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Golpea pero no le abren: la dura lucha de Alberto Fernández por persuadir a las empresas del interior

Efecto derrame, la sombra de Cristina Kirchner y la foto prohibida, los desafíos que enfrenta Fernández para llegar a empresarios y productores
05/08/2019 - 07:02hs
Golpea pero no le abren: la dura lucha de Alberto Fernández por persuadir a las empresas del interior

El último tramo de la campaña tomó un nuevo impulso con la visita de los candidatos a territorios clave por su peso electoral. Alberto Fernández enfocó sus esfuerzos en las últimas horas en los pueblos del interior de Córdoba, el tercer distrito en cantidad de votos después de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, con casi 3 millones de electores. Uno de los principales desafíos del candidato del Frente de Todos es conseguir el apoyo de productores rurales, pymes y grandes empresarios.

Todavía sigue a flor de piel en muchos de ellos el conflicto de la 125, la pelea con el exgobernador José Manuel De la Sota por la caja fiscal y las tensiones con el poder central encabezado en su momento por Cristina Kirchner. Una enemistad que Macri reforzó con la devolución del 15% de la coparticipación ordenada por la Corte en 2016.

"Débora Giorgi (exministra de industria durante el kirchnerismo) nos decía que no nos atendía porque veníamos de Córdoba", recuerdan aún con resquemor en la Unión Industrial de Córdoba (UIC), de donde proviene el actual titular de la UIA, Miguel Acevedo.

En el equipo de Fernández son conscientes de esas limitaciones. Por ello, su desembarco en la provincia fue acompañado por carteles y afiches con un denominador común: la ausencia de cualquier imagen de Cristina Kirchner. Así buscan despejar el temor de que Alberto, pese a su perfil más moderado, sea visto como un emisario de la expresidenta.

El otro giro estratégico consisitió en la incorporación a la campaña del diputado Felipe Solá, el encargado de acercar al campo y uno de los artífices del encuentro que mantuvo el viernes con Roberto Urquía, dueño del emporio agroindustrial AGD.

En su tercera gira por Córdoba, Fernández recorrió las instalaciones de la planta aceitera en General Deheza, la sede central del grupo que este año escaló al cuarto lugar en el ranking de exportadores de granos, sus derivados y maní. 

La foto simbolizó un reencuentro con el empresario que en 2003 fue electo senador por el Frente para la Victoria y que en 2008 rompió con el kirchnerismo por el conflicto por las retenciones. El acercamiento se vio facilitado por el debilitamiento del peronismo federal, al que hasta hace poco apostaba Urquía.

Pero también por el rechazo compartido a las retenciones a las exportaciones industriales. Esa decisión adoptada por Macri encareció la venta en el exterior del aceite y harina de soja, sumado a que ahora China prefiere importar el grano e industrializarlo puertas adentro.

"La reunión fue muy buena. Alberto conoce a Urquía desde hace mucho tiempo, desde antes de la 125. Urquía está muy enojado con el Gobierno nacional porque le han puesto un montón de retenciones e impuestos a todas las economías regionales y a toda la producción de la agroindustria", explicaron en el equipo de Fernández.

Cerca del candidato sostienen que el empresario "además de tener mucho campo, le da valor agregado a lo que produce y ahí es donde el Gobierno lo está perjudicando muy fuertemente". "Está a fondo jugando con Alberto", aseguraron.

Hay otro motivo que lo habría enemistado con Macri: Urquía fue citado a declarar en febrero por la sospecha del pago de coimas en el área de los negocios ferroviarios que manejó entre 2003 y 2009 Ricardo Jaime, exsecretario de Transporte de Néstor y Cristina Kirchner.

El dueño de AGD es propietario desde 1992 del ferrocarril Nuevo Central Argentino (NCA), cuyos 4.757 kilómetros de vías van desde Buenos Aires hasta Tucumán; además de explotar 200.000 hectáreas de campos propios o alquilados para cultivos y poseer dos puertos, uno en San Lorenzo y otro en Rosario.

Un diálogo difícil

El viaje emprendido por Fernández al interior profundo apuntó a General Deheza, Bell Ville, Marcos Juárez y Leones, todas localidades en las que Macri hizo una gran elección en 2015 y en las que ahora su rival busca descontar votos negativos. Una misión que no está exenta de dificultades.

En Río Cuarto y en Villa María, por caso, los productores de la Sociedad Rural le terminaron cerrando las puertas, luego de solicitar un encuentro con ellos. "No lo recibimos porque no quiere que los productores le hagan preguntas, solo quiere sacarse la foto", dijo a iProfesional el titular de la entidad de Villa María, Rodolfo Meny.

En efecto, una encuesta de la consultora Icasa Mora y Araujo Asociados reveló la semana pasada que 8 de cada 10 productores agropecuarios votarán a Macri, pero que solo un 18% está conforme con su gestión.

Las señales de resistencia se tocan con la realidad paralela que vive el campo. Mientras la economía acumula una caída del 3,1% que impacta en la pérdida de empleos en la industria y el comercio, el agro creció casi un 50% interanual en mayo por la cosecha récord de granos de más de 145 millones de toneladas y las exportaciones de carne y leche.

Los productores no son los únicos que se entusiasman por el repunte, también los pequeños y medianos empresarios de los pueblos y ciudades del interior, a los que les llega algo de ese efecto "derrame". A ellas les apuntó Fernández el viernes con su propuesta de desdolarizar tarifas y crear un ministerio Pyme.

"Si las pequeñas y medianas empresas no pueden pagar la luz para qué tiene sentido que tengamos energía", dijo en una conferencia de prensa que brindó en Belville. Además, mantuvo una reunión con el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, que le brindó su respaldo rumbo a las elecciones del domingo próximo.

El exjefe de gabinete de Néstor Kirchner estuvo acompañado en su tour electoral del intendente kirchnerista de Villa María, Martín Gills, quien lo presentó ante productores rurales y empresarios de Leones, y lo representó ante la Asociación de Empresarios de la Región Centro Argentino (Aerca) en el marco del precoloquio organizado el jueves por la UIC.

La entidad que aglutina a 65 cámaras pyme en Villa María fue escenario de un debate entre el intendente, el ministro de Agricultura Luis Miguel Etchevehere y el ministro de Industria cordobés, Roberto Avalle. Allí, el hombre de Macri recordó al auditorio los tiempos en que los "castigaban" por participar de debates y prometió la apertura de nuevos mercados junto con la quita de retenciones al agro en diciembre de 2020.

"Hay que ganar las elecciones y bajar el riesgo país, todavía hay riesgo de que gane el kirchnerismo", azuzó el extitular de la Sociedad Rural. Mientras que Avalle se quejó de los derechos de exportación a la industria y Gills apuntó contra las elevadas tasas de interés. Así, cada uno intentó contener al titular de Aerca, Franco Monetti, quien en la apertura del evento les exigió a las autoridades que "digan qué cosas se modificaron". 

Aunque se sienten decepcionadas por Macri, no son pocas las pyme del interior que todavía abrigan una luz de esperanza en la promesa oficial de un blanqueo laboral, la quita de impuestos y la apertura comercial. La cuenca de Villa María, por caso, produce el 20% de la leche del país y varias de las principales fabricantes destinan buena parte de su producción al exterior.

Ese territorio prolífico en cultivos, tambos y animales, pero también en fábricas de alimentos y autos, cautiva a todos los candidatos por igual. Los representantes de Aerca recibieron el miércoles a José Luis Espert, y este martes tendrán un almuerzo con Roberto Lavagna, la otra figura de fuerte perfil industrialista.

Dólar, crédito y crisis

El peronismo apunta sobre todo a las pymes que se vieron afectadas por la crisis económica y la caída del mercado interno. "Nosotros eramos 60 empleados y ahora somos ocho", explica un obrero de una fábrica cordobesa en el spot que se lo ve junto a Fernández. En ese segmento buscará achicar la diferencia, sin resignar la eventual llegada a los agricultores y ganaderos.

Macri reforzó su alianza con las entidades agrarias el sábado en La Rural, donde los anfitriones se mostraron a gusto con el discurso presidencial por el reconocimiento de las retenciones como un mal impuesto, la necesidad de no volver al pasado y la integracion al mundo.

Hasta los productores que simpatizan con Fernández reconocen que la mayoría de sus pares votan a Juntos por el Cambio. Frente a esa barrera, la estrategia del aliado de Cristina y Sergio Massa es apuntar contra el "dólar planchado" a costa de una política monetaria que, según el candidato, beneficia a los bancos con tasas de interés de hasta el 60%.

Tanto Macri como Alberto aguardan una reunión con la Mesa de Enlace. El postulante opositor ya inició contactos con la Federación Agraria para gestionar la cita con las entidades rurales, algo que no ocurriría hasta después de las PASO, según confirmaron fuentes del sector a iProfesional.

También hará lo propio con los tamberos de la Asociación de Productores Lecheros de Argentina (APLA). El objetivo es extender al campo el respaldo pyme que hoy concita en algunos sectores de la industria bonaerense, vinculados al Encuentro Nacional de Empresarios y la confederación empresaria Cgera, dos chapas de raigambre peronista.

Córdoba será clave en esa batalla. Allí Cambiemos ganó en 2015 por el 53% de los votos contra el 19%, una diferencia de más de 735.000 votos. Por ello, luego del acto de cierre en el monumento a la bandera en Rosario, Fernández regresará a la provincia mediterránea para reforzar las adhesiones. Lo mismo hará Macri.

Por estas horas, el gobernador peronista Juan Schiaretti, apuesta al corte de boleta sin jugar abiertamente para ningún espacio. Su expectativa es que el resultado muestre una paridad de fuerzas y que el centro del poder político se desplace al Congreso, a donde aspira a expandir su influencia gane quien gane.