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El economista señaló que la asistencia del FMI debería estar en los u$s30.000 millones para asegurar el financiamiento público y evitar otro "sacudón"
23/05/2018 - 14:16hs

El economista Miguel Kiguel consideró este miércoles que el desembolso del FMI a la Argentina debería rondar los u$s30.000 millones, para asegurar el financiamiento de las cuentas públicas, "calmar a los mercados" y evitar "otro sacudón".

Kiguel disertó esta mañana en el 35to. Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que se lleva a cabo en el Sheraton Retiro, donde pronosticó "dos trimestres de caída del PBI".

"El crecimiento de este año será bajo, se vienen dos trimestres consecutivos de caída del PBI y tenemos que apostar a una recuperación en el primer semestre del año que viene", dijo el economista.

Kiguel compartió uno de los paneles matutinos con el economista Ricardo Arriazu, y ambos aportaron sus miradas sobre la economía nacional (Kiguel) e internacional (Arriazu).

"Creo que el número del préstamo del FMI debería rondar los u$s30.000 millones porque si el paquete es chico y se ubica en torno de los u$s22.000 millones, se va a decepcionar el mercado y habrá otro sacudón", remarcó Kiguel.

El director ejecutivo de Econviews, además, consideró que la reciente volatilidad cambiaria "retrasó a la economía poco más de un año", aunque reconoció que "un buen acuerdo con el FMI permitirá bajar el riesgo país y cubrir las necesidades de financiamiento incluso hasta el año 2020".

Kiguel evitó definir la corrida cambiaria de este mes como una crisis, sino que se refirió a un "episodio" que se produjo, a su juicio, por una "mezcla de factores internos y externos que vinieron en el momento equivocado", a la vez que señaló: "Es difícil decir que terminó, hay buenas chances de que sí".

"Es importante que la crisis se paró, después de un buen recorrido del tipo de cambio. Y el Banco Central poniéndose adelante del mercado ofertante con u$s5.000 millones a $25 fue muy importante para frenar la corrida", remarcó.

"En el frente externo repercutió la suba de las tasas en los Estados Unidos, la caída de la liquidez a nivel global, la depreciación de las monedas emergentes y, por supuesto, la salida de los flujos emergentes", explicó el economista.

Desde el punto de vista interno, cuestionó "el déficit de cuenta corriente, que llegó al 5% del PBI, la inflación de 3,1% que se registró en diciembre del año pasado y, particularmente, la pérdida de claridad de política monetaria con el cambio en la meta de inflación que se anunció el 28 de diciembre".

"Los mercados se alertaron con el déficit de cuenta corriente que representaba salir a buscar u$s30.000 millones todos los años y, también, ver a un Banco Central desguarnecido con la modificación de la meta inflacionaria, del 10 al 15%", añadió.

De todas maneras, Kiguel advirtió que eventuales nuevas subas en la tasa de interés de los Estados Unidos "es un riesgo" a tener en cuenta, de ahí la necesidad de "fondearnos con el crédito del FMI, que nos permitirá mejorar las condiciones de cara al futuro".

En este sentido, destacó que a diferencia de lo sucedido en el 2001, nos encontraremos con un organismo internacional "más preocupado por cuestiones sociales y aspectos políticos", y no el que debió hacer una "autocrítica por su participación en la crisis argentina del 2001".

Por su parte Arriazu, al momento de ofrecer su mirada internacional, subrayó que "el mundo deberá desacelerar su crecimiento porque se acabó la época de tasas de interés negativas".

"En mi opinión es inexorable que la tasa de interés en los Estados Unidos siga subiendo y a fin de año posiblemente se ubique en 3,5%. Habrá que ver cómo repercutirá esta tasa en la Argentina", afirmó el titular de Ricardo Arriazu y Asociados.