Punto de inflexión en empleo y caída de expectativas empresarias encienden alerta en el Gobierno
Luego de la caída récord de la actividad económica registrada en mayo, las expectativas de las empresas para contratar empleados alcanzó en junio su nivel más bajo desde 2014, al crecer solo un 1,1%.
El dato se desprende de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) presentada el miércoles por el Ministerio de Trabajo, en donde reconocieron un "importante retroceso" del indicador y lo compararon con "la devaluación sorpresiva de Kicillof", pero se mostraron optimistas sobre el nivel de empleo registrado.
"Hay una señal de alerta por las expectativas netas de empleo, pero puede haber ruido por la corrida cambiaria que generó un contexto de incertidumbre", reconoció José Anchorena, encargado de la Dirección de Estudios Macroeconómicos y Estadísticas Laborales del Ministerio de Trabajo.
En ese sentido, el funcionario señaló que aún no está claro si las empresas mantendrán la dotación a la espera de una reactivación o si por el contrario habrá desvinculaciones. "Estamos en un contexto de incertidumbre", precisó.
Los últimos datos del INDEC son poco alentadores. El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró en mayo una caída del 5,8% interanual, la mayor baja registrada desde 2004, que fue arrastrada por la sequía del campo, con un retroceso del 35,2%. Con todo, las autoridades destacaron que desde "hace más de 20 días hay un clima de estabilidad (cambiaria)" y que en adelante puede caer la actividad, sin que ello afecte el nivel de ocupación.
Según la EIL, en los principales centros urbanos del país, el empleo privado formal cayó por quinto mes consecutivo (-0,1%) en la variación mensual, mientras que en la comparación interanual aumentó 0,3%.
Ese comportamiento, que en el interior fue más marcado (-0,3%), se explica por el mal desempeño de la industria, construcción y servicios financieros y a las empresas.
En cambio, comercio, restaurantes y hoteles, transporte, almacenaje y comunicaciones, y servicios comunales, sociales y personales se mantuvieron estables.
El informe de mayo sobre la situación y evolución trabajo registrado, por otra parte, mostró un panorama de luces amarillas. En ese mes se contabilizaron 12,2 millones de empleados formales, un aumento interanual de 148.400 trabajadores (1,2%), mientras que presentó una disminución mensual en términos desestacionalizados de casi 17.000 (-0,1%), es decir sin computar los cambios por temporada, y 27.000 en forma estacionalizada (-0,2%).
La cantidad de ocupados registrados viene disminuyendo desde diciembre pasado, cuando se alcanzó el récord de 12,3 millones de personas en esa situación.
Los datos provienen del Sistema Integral Previsional Argentino (SIPA), que maneja la AFIP a partir de las declaraciones juradas ingresadas a la seguridad social. Para la cartera laboral, las cifras siguen siendo positivas ya que el empleo registrado sigue siendo superior al del 2016 y 2017.
"Si bien no es el resultado que esperábamos hace tres meses, tampoco hay una caída destacada", señaló Anchorena.
En cuanto a las modalidades de empleo, la variación mensual desestacionalizada del trabajo registrado para mayo reflejó una disminución de 9.100 trabajadores en el sector privado, mientras que la baja fue de 4.900 en el sector público y de 2.900 monotributistas sociales o beneficiarios de planes sociales. Se frenan las locomotoras
En la variación interanual, en cambio, el rubro privado aumentó su nivel de empleo en 105.000 (1,2%), el público en 16.000 (0,5%) y los monotributistas sociales en 26.000 (6,8%), siendo este último uno de los principales motores del empleo en el último tiempo.
Dentro del sector privado, que concentra 8,6 millones de trabajadores, la serie desestacionalizada mensual mostró que los asalariados privados tuvieron una reducción de 5.900 empleos, la más importante de los últimos 12 meses, seguida por autónomos, con una baja de 1.800, monotributistas; de 1.100, y casas particulares; de 300.
La destrucción de empleos asalariados privados coincidió con un cambio de tendencia en la construcción, que había sido uno de los sectores impulsores del empleo registrado desde el segundo semestre de 2016 y que en mayo destruyó 1.600 fuentes laborales en la serie mensual desestacionalizada.
Ahora, por el acuerdo con el FMI, que implica una fuerte reducción del gasto de $300.000 millones, se espera un fuerte recorte de los fondos para la obra pública.
En tanto, la industria manufacturera perdió en mayo 3.400 empleos; servicios comunitarios, 1.200; transporte, 900, y comercio, 700.
Por el contrario, actividades inmobiliarias creó 2.300 empleos y agricultura, 900. Este último rubro se vería favorecido por la devaluación de más del 60% acumulada desde diciembre, pero solo representa un 5% del empleo privado asalariado registrado.
La comparación interanual evidenció que 11 de los 14 sectores analizados expandieron el número de trabajadores formales. Los rubros que impulsaron el crecimiento fueron construcción con 27.500 trabajadores más; explotación de minas y canteras, 3.300, suministro de electricidad, gas y agua, con 1.600; servicios sociales y de salud, 6.400; enseñanza, 6.700, y actividades inmobiliarias, con 13.100. La industria, en cambio, siguió destruyendo puestos, con 21.300 menos, seguida por transporte y pesca.
En el Ministerio de Trabajo aseguran que otros indicadores se muestran estables. Ese es el caso de los expedientes ingresados en el Servicio de Conciliación Laboral (Seclo), con 7.507 casos en mayo del año pasado y 7.516 en el mismo mes de 2018, representados en su mayoría por Buenos Aires.
Por otra parte, se abrieron en junio 48 Procedimientos Preventivos de Crisis, por debajo de los 50 del mismo período del año pasado, pero sin precisar la cantidad de trabajadores involucrados.