La puja por tener el mayor poder del planeta no solo se limita a decisiones políticas o económicas, sino que los líderes de los países desarrollados se quieren destacar hasta en las cosas más pequeñas.

La última rivalidad entre Donald Trump y Vladimir Putín pasa ahora por quién tendrá la mejor flota presidencial.

En Estados Unidos, el vehículo utilizado para trasladar al presidente se conoce con el nombre de la Bestia, con un nivel de seguridad máximo en blindaje.

Trump ya anunció que todos sus móviles serán renovados, pero para no quedarse atrás, Putin estaría en el mismo proceso con un vehículo que ya ha superado las pruebas de choque con éxito.

El mandatario ruso ha elegido una nueva flota de limusinas presidenciales que se podrá ver en el Salón Internacional del Automóvil de Moscú a finales de agosto, pero Putin podrá probarlo antes de que el mes termine. Eso significa que se adelantará a Trump y a su nueva flota de 'Bestias'.

Desde 2012, Rusia ha estado trabajando el denominado proyecto 'Kortezh', cuyo objetivo es desarrollar una flota de vehículos al más alto nivel nacional y destinados a altos funcionarios.

Pretenden ser un estandarte del poderío ruso en cuanto a sistemas de seguridad y diseño y a partir del año que viene estos automóviles se la serie 'Kortezh' estarán disponibles para otros gobiernos.

Hasta el momento, lo único que se ha podido ver de lo que se cree que será la nueva limusina de Putin es su diseño camuflado rodando por la calle, con aires Rolls-Royce, aunque ya hay un render bastante extendido que podría representar con certeza el medio de transporte del mandatario.

Algunos rumores apuntan a que Porsche podría haber fabricado la limusina, algo no tan descabellado si se tiene en cuenta que a partir de 1991 el Kremlim comenzó a importar coches alemanes para su flota. Antes de eso, utilizaron las antiguas marcas de la era soviética, como el ZIL-41047 para fines oficiales.