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Tres de las cuatro firmas del área metropolitana tuvieron una suba notable de ganancias, pero no compensan el rojo que tuvieron en el mandato de Cristina
25/04/2018 - 12:15hs

Mientras en la Argentina se debate la suba de tarifas en luz, gas y agua, y quién debe ceder -si la Casa Rosada o las provincias- parte de su "caja" eliminando impuestos para que el impacto del ajuste no vaya directo a los bolsillos de los usuarios, las empresas que prestan esos servicios públicos acumulan ganancias.

Según los balances que las compañías presentan todos los años a la Comisión Nacional de Valores (CNV), tres de las cuatro que trabajan en el área metropolitana tuvieron un incremento notable en sus ganancias tras la suba de precios, informó el diario La Nación.

La única excepción es Edesur.

Sin embargo la cifra de esas utilidades es chica en comparación con el tamaño de su negocio y aún está lejos de compensar los números rojos que tuvieron en el último mandato de Cristina Kirchner.

Metrogas y Edenor son los casos de recuperación más notable. La primera pertenece a YPF, cuyo principal accionista es el Estado argentino. La distribuidora de gas ganó el año pasado $774,82 millones, cuando en 2016 había anotado un quebranto de $604,4 millones.

Metrogas viene de años muy malos desde el punto de vista del negocio. En los ocho años que van desde 2011 -cuando comienza la última gestión del kirchnerismo- y 2017, tuvo números rojos en cinco períodos.

Edenor, en tanto, ganó el año pasado $691,26 millones, contra los $1.183 millones que perdió en el período anterior. La situación de la compañía que pertenece a Pampa Energía, señalados por algunos socios de Macri como su empresario preferido, no es muy distinta en el último tiempo a la de Metrogas. Entre 2011 y el año pasado, anotó pérdidas en cuatro oportunidad y ganancias en tres.

Edesur está peor aún. El año pasado tuvo un quebranto superior a los $1.000 millones, por lo que sus pérdidas crecieron 280% de un período al otro. También tiene el peor registro de los último ocho años: sólo ganó dinero en 2015.

El kirchnerismo tuvo una política muy particular en materia energética. Mientras atendía una parte de los costos de producción a través de subsidios, mantenía al límite de la supervivencia a las compañías de servicios públicos, que por la demora en la recomposición de sus ingresos no podían afrontar a los gastos que implicaba su operación. Esa situación está largamente documentada en notas dirigidas por las compañías a los organismos reguladores, demandas judiciales y entrevistas con medios de comunicación.

Ante la falta de recursos, las empresas disminuyeron al mínimo sus inversiones.

A cambio el kirchnerismo, primero a través de Julio De Vido (Planificación) y luego Axel Kicillof (Economía), asistían con transferencias a las empresas para mantenerlas apenas por encima de la línea de flotación.

Tras las recomposición de tarifas que propuso la gestión de Mauricio Macri -comenzaron de lleno el año pasado y se extenderán hasta 2019-, el Gobierno espera que las empresas recuperen la ecuación económico financiar que les dé previsibilidad, aumenten las inversiones y mejoren el servicio, algo que empezó a verse tímidamente en el caso eléctrico según los números oficiales.

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