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Los toscos registros de la corrupción: de los cuadernos K al Excel de Chubut

Anotadores del chofer de Baratta y planillas de cálculo de un ex funcionario del fallecido Das Neves dan cuenta de los movimientos de fondos negros
02/08/2018 - 05:23hs
Los toscos registros de la corrupción: de los cuadernos K al Excel de Chubut

Todos los que vieron la serie brasileña "El Mecanismo" -que narra la investigación que puso al descubierto la operatoria corrupta del "Lava Jato"- se asombraron de ver cómo los policías reconstruyeron la trama del pago de sobornos: tras hurgar en los tachos de basura de empresas y oficinas públicas, recuperaron las largas tiras de papel que quedaban después que las hojas pasaban por la máquina trituradora. Pacientemente, los policías hacían coincidir las tiritas hasta reconstruir las páginas y las pegaban sobre un cartón.

Esa imagen potente sirvió como marca de identidad no sólo para la exitosa serie, sino que se transformó en un ícono de la corrupción: esos papeles desparejamente pegados simbolizaban el triunfo de la justicia sobre las destrucciones de prueba de la corrupción.

Pero seguramente nunca estuvo en la imaginación de un guionista de series políticas que un escándalo de sobornos en la obra pública pudiera estar ligado a registros tan caseros y poco sofisticados como un cuaderno Gloria o un documento de Excel en una computadora de escritorio. Y, menos probablemente, se podría imaginar que en esos registros no figuraría la transferencia bancaria de dinero sino el traslado físico de billetes en bolsos.

Esas son, sin embargo, las marcas de la corrupción argentina: casi como si esas prácticas toscas dieran la talla del grado de naturalización de las prácticas corruptas. Es, lo que ocurrió con el nuevo escándalo judicial por coimas en la obra pública. El centro del caso es la aparición de ocho cuadernos donde el chofer de Roberto Baratta, ex número dos del ex ministro de Planificación federal kirchnerista Julio de Vido, donde anotaba los recorridos que realizaba, pone el foco en los soportes donde se registran los movimientos ligados a fondos de origen corrupto, por sobornos o favores.

De acuerdo a la investigación judicial, y a versiones periodísticas que nunca fueron confirmadas en Tribunales, el soporte papel resultaba el preferido durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, sin llegar a niveles más acordes al siglo XXI como la planilla Excel donde un ex funcionario de Chubut anotó todos los movimientos de una “caja negra” de fondos provenientes de la corrupción en la obra pública de esa provincia patagónica durante los gobiernos del ex mandatario fallecido Daniel Das Neves.

En el caso de los cuadernos de Oscar Centeno, el chofer de Baratta, ex secretario de Coordinación y Gestión del Ministerio de Planificación durante los 12 años del kirchnerismo, están anotadas fechas, horas, nombres, apodos y direcciones. Esos trayectos muestran cómo fue el camino de las coimas de empresas al Ministerio de Planificación durante la gestión kirchnerista. 

Entre el 23 de marzo y el 16 de octubre de 2005, durante el gobierno de Néstor Kirchner, Centeno anotó los movimientos en una libreta de hojas cuadriculadas pegadas por el borde superior, un formato riesgoso porque las hojas se pueden desprender con facilidad.

Del 17 de octubre de 2005 al 29 de junio de 2006 prefirió seguir el registro en un cuaderno de hojas espiraladas de la marca Gloria de la papelera Ledesma, también cuadriculado, un formato que tiene sentido si se anotarán cifras en columnas y filas, aunque no tanto para los escritos de Centeno, que sólo daba cuenta de sus movimientos en oraciones, divididas por líneas horizontales.

 

 

En otro cuaderno, que comenzó el primer día del año 2006 y hasta el 11 de enero de 2008, ya con Fernández de Kirchner en la Casa Rosada, Centeno eligió un cuaderno espiralado de la marca América, de tapa verde y hojas cuadriculadas.

Ese mismo año eligió un cuaderno de la misma marca América pero de tapa azul y blanco, siempre con hojas con cuadrados, donde anotó sus movimientos entre el 26 de enero hasta el 12 de abril de 2009.

 

 

Entre el 13 de abril de 2009 y el 13 de mayo de 2010 volvió a la marca Gloria, con hojas cuadriculadas y escritos en birome de tinta azul.

El 14 de mayo de 2010 inició el último cuaderno mientras vivía Néstor Kirchner, y donde anotó por última vez el 21 de diciembre de ese año, luego del fallecimiento del ex Presidente, el 27 de octubre. En este caso el elegido fue un cuaderno América con el Machu Picchu peruano en la portada.

 

Los dos últimos cuadernos, escritos bajo el segundo gobierno de Fernández de Kirchner, se distinguen del resto porque Centeno se pasó a las hojas con renglones. Uno de ellos fue escrito entre el 6 de mayo y el 31 de octubre de 2013, es uno de la marca Rivadavia, una de las más tradicionales del mercado escolar. Es el único cuaderno, junto a la libreta que inició la serie, que no son con espirales de metal.

En cambio, para sus anotaciones del 2 de junio al 3 de noviembre de 2015 volvió al Gloria con espirales pero sin formato cuadricular.

¿El antecedente del Arte de Néstor?

Centeno replicó posiblemente el ejemplo que se le atribuye a Néstor Kirchner, quien, según versiones periodísticas nunca demostradas hasta ahora en la Justicia, llevaba registros similares de los fondos gubernamentales ligados a la corrupción en un cuaderno de la marca Arte… sí, adivinó, con espirales de metal.

Se desconoce el paradero de ese cuaderno luego de la muerte del ex Presidente el 27 de octubre de 2010. Se supone que Kirchner escribía en él con sus famosas biromes de la marca BIC. De acuerdo a versiones periodísticas, y a diferencia de Centeno, Kirchner incluía en el cuaderno papeles con anotaciones, siempre manuscritas.

¿Por qué tanto Centeno y, supuestamente, el ex Presidente eligieron el formato de un cuaderno y no de una planilla de cálculo, que se puede guardar en pendrives encriptados o en la nube informática y con acceso desde cualquier computadora o móvil conectado a Internet?

Una razón sencilla y concreta es la siguiente: un cuaderno no se puede “hackear”, copiar o alterar o eliminar en forma remota, como puede ocurrir con un archivo informático.

Además, el cuaderno es fácil de eliminar si es necesario, mientras que una planilla de cálculo se puede recuperar si no fue eliminada bajo un proceso técnico algo complejo para un usuario común de computadoras. Se puede tener copia de un cuaderno en fotocopias o tomándole fotos, aunque para ello hay que tener acceso físico al anotador.

La vía informática de Chubut

Los vecinos patagónicos de Santa Cruz, la patria natal política de los Kirchner y De Vido es Chubut que desde el año pasado vive conmocionada por una crisis política desatada por un archivo Excel.

En este caso, el protagonista es un ex funcionario que prefirió la comodidad, la eficiencia y el orden en el registro de números que tiene el posiblemente programa más famoso de la empresa Microsoft, luego de su sistema operativo Windows, y junto al paquete Office y el procesador de texto Word.

El escándalo tiene hoy 12 detenidos, entre ministros, secretarios, valijeros y empresarios, vinculados a 12 causas y un gabinete, el del fallecido gobernador Mario Das Neves, partido al medio.

El sucesor de Das Neves, Mariano Arcioni, está con la espada de Damocles encima suyo, todo por culpa de un botín negro que los contadores de la corrupción habían registrado minuciosamente en planillas de Excel, por un total de fondos que llegan a 800 millones de pesos.

Las sospechas sobre el gobierno provincial nacieron por el malgaste de 46 millones de pesos destinados a socorrer a Comodoro Rivadavia, la principal ciudad de Chubut, que en marzo de 2017 había sido devastada por un alud de barro que dejó a 3000 personas sin techo.

Das Neves, quien murió el 31 de octubre de 2017, tuvo un secretario privado, Diego Correa, quien ante los fiscales asentó su domicilio en el expediente: Velero Vesta 127, en la ciudad de Trelew.

El domicilio de Correa era el mismo de Dual Core, una de las empresas constructoras contratadas para la emergencia en Comodoro Rivadavia. Es decir, se contrataba a sí mismo y se pagaba en su domicilio. Dual Core llevaba meses como proveedor de la provincia. Lo mismo que Sepat SRL, otra proveedora del Estado. Ambas respondían a Correa a través de parientes y testaferros.

Correa tenía su propio secretario privado Diego Luthers, un ex empleado bancario, quien anotaba en planillas de Excel en forma minuciosa los ingresos y gastos de la caja negra de supuestos sobornos. Fiel a su origen laboral, Luthers guardó fotocopias de los cheques con que pagaban las empresas.

En esa contabilidad informática, a la que accedió la Justicia, figura desde la compra de un “gel Tío Nacho” por $300 hasta “pastillas” ($215) o los bifes de lomo que comían Correa y otros implicados.

 

Luthers llegó a asentar incluso los episodios derivados de la investigación judicial. “Diferencia sin anotar día allanamiento”, por $14.500, dice es uno de los ítems. Había otra lista en soporte informático, donde figuran supuestos sobresueldos junto a nombres de funcionarios o de sus parientes.

Aquí está incluido el gobernador Arcioni, que aparece anotado en más de una oportunidad, con $100.000.  También la viuda de Das Neves, con ingresos de hasta $500.000. En el podio aparecen Correa y Gonzalo Carpintero, otro secretario de Das Neves, con un millón de pesos mensuales cada uno.

 

 

¿Por qué Luthers registró la caja negra con tanto detalle? En la Justicia chubutense creen que esta modalidad meticulosa se debe al enorme volumen de dinero que manejaban y/o a que debían rendir cuentas a un superior.

Las fotografías de las planillas del ex secretario de Correa fueron publicadas originalmente por el diario digital La Tecla.

Por las dudas Correa tenía una libreta personal donde también figurarían pagos. Ese cuaderno está en manos de la Justicia provincial que deberá probar si esos pagos se realizan en forma efectiva.

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