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Socios y rivales: radiografí­a del intercambio comercial entre Estados Unidos y China
22/03/2018 - 20:33hs

Estados Unidos y China, las mayores economías del mundo, son hoy socios en materia comercial y financiera, pese a las abismales diferencias de sus respectivos sistemas económicos.

Washington, que acusa a Pekín de "competencia desleal" y robo de propiedad intelectual, decidió embestir contra el flanco comercial de la relación imponiéndole gravámenes para intentar corregir desequilibrios que considera lesivos de sus intereses.

Volumen de bienes transados En 2017 Estados Unidos exportó a China por 130.400 millones de dólares e importó de allí por 505.600 millones, según el departamento de Comercio.

Entre las exportaciones estadounidenses se cuentan aviones civiles Boeing y equipamiento aeronáutico por 16.260 millones de dólares; soja por 12.360 millones, autos por 10.520 millones y microprocesadores por 6.070 millones.

De su lado China vende a la primera economía mundial una miríada de productos tales como teléfonos (u$s 70.390 millones), ordenadores (u$s 45.520 millones), equipos de telecomunicaciones (u$s 33.480 millones), vestimenta (u$s 24.100 millones) y muebles (u$s 20.660 millones)

Los servicios Al contrario de lo que ocurre con el intercambio de bienes, Estados Unidos tiene con China un superávit en materia de servicios, que en 2017 fue de 38.480 millones de dólares, según el departamento de Comercio.

No hay datos recientes sobre la venta de servicios chinos a Estados Unidos. El 2015, el departamento de Comercio indicó un superávit de 32.900 millones de dólares. Los mayores servicios chinos exportados eran entonces los viajes (30.170 millones de dólares).

El déficit como centro del litigio El desarrollo de los intercambios con China se tradujo en un crecimiento del déficit comercial estadounidense.

En 2017, el déficit aumentó 8,1% a u$s375.200 millones. En 1985, cuando comenzaron a publicarse las estadísticas, ese la cifra alcanzaba solo los u$s6.000 millones.

En su campaña a la Casa Blanca, Trump prometió frenar prácticas comerciales chinas que considera desleales y que acaban por robar empleos estadounidenses y a engordar el déficit.

Aporte de inversiones chinas Las inversiones directas de empresas chinas en Estados Unidos sumaron u$s29.000 millones en 2017, según el consejo económico sino-estadounidense (USCBC). Esa cifra fue un 35% menor a la de 2016, indicó la entidad debido a restricciones impuestas por Pekín en materia de inversiones directas en el exterior; especialmente en las áreas de inmobiliaria y de hotelería.

A manera de ejemplo: la empresa China Energy Investment firmó durante una visita de Trump a China un protocolo de acuerdo para invertir 83.700 millones de dólares en proyectos en Virginia Occidental.

Antes de eso, capitales chinos contribuyeron a reanimar a la ciudad de Detroit con la fundación en 2016 del centro de innovación "Michigan-China".

Deuda de EEUU en manos chinas China es el mayor tenedor extranjero de títulos de deuda estadounidense. En enero, Pekín contaba con bonos del Tesoro de Estados Unidos por unos 1,17 billones de dólares, lo cual es cerca del 20% del total de deuda en manos de extranjeros.

Pekín le da también a Estados Unidos los medios financieros para comprar productos chinos a bajo precio y así satisfacer el apetito de los consumidores, motor del crecimiento económico estadounidense.

China, en tanto, necesita el mercado de Estados Unidos para sus exportaciones, sostener su propio crecimiento económico y, en consecuencia, su estabilidad política y social.

Propiedad intelectual El respeto a los derechos de propiedad intelectual es considerado esencial por Washington.

Como exigencia para instalarse en China, las empresas estadounidenses son obligadas a compartir con sus socios locales una parte de su tecnología.

Ese es uno de los principales motivos del contencioso con China, donde la falsificación y la piratería son males endémicos.

Los productos falsificados se convierten de hecho en competidores de los bienes estadounidenses.

En defensa de la propiedad intelectual, Washington busca apoyar la competitividad de las empresas estadounidenses que actualmente tienen mayor capacidad de innovación.