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Tras casi 15 horas, la sesión de la Cámara baja se desmadró ante las objeciones del kirchnerismo hacia el amigo del presidente, propuesto como cónsul
05/07/2018 - 12:10hs

La armonía con la que acababan de votar de manera unánime el proyecto de regularización dominial, se perdió al final de la sesión, cuando la sesión se desarmó y el presidente de la Cámara, elogiado de manera unánime por haber estado durante casi toda la extensa jornada pese a haber perdido a su madre horas antes, no pudo hacer nada para impedir quedarse sin quórum.

Fue al final, cuando dos cuestiones que a priori no parecían mostrar controversias, se complicaron. Una se aprobó igual, la otra no.

La reunión se terminó abruptamente cuando se estaban por tratar el proyecto para conceder autorización para desempeñar el cargo de cónsules y vicecónsules honorarios a ciudadanos argentinos propuestos por gobiernos extranjeros, según lo establecido en la Ley 23.732.

Apurada por el tiempo, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, Cornelia Schmidt Liermann pidió ir directamente a la votación, pero ahí fue cuando el kirchnerista Guillermo Carmona volvió a pedir la palabra para expresar sus objeciones.

“En dos minutos no alcanzamos a hablar del escándalo que es este proyecto -anticipó-. Yo le voy a pedir que me de el tiempo que le corresponde”, reclamó sobre el tema, a lo que Monzó accedió, indicó Parlamentario.com.

El legislador mendocino apuntó entonces que en ese listado figura este año, entre los 32 nombres propuestos por distintos países, Nicolás Caputo, a quien una y otra vez citó irónicamente como el “hermano de la vida” del presidente Mauricio Macri. Carmona aclaró que no tenían objeciones con los otros 31 propuestos, pero sí por Caputo, nominado como cónsul honorario de Singapur.

“Nosotros planteamos en la Comisión de Relaciones Exteriores que se diera un tratamiento distinto para los 31 propuestos no cuestionados, respecto de quien nosotros sí cuestionamos”, señaló Carmona, que anunció que votarían en contra de la iniciativa.

Anticipó que pedirían que el tema volviera a comisiones para pedir “que se subsane esta cuestión y tenga un tratamiento distinto”. En caso contrario, votarían en contra al total de la lista.

Y en cuanto a sus objeciones, aclaró que las mismas no eran personales hacia Caputo, sino al carácter que se le estaba otorgando de cónsul honorario.

Citó la Convención de Viena de 1967, que establece los privilegios e inmunidades que tienen los cónsules, y destacó en ese sentido que entre esas inmunidades y privilegios se les otorgan concesiones que consideró “un privilegio judicial”, y otras cuestiones que consideró “irrazonables que sean otorgadas al hermano de la vida del presidente”.

Pero además estimó que se pone al Estado de Singapur en “una situación de privilegio”, tras lo cual comenzó a leer una nota de la revista Noticias referida a la familia Caputo. Mientras eso hacía, comenzaron a levantarse diputados de la bancada kirchnerista.

“¿Sabe lo que pasa presidente? Esto es invotable, esto es un escándalo, presidente… Esta situación no puede ser tolerada por este Congreso. Este tipo de privilegios, de tráfico de influencias… ¡Es una vergüenza! ¡Es una vergüenza!”, exclamó Carmona a los gritos, alejándose de su banca. Ya sin nada por hacer, Monzó dio por concluida la sesión.