El Gobierno deberá encarrillar esta semana las paritarias de los sectores de alimentación y comercio para evitar que la pauta salarial se dispare por encima del 30% e impedir la profundización de los conflictos, como el que hace diez dí­as paraliza la producción de las principales fábricas de alimentos del paí­s.

El Ministerio de Trabajo convocó a los representantes de la Federación gremial y la cámara empresaria de la alimentación para intentar acercar posiciones y comprometer a las partes en un acuerdo de paz social que evite la profundización de las medidas de fuerza.

Este martes vence la última conciliación obligatoria, que fue desconocida por los sindicatos, que llevaron adelante protestas, movilizaciones y paros en las fábricas de todo el paí­s.

Según informaron voceros de la negociación, las empresas mejoraron la última propuesta de un aumento de 24% y plantearon una nueva oferta de 26% en forma escalonada, pero los gremios insistieron con el reclamo original de elevar de $2.230 a $3.200 el sueldo básico de la actividad y un incremento proporcional para el resto de las categorí­as.

La principal preocupación del Gobierno se vincula con el impacto que podrí­a tener sobre el conjunto de las paritarias la proporción del aumento que reclama el gremio, que calculado sobre el salario básico ronda el 50%, consigna el diario El Cronista en su edición de hoy.

En esta lí­nea, el sindicato de empleados de comercio anticipó que pugnarán por una salario básico $3.000, lo que representa un incremento superior al 40% para casi un millón de trabajadores, detalla el matutino.