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Lula preso: cómo impacta en el mercado financiero, exportaciones, importaciones y en la economí­a argentina
06/04/2018 - 10:53hs
A los economistas argentinos les gusta repetir una fórmula que sirve para ilustrar el grado de influencia de Brasil sobre la economía nacional: cada punto de suba del PBI brasileño genera un "contagio" de hasta un tercio de punto sobre el PBI local.
Es por eso que, aun en aquellos momentos en que la situación económica local luce complicada -con indicadores volátiles y escasa vocación inversora-, igualmente habrá un interesante "piso" de crecimiento si el principal socio comercial atraviesa un buen año
Con esa premisa en mente, y pese a todas las dudas sobre inflación, dólar, tasas y nivel de actividad, la mayoría de los analistas se muestran confiados en que al menos dos puntos y medio de crecimiento para 2018 están asegurados, por Brasil y el "efecto arrastre" del año pasado.
Ese "optimismo prestado" por el país vecino tuvo en las últimas horas un espaldarazo político: el revés judicial de Luiz Inácio "Lula" Da Silva. 
El ex presidente irá a la cárcel tras un fallo de segunda instancia sobre el cobro de sobornos, de modo que quedaría descartada su participación en las elecciones presidenciales de este año.
Pese a que, en teoría, podría postularse estando en prisión, el propio Lula admitió a sus seguidores un escenario adverso el mismo día en que el Supremo Tribunal Federal (STF) le denegó el habeas corpus.
"No iban a dar un golpe para permitirme ser candidato", dijo a su círculo íntimo cuando percibió que la votación le resultaría adversa.
El mercado financiero tuvo la misma percepción que Lula. Y la hizo saber de la forma tradicional: apreciación del real y una contundente suba del índice bursátil Bovespa, la bolsa de valores de Sao Paulo.
El motivo de festejo no es por la situación personal de Lula, sino por la confirmación de que no habrá un viraje drástico en la actual política económica del presidente Michel Temer, que incluye profundas reformas estructurales como la nueva ley laboral y medidas de incentivo al consumo, como una baja de la tasa de interés.
Lula encabeza las encuestas electorales a pesar de su condena y de varias acusaciones de corrupción adicionales. A la vez, las chances de Temer en las urnas son casi nulas, por los altos niveles de rechazo y porque él también enfrenta acusaciones por corrupción.
Aun en un escenario en el que no habrá un candidato favorito, parece claro que, sin el carismático Lula, las chances del "Partido dos Trabalhadores" y sus aliados de izquierda están seriamente disminuidas.
Alivio en los mercados
Antes de que la suerte de Lula fuera sellada, en el mercado de capitales brasileño era palpable la incertidumbre.
Esto se reflejaba en inversores volcados a posiciones defensivas, ante el riesgo de que se produjera una suba del riesgo país y de que la imagen internacional de la nación vecina quedase aún más deteriorada.
Tras la decisión del Supremo Tribunal Federal, el cambio de las carteras de inversión fue inmediato: al inicio de la jornada, el índice Bovespa ya subía 1,6%, hasta los 85.695 puntos.
Un trader de un banco paulista señalaba: "Regresó el impulso comprador y ahora se observa un vuelco hacia activos de mayor riesgo. Fondos y bancos globales ven con más alivio el escenario electoral".
Desde Petrobras, Banco do Brasil, la minera Vale, entidades financieras como Itaú, Unibanco y Bradesco hasta el complejo ferroviario Rumo o el Grupo Gerdau, casi todos impulsaron la recuperación accionaria.
El cambio de humor también se percibió en el plano cambiario: en la apertura de la jornada, el real se fortaleció frente al dólar. Recién cuando la paridad cayó por debajo de los 3,30 comenzó a atraer compradores. 
Más allá de la reacción de alivio inicial, entre los inversores predomina la cautela. A fin de cuentas, nadie está en condiciones de asegurar la continuidad plena del programa económico de reformas tras los comicios.
"El panorama es aún incierto, por las elecciones en el plano interno y por la tensión comercial entre Estados Unidos y China en el externo", señaló el gerente de la mesa de cambios del banco Ourinvest, Bruno Foresti.
"Los mercados parecen darle la bienvenida al cambio de contexto político, si bien aún hay prudencia entre los inversores", indicó el economista para América Latina de Capital Economics (CE), Edward Glossop.
Mientras tanto, en Argentina
Desde la vereda argentina, la situación parece clara: si Lula queda fuera de la contienda electoral, se disipan las chances de un regreso regional de políticas populistas, intervencionistas y generadoras de déficits fiscales. 
Eso, indirectamente, supone una buena noticia para los gobiernos más identificados con la apertura comercial, la disciplina fiscal y las reformas estructurales, como los de Mauricio Macri y Sebastián Piñera en Chile.
Sin embargo, entre los funcionarios del área económica local circula un comentario que parece contradictorio con ese alivio: el regreso del optimismo sobre la plaza brasileña puede implicar mayor "competencia financiera" en el circuito local.
El argumento es que, en un mercado global en el que empieza a notarse el "flight to quality" (vuelo a la calidad) y en el que el flujo de capitales que llega a las naciones emergentes ya no tiene la abundancia de los últimos años, los financistas globales pueden tener mayor predisposición a entrar en el mercado brasileño que en el argentino.
Esta tendencia se vería acrecentada si, como consecuencia del cambio de humor, Brasil tuviese una mejora en su índice de riesgo país.
Claro que ese temor se centra en el corto plazo: los funcionarios creen que pasadas las elecciones, y si se ratifica el rumbo reformista brasileño, entonces la Argentina se verá beneficiada por el mejor clima en todo el "vecindario".
Entre los analistas privados que miran la región, no hay dudas respecto de cómo una recuperación brasileña incidiría sobre la actividad local
Con cifras del país vecino que dieron cuenta de una suba de casi 6% para el último trimestre (completando una expansión de 2,2% para 2017 y dejando una proyección de 3% para 2018), el optimismo resulta evidente.
El hecho de que el impulso se note especialmente en el rubro automotor, plástico y metalúrgico es un muy buen augurio para las exportaciones argentinas.
"Brasil es muy importante, porque cada punto de suba de su economía tracciona un cuarto del PBI Argentino", señala Dante Sica, director de la consultora Abeceb.
"Esto se refleja en el mayor dinamismo del sector automotriz, la industria, productos alimenticios y diversidad de bienes elaborados por las economías regionales", completa.
Sergio Galván, uno de los economistas del Banco Santander Río, observa: "Brasil tiene la menor tasa real promedio de su historia. Está saliendo de una fuerte recesión, crece al 3,2% anual y tracciona a nuestro país". 
Déficit para rato
En la otra vereda, importadores brasileños se encargaron de transmitir mensajes alentadores
El presidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior, José Augusto de Castro, pronostica una recuperación de las exportaciones argentinas tras el déficit comercial récord de 2017.
"Brasil tendrá un mercado interno más fortalecido, y esto sin duda es una oportunidad para los envíos desde Argentina de todo tipo de productos", apunta.
Claro que esa mayor posibilidad de ventas albicelestes no necesariamente implica un equilibrio en la balanza comercial bilateral
En marzo se registró un "rojo" de u$s830 millones para la Argentina y las predicciones apuntan a que, si bien las exportaciones cobraran vigor, las importaciones crecerán a un ritmo mayor.
Queda para la polémica entre economistas si eso es necesariamente una mala noticia, ya que muchos sostienen que el incremento de las compras es la condición previa para la suba del PBI. 
Para el año, se prevé que la Argentina le venda a Brasil por u$s11.000 millones, una cifra lejana al récord de u$s17.000 millones de 2011. 
Más allá de las polémicas, lo cierto es que el optimismo marca la tónica de la relación bilateral
En una reciente encuesta de PWC, seis de cada diez ejecutivos argentinos señalan a Brasil como el mercado más valorado para hacer negocios, más que el de potencias como Estados Unidos y China.
En este contexto, es entendible que funcionarios, empresarios y analistas locales estén tan pendientes de la actualidad del país vecino como de las noticias del ámbito local.
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