Google se prepara para entrar en el competitivo mercado de las ventas en tienda física. Lo hará en Chicago, la tercera ciudad más poblada de Estados Unidos, con una instalación de más de 1.300 metros cuadrados divididos en dos plantas.

En rigor, la primera tienda física del gigante tecnológico nacido en el Silicon Valley californiano fue de su servicio Fiber de fibra óptica directa al hogar en Austin, la capital del estado norteamericano de Texas.

Por lo tanto, la de Chicago no será la primera tienda física con presencia de Google, aunque sí la primera permanente y propia en el negocio del hardware. Durante los últimos años, Google ha tanteado las aguas del comercio físico con contratos con grandes superficies en los que se les permite establecer zonas “exclusivas” para sus dispositivos.

Este concepto de venta física le ha permitido dar a conocer sus productos de forma exclusiva y con personal específicamente entrenado y conocedor de los productos a vender, además de dotarles de una presencia de marketing.

Esta nueva tienda en Chicago es el primer paso de la empresa hacia la comercialización directa y física de smartphones de la gama Pixel, computadoras Chromebook de diferentes compañías que operan con el sistema ChromeOS, termostatos y herramientas domóticas de la marca Nest, o sus nuevos altavoces digitales inteligentes Google Home, entre otros.

La tienda servirá además de lugar para dar a conocer nuevos productos y como elemento para servir de punto de intercambio de reparaciones y garantías. Este punto es clave dada la expansión cada vez más grande de Google en el campo del hardware con productos propios desde hace unos 3 años.

Poder conocer, probar, comprar y reparar los dispositivos en una localización concreta sigue siendo un punto atractivo para muchos compradores a pesar de la expansión del comercio electrónico.

Chicago es el lugar elegido por otras grandes compañías estadounidenses para múltiples de sus tiendas más importantes. Apple recientemente reconstruyó por completo la tienda de Michigan Avenue con un concepto de cristal completo y unas escaleras que bajan hasta el propio río Chicago.