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Cerró su lavadero de autos porque "nadie quiere trabajar": pagaba $300 la hora

Un chapista anexó el lavadero a su taller pero se encontró que los empleados no duraban mucho tiempo, por lo que se cansó y decidió cerrarlo.
25/06/2022 - 19:35hs
Cerró su lavadero de autos porque "nadie quiere trabajar": pagaba $300 la hora

Carlos Bedoya tiene 51 años y es colombiano. Desde 2017 tiene un taller de chapa y pintura y hace poco decidió abrir un anexo: lavadero de autos, ambos ubicados en la localidad bonaerense de Pilar.

"Mi trabajo principal es el de chapa y pintura, pero los clientes me preguntaban por qué no abría un lavadero de autos", comentó el emprendedor a diferentes medios. Lo hizo, pero se enfrentó con un problema inesperado: no conseguía empleados para trabajar.

Así lo relata Bedoya: "Lo abrí y lo cerré varias veces, porque los muchachos que vienen trabajan unos días, algunas semanas, y se van". Además, advirtió que "a cada uno que viene le tengo que dedicar un día para mostrarle cómo es el trabajo. Si después dejan de venir, tengo que empezar de nuevo, y es agotador".

Pagaba $300 por hora para lavar autos pero nadie quería hacerlo.
Pagaba $300 por hora para lavar autos pero nadie quería hacerlo.

Como conclusión y poco cansado de que "no hay cultura del trabajo" -según sus propias palabras-, el hombre decidió cerrar definitivamente el lavadero. "Hago el esfuerzo para enseñarles y no hay caso... No tengo más remedio que cerrarlo porque no puedo desatender el taller", afirmó.

No hay cultura del trabajo

"Lo que me muestra la experiencia es que no hay cultura del trabajo. Vienen unos días y se van. Les pedís que lleguen temprano y no lo hacen", aseguró, agregando que "la mayoría de lo que vienen son jóvenes con familia e hijos. Les digo que lo hagan por ellos, pero no hay forma. No logran sostener un trabajo en el tiempo".

Consultado sobre el sueldo que ofrecía a los empleados, Bedoya asegura que pagaba $3.000 diarios, de lunes a sábado, lo que da alrededor de $75.000 mensuales, dependiendo del mes. El horario de atención es de 8 a 12.30 y 13.30 a 18. Serían 9 horas de trabajo más una de descanso lo que totalizaría 300 pesos la hora.

"No es poca plata, ya que a eso hay que sumarle la propina, que no es poca, porque la gente que venía a lavar el auto era de un buen poder adquisitivo. Pese a eso, no se quedaban. Está muy complicada la situación", subrayó el chapista.

Planes sociales atentan contra el trabajo

Muchos sostienen que los planes sociales atentan contra el trabajo. Nacieron como una reivindicación de derechos para quienes no podían acceder a condiciones básicas de vida: como vivienda, alimentación y vestimenta. Sin embargo, con los datos de lo que está sucediendo hoy en el país y con la perpetuidad de estas asignaciones, parece que el resultado es justamente el contrario al que quisieron conquistar.

Esto hace que el 61% de la población los perciba como el gran mal que corrompió la cultura de trabajo, algo que era distintivo en la población nacional.

"En la Argentina, existen 182 programas sociales, a partir de los cuales, una familia tipo podría percibir entre $156.890 y $173.190 por mes. Frente a este contexto, una gran parte de la sociedad se expresa en contra de ellos, los responsabiliza de la mala situación económica del país, y considera que un recorte de la emisión monetaria destinada a estos podría ayudar a disminuir la inflación", destaca Esteban Neme, socio de Horus.

Los planes sociales atentan contra la cultura del trabajo.
Los planes sociales atentan contra la cultura del trabajo.

En el país, el 55% de las personas estuvieron alguna vez alcanzadas por una cobertura de programas sociales de transferencias de ingresos y asistencia alimentaria. A este número que parece ir en aumento, lo acompañan actualmente 182 programas sociales, la mayoría de ellos, compatibles entre sí, lo que genera que una familia sin ningún miembro trabajador pueda alcanzar montos superiores a, por lo menos, 4,5 salarios mínimos vitales y móviles.

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