hoy serios problemas económicos.

En parte, la situación se debe a que no supo aprovechar la "corriente retro" que impulsó al alza a algunas de sus competidoras europeas, como Triumph o Moto Guzzi, o a la también estadounidense Indian, señala ABC.

Frente al crecimiento de sus rivales, la centenaria marca de Milwaukee, que contó en sus orígenes con el respaldo del Gobierno americano -que la eligió como proveedora para su Ejército en las dos guerras mundiales-, se enfrenta a problemas coyunturales que han derivado en una crisis financiera.

El último, el potencial impacto en su cuenta de resultados de las nuevas medidas proteccionistas planteadas por la administración Trump, que provocarán, en caso de aplicación, un incremento de sus precios en Europa, la segunda región donde mejor se comportó en 2017, con 44.935 unidades vendidas.

“Cualquier medida proteccionista, y Trump va en ese camino, es una desgracia para la economía mundial”, asegura Mario Weitz, profesor en ESIC y execonomista del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, que abona la teoría de que las restricciones supondrían un mazazo en sus ventas: “Provocarían un aumento del precio y se reduciría la competitividad”, resume.

Sin embargo, su mayor reto es que, tras lograr seducir a varias generaciones, Harley ahora no le mueve un pelo al público joven. Entre los motivos, sus prohibitivos precios, los nuevos hábitos de los consumidores -más interesados en algo más práctico y urbano como los scooters-, y las restricciones a la hora de poder personalizar sus motocicletas.

Mientras tanto, el fabricante de motos cada vez se distancia más de las cifras de antaño. El punto álgido de sus ventas se registró en 2006 cuando se entregaron 361.656 unidades, tras unos años muy positivos. A partir de 2008, en cambio, la curva de adopción hacia sus nuevos modelos ha ido cuesta abajo, hasta tocar fondo en 2010 con caídas de hasta el 60%.

En sus 115 años de historia, Harley no se ha caracterizado por la innovación, y fue corrigiendo el paso ante la explosión de firmas japonesas más accesibles.

Ahora el problema tiene un doble filo: además de no seducir a los jóvenes, el 70% de sus motos en circulación en EE.UU. no son modelos actuales. Dos factores que repercuten en el éxito de sus últimos lanzamientos.

El año 2017 fue particularmente adverso para la marca. En los últimos meses ha tenido que afrontar cierres de plantas, como la de Kansas City, recortes de 800 empleos, un agujero de u$s10.000 millones y una reducción del 6,7% de la demanda, incluido en su principal mercado, EE.UU., donde cayó hasta el 8,5% respecto al año anterior, detalla ABC.

Todo lo anterior encendió las alarmas en la compañía.Seducir de nuevo

¿Pueden ser los propios “millennials”, los jóvenes nacidos antes del año 2000, los que salven al fabricante? Este público quiere modelos menos pesados, más prácticos y con un precio más accesible. Ese conjunto de demandas ha permitido que competidores como Triumph, Moto Guzzi o Ducati se apropien del carácter retro del que ha hecho siempre gala Harley.

“Han sabido reinventarse durante los últimos años y se encuentran muy presentes en un tipo de consumidor que se inclina por los segmentos de ocio”, sostiene José María Riaño, secretario general de Anesdor, la patronal de las dos ruedas, según recoge ABC.

Por ello, la firma se ha propuesto ofrecer una gama más variada de modelos. El resultado ha sido la creación de una nueva familia, la Street con refrigeración líquida y menor potencia de salida. Además, frente al reto de las grandes ciudades de alcanzar un parque de vehículos con emisiones cero en los próximos años, Harley ha abrazado a los motores eléctricos como el segmento que le debe llevar hacia el futuro. El proyecto, en el que se lleva trabajando un lustro, saldrá en 2019.

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