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Paradoja: la Argentina pasó del combustible barato a tener una de las naftas más caras

Es en comparación con los valores que hoy se barajan en la región. La situación en Chile, Uruguay y Estados Unidos, y el increí­ble caso venezolano
05/01/2009 - 09:18hs
Paradoja: la Argentina pasó del combustible barato a tener una de las naftas más caras

El clima de inestabilidad que se evidencia en los principales motores de la economí­a mundial alteró el orden de variables que, hasta hace pocos meses, parecí­an inamovibles.

Una muestra de esta realidad cambiante se observa en la cotización de los combustibles, que hasta julio mostraba a la Argentina como uno de los territorios más baratos de la región para llenar el tanque, y ahora coloca al paí­s entre los más caros del continente.

Son dos las razones que explican este cambio de posición en el ranking: en primer lugar, el estrepitoso derrumbe en el precio internacional del crudo, que llegó a rozar los u$s150 por barril (julio 2008) y ahora su cotización se ubica cerca de un tercio de ese valor.

En segundo término, el tipo de acuerdo fijado entre el Gobierno y las petroleras, por el que se estableció un "precio techo" de u$s42 (cifra que reciben las compañí­as por cada barril exportado) mientras que el Estado se queda con la diferencia (si es que el oro negro cotiza por encima de ese nivel).

Las caracterí­sticas de este tipo de acuerdo hacen que el precio del litro, en el mercado local, no se mueva al compás del contexto externo, algo que sí­ ocurre en naciones como Brasil, Chile, Uruguay y Estados Unidos que, de un modo u otro, mantienen una polí­tica de precios que está sujeta a las oscilaciones del mercado.

En el plano interno esto no sucede, y el ingreso tope de u$s42 por barril hace que los precios del litro se mantengan inmunes a la baja, como ocurre actualmente. El corset resulta positivo cuando el valor internacional está por encima de ese escalón, pero deviene en negativo si la relación se hace inversa: fuera de la Argentina la nafta se abarata mientras que en el mercado local los valores no caen.

Así­, mientras que a nivel doméstico el litro de nafta súper de 95 octanos cuesta en promedio $3,10 (tomando valores del interior del paí­s como referencia), el mismo producto se cotiza –en valores argentinos– a $2,381 en Chile (u$s0,691) y también se mantiene por encima de los $3 en Uruguay.

La nafta de 97 octanos marca otra diferencia. A nivel local, y tomando como referencia los valores de YPF, el producto Fangio XXI cuesta en la provincia de Buenos Aires $3,626 el litro. En Chile, un combustible similar alcanza los $2,550 (u$s0,738), y en Uruguay merodea los $4.

¿Qué sucede con Brasil? En ese paí­s el litro vale $3,66 (2,5250 reales) en la zona de Rí­o de Janeiro. Pero desciende en áreas como Belo Horizonte, donde alcanza los $3,294 (2,30 reales).

Las asimetrí­as cobran mayor relevancia si se establece una comparación entre los valores de la nafta argentina y los combustibles que se comercializan en los Estados Unidos.

En la nación norteamericana, aterrizaje del crudo mediante, el galón (3,8 litros) ahora vale u$s2,30. La marca establece, de esta forma, un parámetro de –en moneda argentina– $2,10 el litro.

El extremo de la diferencia se da en Venezuela, donde la nafta cuesta desde hace 10 años entre 3 y 4 centavos de dólar (poco más de 10 centavos argentinos). En la tierra de Hugo Chávez una botella de agua cuesta 25 veces más que un litro de combustible.



Diferencia
"La diferencia de precios respecto de otras zonas de la región se notaba hace seis o siete meses. Ahora la Argentina no está más entre los paí­ses más baratos en términos de naftas y eso responde, en buena medida, a la polí­tica de retenciones aplicadas a los combustibles. Y al lí­mite máximo de u$s42 establecido, que limita cualquier abaratamiento", explicó a iProfesional.com el economista Tomás Bulat.

El especialista señaló que "el petróleo bajó su cotización en alrededor del 66% durante la última parte del año". Y que el mismo condicionante "explica en buena medida la baja en los valores que muestra, por ejemplo, Chile, y Brasil, aunque en este último paí­s el mercado de naftas es más complejo".

Bulat argumentó que Chile posee valores menores "a raí­z de que está abierto al mercado internacional". "Los precios varí­an cada semana de acuerdo a lo que marca la escena externa. Por ende, el mercado aparece más liberado y las cotizaciones tienen una coherencia a partir del control que ejerce una empresa nacional de energí­a", dijo.

En coincidencia con estas apreciaciones, Nicolás Bridger, economista de la consultora Prefinex, destacó un cambio en los valores regionales a partir del crac exhibido por el petróleo en los últimos meses. "En un momento, la diferencia de precios era significativa: Uruguay y Brasil vendí­an un 100% más caro que la Argentina, pero eso se achicó en el último tramo del año".

"El problema, igualmente, no está en que disminuya la brecha sino en las retenciones y los precios fijos establecidos al barril. Eso hace que la rentabilidad sea baja, las empresas no encuentren incentivos para explorar por esa misma razón, y a partir de ahí­ no exista una oferta de naftas lo suficientemente amplia como para que los precios caigan", señaló a iProfesional.com.




BrasilMás allá de la paridad que, en lo que hace a combustibles, ahora muestra Brasil con la Argentina, Bulat remarcó la diferencia de variables que distingue al escenario de combustibles en el paí­s vecino.

"Brasil ahora aparece como un tanto más barato por cuestiones vinculadas a la moneda. Hay que tener en cuenta que el real devalúo cerca del 40%, y eso mismo repercute bajando la cotización de la nafta. También está la cuota de etanol que se exige al momento de llenar el tanque", comentó.

Y añadió: "Pero por encima de esas particularidades hay que tener en cuenta que la presión es menor que en la Argentina. De ahí­ que, en la medida que el precio del petróleo gane estabilidad, se notará una disminución más pronunciada en los combustibles que hoy se venden en Brasil".




Argumentos
La alta tasa de impuestos que graba a las naftas que se comercializan en la Argentina aparece como otro de los argumentos que explican el por qué de precios que no decaen pese al abaratamiento del crudo.

"Casi el 65% de lo que se paga por litro son impuestos. Eso complica a los estacioneros cuando compran combustible y directamente repercute en el precio final que abona el cliente", comentó Bulat.

Esta visión también fue avalada desde el sector de los dueños de estaciones de servicio. En diálogo con iProfesional.com, Rosario Sica, titular de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA), sostuvo que "la variación de precios con respecto a la región responde a los impuestos que se pagan".

"El barril bajó y eso es lo que permitió una suerte nivelación en los valores de los paí­ses cercanos. Ahora, las cosas están más parejas, aunque en Argentina los precios cambian según la ciudad o la provincia. Igualmente, hasta que no se revean los impuestos que afectan a la actividad y el alza en los costos que deben afrontar las estaciones de servicios lo más probable es que los valores sigan subiendo", concluyó.


Patricio Eleisegui
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