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El ecosistema de los medios de pago navega entre las peticiones de los consumidores, los cambios regulatorios y un desarrollo tecnológico sin parangón 
12/06/2018 - 09:41hs

El mercado de los pagos sufre una espiral de cambios motivados por la innovación tecnológica a una escala nunca experimentada por las generaciones precedentes.

El ecosistema de los medios de pago navega entre las peticiones de los consumidores, los cambios regulatorios y un desarrollo tecnológico sin parangón con otras épocas, por lo que lo que hoy es nuevo mañana queda obsoleto. El avance es tal que comienza a minar la primacía del efectivo, que, aunque se resiste a perder su puesto de privilegio, ya no ve como una quimera ceder el liderazgo de los pagos.

De acuerdo con el servicio de estadísticas y estudios de mercado Euromonitor International, 2016 fue el primer año en el que la cantidad de dinero gastado a través de las tarjetas superó al efectivo. Desde entonces los cambios se suceden a diferente velocidad según las geografías, pero el cambio hacia una sociedad en el que el cash pierda el dominio parece no tener vuelta atrás.

Las nuevas tecnologías desplazan a los billetes y monedas en un movimiento geográfico transversal. En el informe adjunto, la firma de medios de pago Worldline identifica las principales tendencias que apuntalan el futuro del efectivo. Entre ellas la acción decidida de varios Gobiernos.

El banco central sueco (Riksbank) predice que las transacciones en efectivo representarán menos del 0,5% del valor de todos los pagos realizados en el país en 2020, mientras que Corea del Sur tiene como objetivo quedarse sin dinero en efectivo ese mismo año. El Ejecutivo indio, por su parte, inició en noviembre de 2017 una política de desmonetización para convertir el país en una economía sin efectivo.

Sin embargo, la fortaleza de la moneda presente en los bolsillos aún tardará en verse minada. Norteamérica es la única región mundial en la que el efectivo ha perdido el liderazgo en los pagos, ya que fue utilizado en el 48% de los mismos. En Europa Occidental todavía protagoniza un 66% de las transacciones, así como el 65% de las efectuadas en los países desarrollados de Asia-Pacífico. En Europa del Este, Latinoamérica, África y los emergentes asiáticos, el efectivo copa más del 90% de los pagos.

Los costos del efectivo son una de las principales razones para limitar su uso. Mastercard insiste en que imprimir y distribuir efectivo puede suponer un costo de hasta el 1,5% del PIB para las economías nacionales, por lo que defiende que utilizar otros medios de pago no sólo mejora la velocidad de las transacciones y reduce los costos, sino que también aumenta la trazabilidad, con las consiguientes ventajas fiscales y de seguridad.

Las tarjetas, en peligro

Pero no solo el efectivo ve limitado su recorrido futuro. Los expertos creen que las tarjetas perderán cuota de mercado en los próximos años, en parte por la introducción de la PSD2, la segunda Directiva de Servicios de Pago de la UE, que permite a los comercios activar los pagos directamente de los clientes y eludir las tarifas y posibles fraudes relacionados con las tarjetas de crédito. Como respuesta, los emisores de plásticos están desarrollando servicios como la tarjeta instantánea o las wallets digitales.

Además, iniciativas como la introducción a finales del pasado año en Europa de Instant Payments, que permite transferir importes en euros en menos de diez segundos, han cambiado la percepción de la lentitud de las transferencias electrónicas. Por otro lado, los asistentes de voz abren para los comercios nuevas formas de conexión con los clientes sin límite horario.

La consultora Ovum ha pronosticado que para 2020 el 80% de las marcas usarán chatbots para las interacciones con los clientes. Al vincular directamente una opción de pago al asistente de voz, la experiencia de compra es rápida y ahorra tiempo.

La industria de medios de pago se ve obligada a gestionar procesos cada vez más complejos para sobrevivir en un mercado cambiante pero que parece no tener vuelta atrás. Queda por ver cuándo desbancará definitivamente al efectivo.