iProfesional

El gobierno cederá ante un reclamo de sus socios radicales, según Ignacio Zuelta. Así, la Nación verá una merma en su objetivo de reducir el déficit
24/04/2018 - 10:54hs

El reajuste de tarifas y la discusión en torno a cómo bajar el precio de la factura se volvió un dolor de cabeza para el Gobierno. En lo que hace a los aumentos de gas, la puja es con los gobernadores, ya que el presidente Mauricio Macri les pidió que eliminen impuestos que se cobran en aquel servicio para amortiguar el impacto de la suba. Pero la tensión también es con los socios de la alianza Cambiemos, la Coalición Cívica y la UCR. Por caso, desde el radicalismo exigen que no se tenga que abonar interés a quien decida pagar en cuotas la boleta de gas. 

En este contexto, “el gobierno decidió que no se les cobrarán intereses a los usuarios del gas por el pago en cuotas de las facturas”, publicó este martes Ignacio Zuleta en zuletasintecho.com.

En el anuncio del jueves pasado, se dijo que el Banco Nación iba a financiar el prorrateo pero que los usuarios tendrían que pagar intereses, algo que molestó a los aliados del oficialismo. Finalmente, según el periodista, “se resolvió - después de un reclamo del ala radical del gobierno - que no habrá cobro de intereses, con lo cual la Nación asume parte del esfuerzo”. La medida castigará el déficit.

A la hora de analizar el escenario que enfrenta el Poder Ejecutivo, el periodista destacó que la administración bonaerense, a cargo de María Eugenia Vidal, quien ya anunció que quitará los impuestos que se cargan en las facturas de gas, se benefició de las partidas extraordinarias de la Nación y de la devolución del Fondo del Conurbano así como de su retroactivo por los pactos fiscales de fin de año. “Por eso puede bajar los impuestos sobre las tarifas. Le va a tener que explicar a los gremios docentes cómo es que ahora tiene la plata que le faltaba para los aumentos”, escribió.

"La Nación no cobra la electricidad y por eso el tema de los impuestos no lo toca, pero sí es responsable de otros gravámenes", explicó.

El tarifazo en el Congreso“El peronismo blanco tomó la delantera en el llamado a una sesión especial para el miércoles y tratar el proyecto que elaboraron Diego Bossio y Marco Lavagna”, continuó el también consultor político. ¿En qué consiste? En una baja del IVA y otros impuestos sobre las tarifas.

"Esa música se la birló la Nación y es razonable que ahora busque le reconozcan la propiedad intelectual. Por eso primerea en el llamado a la sesión especial, que esta vez va a arrastrar al cristinismo y la izquierda", consideró Zuelta.

La semana anterior la delantera la tuvo el cristinismo, que arrastró al justicialismo "federal" y al massismo. “En Cambiemos existe la convicción que esta vez tendrá el quórum, aunque la semana anterior todos presumía lo mismo y la sesión especial fracasó. Si arranca la especial, habrá gran debate para imponer los 2/3 de los votos para el tratamiento sobre tablas de los proyectos del peronismo”, añadió.

Uno es el de Bossio-Lavagna, el otro es el del Frente para la Victoria, que propone un congelamiento de las tarifas con los valores de 2017, y hasta finales de 2019, y que fue lanzado por la expresidenta y actual senadora Cristina Fernández. "Eso puede fracasar y pasará todo a una sesión especial en el futuro. El gobierno presionará para que haya dilaciones en comisión para que surja la solución del Ejecutivo y no del Congreso", indicó el periodista.

La partida de MonzóEl diputado y presidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó, hizo público que no será candidato a renovar su banca en 2019. “Era algo que repetía desde el año pasado con el argumento de que está cansado de tener uno de los cargos más altos, pero sin participación en la estrategia política de Cambiemos”. Se presume que podría ser embajador. Desde allí, cargo al que llegaría si sigue el gobierno actual a partir de 2019, intentaría planear “una candidatura a gobernador de Buenos Aires”.

“Si se produce la salida de Monzó de la banca y de la presidencia –analizó Zuelta- será una demostración de una seria crisis de armado en Cambiemos, disfrazada con suavidad. La última vez que ocurrió algo parecido fue en 2001”.

El consultor recordó el caso de Rafael Pascual, quien era el presidente de la cámara de Diputados. “Lo que demostraba el caso Pascual era la fragilidad de la arquitectura política del gobierno, que fue una de las causas de su caída, junto a la crisis económica. El pretexto fue que el partido no lo habilitó a una reelección, pero en realidad eso manifestaba un descontrol de mandos: De la Rúa como presidente podía haberlo impuesto. O no pudo o no quiso. En cualquier caso, fue una señal negativa”, precisió.

Monzó fue uno de los armadores de la provincia de Buenos Aires y hoy disputa su poder territorial con Vidal.