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El economista cree que la reducción del déficit fiscal es el único punto de la agenda que “no es negociable”. Prevé una inflación de 21%
17/03/2018 - 15:19hs

Funcionario en las gestiones de Raúl Alfonsín y de Fernando De la Rúa, y exasesor de Daniel Scioli en las últimas elecciones presidenciales, Miguel Bein se considera un optimista por naturaleza, aunque reconoce que eso le hizo pagar “muchos errores” en la vida y en la profesión.

Avala varias medidas de la gestión de Mauricio Macri, pero toma distancia. “Yo no hubiera dejado atrasar tanto el tipo de cambio, no hubiera dejado subir las tasas como las dejaron subir, no hubiera fabricado un stock de Lebacs tan grande”, indicó.

Si bien era previsible una inflación alta en el arranque de año, consideró que “en la inflación núcleo también se coló el aumento en el precio del dólar. Se dieron las dos cosas juntas. Es una inflación alta, pero tan alta como coyuntural”.

Y destacó que “en junio, uno podría esperar que vamos de vuelta a una inflación en la zona de 1,5% mensual” para terminar el año entre un 20 y 21 por ciento.

“Yo creo que el Gobierno estaría muy conforme con 19%; todos sabemos que no será de 15, pero lo importante es que esté cuatro o cinco puntos por debajo de la del año pasado”, remarcó en diálogo con el diario La Voz.

Además, el economista indicó que “plantearse descensos muy acelerados mientras hay recomposición de tarifas, un enorme déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y dólar flotando, la verdad, es una ingenuidad”.

A pesar de que consideró que para el Gobierno fue bueno recalibrar el porcentaje de inflación esperada, Bein dijo que él “hubiera recalibrado un poco más alto que 15% porque (una inflación de) 15 ya nació muerta”.

El exasesor de Scioli agregó que “en la medida que se vaya terminando la recomposición tarifaria, Argentina va a entrar en un sendero de menor inflación y con mayor capacidad para recomponer el ingreso de la población”.

Ante la pregunta sobre si la sociedad tiene paciencia para soportar este proceso, Bein dijo que “el estado natural de la economía es la impaciencia, es como el estado natural de la guerra. Nadie es paciente en una guerra y nadie es paciente cuando no le alcanza la plata para llegar a fin de mes”.

Con respecto al papel del Banco Central, consideró que “está en una trampa” porque “mientras la inflación se aceleró, resultaría poco creíble que baje la tasa de interés”.

“La verdad es que hay que bajar la tasa porque una vez que uno está en un proceso de desinflación, el único argumento que hay, si las paritarias no le van a ganar a la inflación, es mejorar el crédito a las empresas y a las familias”, enfatizó el economista.

Dólar e inversión

El economista también dio su pronóstico sobre lo que pasará con el dólar, después del incremento de su cotización desde diciembre.

En primer lugar señaló que “estaba muy atrasado. En noviembre estaba en $17,25 y no permitía trabajar a ninguna provincia en las exportaciones. Casi no se ganaba plata en la zona núcleo agrícola y mucho menos en miel, maní, la fruta de carozo, azúcar, vino, aceitunas o ajo”.

Y destacó que fue “una medida sana dar ese golpe de timón para ir a un dólar de $20,20 mayorista, como está ahora”.

Luego señaló que “sería mejor un dólar un poco más alto todavía, un peso más. Obviamente, eso siempre lleva riesgos porque hay costos asociados y puede acelerar la tasa de inflación. Pero un dólar más alto y una tasa de interés más baja es el único argumento que va a tener el Gobierno, para tener una economía con un consumo más dinámico”.

En cuanto a la inversión esperada por el Gobierno, Bein –quien también es consultor de empresas- señaló que estas invierten, pero “no es una lluvia” y agregó que “si vamos a esperar una lluvia de inversiones del exterior, no la vamos a tener”.

“No hay país del mundo que suplante a la burguesía nacional como factor clave en el desarrollo económico. Después hay un conjunto de empresas internacionales que viene, pero si la Argentina consiguiera que 200 empresas locales tengan crédito en el mercado internacional de capitales, allí usted tiene la llave del desarrollo económico”, remarcó.

Sobre los créditos hipotecarios UVA, el economista fue cauteloso al señalar que “en países de alta inflación, los créditos indexados siempre hay que tomarlos con pinzas”.

“Si la inflación se llega a acelerar, está claro que las familias pierden la capacidad de pagar las cuotas. Estuvo muy bien en el arranque, pero es crucial que la inflación se ubique en la zona del 12% anual. Si en dos años somos capaces de llevarla al uno por ciento mensual, la economía funciona”, explicó.

Sobre el ritmo de toma de deuda, Bein dijo que “es la consecuencia de la necesidad de financiamiento de un déficit fiscal muy alto y una vez que el mercado internacional se puso más exigente, Argentina empezó a financiarse hace más de un mes en el mercado doméstico”.

Por último, el economista destacó que seguir recortando el déficit es “el único punto de la agenda que no es negociable. Un país no puede estar con este déficit fiscal financiándose ocho años en los mercados, puede estar tres o cuatro años. Me parece que hay conciencia”.