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El exministro de Economía analizó la conferencia del Presidente tras la corrida cambiaria, donde hizo una autocrítica: "Pusimos metas demasiado optimistas"
17/05/2018 - 08:16hs

Luego de más de 10 días de corrida cambiaria, finalmente el presidente Mauricio Macri salió a hablar de la crisis que vivió su gestión en estos días.

En una conferencia de prensa en la Quinta de Olivos avisó que el ajuste para bajar el déficit ya no sería gradual, admitió que no hubo coordinación en su equipo económico e hizo una autocrítica sobre la inflación que ya lleva acumulado casi un 10%. "Pusimos metas demasiado optimistas y no dijimos el diagnóstico", dijo el mandatario el miércoles a la tarde.

Según Domingo Cavallo ese no fue su peor error.

"Fue mucho más grave haber decidido la eliminación de los controles de cambio y hacer funcionar el mercado único y libre el 18 de diciembre de 2018, sin haber eliminado de antemano el atraso tarifario", analizó el ex ministro de Economía en su blog personal.

Y detalló lo que consideró como gran falla del Gobierno tomando en cuenta los precios de gas y luz, pero aseguró que el razonamiento es extendible al resto de los servicios públicos.

"Deberían haber mantenido hasta junio de 2016 el cepo cambiario, devaluando el peso en el mercado oficial al ritmo al que las autoridades anteriores habían vendido dólares futuros, de tal forma que no tuvieran que pagar ninguna diferencia de cambio a quienes habían comprado esos dólares", aseguró y remarcó que para alentar las exportaciones, "era suficiente con la eliminación de las retenciones", una de las primeras medidas que tuvo la gestión de Macri a la que consideró acertada y a tiempo.

"Si durante el primer semestre de 2016 iban a normalizar la relación financiera con el exterior y conseguido una fuerte entrada de capitales financieros (como realmente ocurrió al haber solucionado rápidamente el problema con los holdouts), para junio el tipo de cambio contado con liquidación se habría desplomado y se podría haber decretado entonces la completa liberación cambiaria sin un gran salto devaluatorio", razonó.

"Sin una fuerte devaluación inicial del peso en el mercado oficial, la tasa mensual de inflación no habría saltado del 2% al 4% mensual promedio en los primeros seis meses de 2016", continuó Cavallo con su crítica y apuntó: "La que no debía postergarse era la actualización de los precios de la energía".

"Se debería haber determinado el ajuste del precio del gas, de la electricidad y del petroleo, recreando de inmediato los mercados mayoristas con competencia interna y externa, tal como estuvieron legislados hasta el año 2001. Esas leyes siguen en vigencia pero su aplicación fue suspendida con la pesificación compulsiva de los contratos a partir de enero de 2002", indicó.

"Para atenuar el impacto del aumento de tarifas sobre las familias pobres y los pequeños comerciantes e industriales, era cuestión de aplicar una tarifa social baja a los que realmente lo merecieran", recalcó el "padre" de la convertibilidad. "En esos primeros meses de 2016, si bien los precios de la electricidad y del gas habrían aumentado, el de los combustibles habría bajado".

"En lugar de hacer funcionar libremente el mercado del crudo y conseguir una baja en el precio de los combustibles líquidos para el consumidor final, el gobierno permitió a los petroleros seguir cobrando el precio más alto. Haber dejado bajar el precio del gasoil y la nafta, habría al menos compensado en parte el aumento del precio de la electricidad y el gas", calculó.

Y explicó que si bien este reajuste de los precios habría tenido un impacto inmediato en los índices de inflación, "seguramente ese impacto habría sido mucho menor el que tuvo la devaluación inicial del peso" y hubiera tenido la ventaja de que "se habrían eliminado de cuajo subsidios económicos por alrededor de 3% del PBI".

Cavallo advirtió que el primer error de Macri fue que "la fuerte devaluación inicial por eliminación del cepo cambiario sin que se ajustaran antes las tarifas, determinaron un aumento de los subsidios económicos que quedaron para reducir en el futuro" y se apartó de la discusión sobre si el ajuste tarifario debía ser de a poco o de un golpe.

"Luego de la fuerte devaluación inicial del peso, los aumentos de los precios de la electricidad y el gas al consumidor a implementar en el futuro, se hicieran de golpe o en forma gradual, iban a tener que ser mucho más elevados que los que se habrían requerido si se hacían antes del levantamiento del cepo cambiario", detalló.

"Haber elegido la unificación temprana del mercado cambiario tuvo dos efectos agravantes del desequilibrio fiscal -apuntó- Uno fue el pago por las diferencias de cambio a los compradores de dólares futuros (que se pagaron con emisión de $60.000 millones que se reabsorbieron a través de las LEBAC con tasa de interés del 38% nominal anual) y el otro efecto agravante de la situación fiscal fue el aumento de los subsidios económicos del 4% al 5% del PBI por el efecto de la fuerte devaluación inicial".

"De la actual situación de bloqueo de la política de estabilización no se sale si la política monetaria no pasa a utilizar dos instrumentos y no sólo uno: la tasa de interés, pero también la compra y venta de dólares del Banco Central en el mercado cambiario. Intervención destinada a evitar tanto la devaluación excesiva, como la apreciación exagerada del peso", expresó con preocupación.

"La apelación del Presidente a todas las fuerzas políticas y organizaciones sociales a ayudar a bajar el gasto público y eliminar el déficit fiscal, es correcta e imprescindible. Si no se lo hace en forma transparente y sincera, un golpe de mercado terminará produciendo un ajuste socialmente mucho más costoso", dijo.

"Pero, si no se manejan en armonía la política monetaria y la política de precios de la energía, conseguir la eliminación del déficit puede transformarse en una quimera", concluyó.

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