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Es argentino, entrena abejas, recibió una inversión de u$s8 millones y su compañía abrió sede en Los Ángeles

Beeflow, creada por Matías Viel, desarrolló un sistema de polinización que mejora los rendimientos de frutales y reduce la mortalidad de las abejas
24/07/2021 - 08:00hs
Es argentino, entrena abejas, recibió una inversión de u$s8 millones y su compañía abrió sede en Los Ángeles

Matías Viel estudió administración de empresas y su sueño era crear una compañía que produzca un impacto positivo en el ambiente. A partir de acercarse a la aceleradora de emprendimientos tecnológicos Grid X, en 2016 conoció a Walter Farina, destacado científico argentino, especializado en ecología cognitiva y abejas.

Farina, quien es biólogo y docente de Biodiversidad y Biología Experimental en la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, había publicado varios trabajos sobre el comportamiento de las abejas y la polinización dirigida.

"Walter pasó más de 20 años estudiando a las abejas y creó una tecnología de polinización cuya patente decidimos licenciar con la Universidad para poder llevarla al mercado", cuenta Matías, desde Nuevo México, Estados Unidos.

A partir de licenciar esta tecnología desarrollada por el especialista de la UBA, surgió Beeflow, una empresa cuya misión es "integrar el conocimiento sobre el comportamiento de las abejas con los manejos que hacen los productores en el campo, para potenciar su capacidad de polinización", explica Viel.

"Además utilizamos suplementos nutricionales vegetales que impactan positivamente en la cantidad de vuelos a las flores del cultivo de interés. Con esta tecnología aumentamos el rendimiento de producciones como arándanos y almendras entre un 20 y un 90%, sin necesidad de utilizar fertilizantes químicos", asegura el emprendedor.

Inversión y acompañamiento

En la firma trabajan 18 personas, entre biólogos, entomólogos y especialistas en sistemas

Por un lado, la compañía trabaja con productores de frutales, verduras y cultivos no extensivos como girasol, a quienes ofrece un servicio de polinización, por parte de apicultores que llevan sus colmenas a los campos a polinizar, y así obtienen un ingreso adicional al de la venta de miel.

Por otra parte, capacita a los apicultores sobre las técnicas de polinización y mejores prácticas. Y también trabaja para reducir el descarte de alimentos en el campo (por malformación o bajos calibres), mejorar la producción de semillas híbridas vegetales y limitar la incidencia de enfermedades asociadas a una polinización deficiente.

Además de inversión y acompañamiento inicial por parte de GridX, una company builder que vincula a emprendedores y científicos para crear empresas de base tecnológica, Beeflow es integrante de la organización Endeavor, que apoya a emprendimientos de alto impacto. Y también forma parte de CAB Startups, la aceleradora de empresas de base biotecnológica de la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB).

En 2017 la startup desembarcó en California de la mano de IndieBio, la aceleradora más importante del mundo biotech, que invirtió en el proyecto. Y este año, cerró una ronda de inversión Series A por u$s8,3 millones de dólares, de un fondo internacional conformado por Tesla y Amazon, entre otros inversores institucionales.

La compañía tiene hoy sede en Los Ángeles y Buenos Aires. Entre sus clientes, se cuentan productores de kiwis, arándanos y almendras de Argentina, y empresas como Driscoll's, el mayor productor de berries de EE.UU.; y la multinacional química BASF.

Actualmente trabajan en la firma 18 personas, entre biólogos, entomólogos y especialistas en sistemas, y el próximo paso es escalar el negocio a otros países de la región, como Perú y México.

Agricultura sostenible

Las investigaciones de Farina y su equipo se están poniendo en práctica para proteger de la extinción a las abejas

Las abejas son responsables de polinizar el 70% de los cultivos a nivel mundial y desempeñan un rol crucial en la cadena de suministro de alimentos. Sin embargo, las prácticas agrícolas extensivas, basadas en el uso de agroquímicos, son responsables de que muchas de las 20.000 especies de abejas del planeta estén hoy al borde de la extinción.

Los trabajos de Farina, en la Universidad de Buenos Aires, demostraron que es posible condicionar las abejas a un olor recompensado y a partir de esto modificar sus preferencias de polinización.

Previamente, el investigador había mostrado que las abejas pueden establecer una memoria a largo plazo relacionada con los aromas de los alimentos, y que esos recuerdos podrían influir en sus elecciones sobre qué plantas polinizar.

Gracias a esta unión entre el mundo emprendedor y el científico que se logró en Beeflow, las investigaciones de Farina y su equipo se están poniendo en práctica para proteger de la extinción a las abejas y lograr una producción de alimentos más sustentable.