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No alcanza con reperfilamiento y cepo: con cuentas en rojo, ya prevén más medidas restrictivas

Los analistas más influyentes de la City estiman en $265.000 millones el agujero en pesos y una probable imposibilidad de pagar las Letes en dólares
20/09/2019 - 06:09hs
No alcanza con reperfilamiento y cepo: con cuentas en rojo, ya prevén más medidas restrictivas

El economista de origen hindú, representante de uno de los fondos de inversión más fuertes de Londres, que tiene en su cartera bonos de la deuda argentina, se restregó los ojos, exhaló y, resignado, dijo: "La Argentina va camino a un nuevo default; no hay más que decir".

Uno de los economistas que asesora a ese fondo internacional le había pasado los números consolidados de la economía post PASO. Al economista -uno de los argentinos que trabaja en Wall Street- no le costó captar -a pesar del acento del hindú- que detrás de aquella frase lapidaria de su colega emanaba fastidio y enojo.

Es cierto: los precios de los bonos argentinos ya denotan que habrá, más temprano que tarde, una reestructuración de la deuda.

El fastidio de los financistas se relaciona, además, porque consideran que el Gobierno se ha quedado sin un Plan B que sirva para proteger sus patrimonios.

Y ahora caen en la cuenta de que, sin el desembolso pendiente del Fondo Monetario, por u$s5.400 millones, ni siquiera quedarán divisas para afrontar los próximos vencimientos de Letes, que hasta hace poco parecían seguros de cobro.

De acuerdo con las cifras que manejan en Wall Street, y que son avaladas por distintas consultoras locales, como MacroView (Melconian y Santángelo), a la Argentina le faltan cubrir tanto necesidades en pesos como también en dólares.

Un esquema que podría agravarse si, tal como parece, el desembolso del Fondo Monetario continúa demorándose y generando incertidumbre.

Este agujero, suponen en la City y también en Wall Street, podría desembocar, cuanto menos, en un apriete del cepo anunciado hace casi dos semanas. También hay sospechas que esta fragilidad de las cuentas públicas puedan desembocar en nuevas presiones sobre el tipo de cambio. A pesar de que el dólar, en torno a los $60, tiene un valor muy cómodo para la competitividad de la economía.

No se trata de eso, precisamente; del valor que le convenga a la economía argentina. Se trata, más bien, del enorme clima de desconfianza e incertidumbre que existe en el país. Tanto fronteras adentro como en el exterior. El caso del economista hindú y su asesor argentino es apenas un ejemplo, que se replica en otras oficinas donde se deciden inversiones financieras.

Números inquietantes

En concreto, la economía adolece de un faltante en pesos y otro posible en dólares, que se necesitan cubrir para llegar sin turbulencias a fin de año.

Un informe de la consultora MacroView le pone números a ese agujero: lo sitúa en $265.000 millones (por la parte en moneda local). Para la parte en dólares, todo depende de la actitud del Fondo Monetario.

La cosa es así: si el FMI envía los u$s5.400 millones, entonces habrá capacidad para abonar los u$s2.950 millones que vencen de Letes hasta fin de año, que no fueron reperfiladas, por tratarse de tenencias de "personas humanas".

Es más, si así fuera, y el Fondo cumpliera con el envío, habría un sobrante de unos u$s2.420 millones. Que podrían aplicarse a paliar -en parte- el bache (necesidades) en pesos.

De todas maneras, ni siquiera con el desembolso del FMI alcanzaría para cubrir el agujero en pesos. Al tipo de cambio actual, en torno a los $60, aquellos u$s2.420 millones que sobrarían no podrían calzarse con el déficit en pesos, que llega a $265.000.

En números: esos u$s2.420 millones -equivalentes al día de hoy a $143.000 millones- dejarían un agujero en las cuentas de unos $122.000 millones.

Ese es el escenario más optimista que manejan algunas consultoras de la City, como la de Melconian. Que obligarían, por caso, a monetizar ese dinero, con el consecuente riesgo de que aumente la presión sobre el tipo de cambio.

Ni hablar si se da el escenario más pesimista -aunque para muchos el más realista- de que el Fondo Monetario no desembolse los u$s6.400 millones de acá hasta fin de año.

Si no ingresaran esas divisas, directamente no habría dólares para abonar las Letes.

Esta posibilidad fue analizada por la agencia Moody’s en el reporte elaborado en las últimas horas.

"Si el FMI retuviera el próximo desembolso de u$s5.400 millones, anticipamos que probablemente se produciría una reacción severa del mercado. Cancelar ese desembolso podría desencadenar una reacción negativa, generar una inestabilidad macro y financiera significativa y comprometer aún más la débil posición crediticia de Argentina", afirmó Moody's en su informe anual sobre el país publicado el último miércoles.

Cepo, fase dos

Bajo esta perspectiva, el propio Melconian dio a entender con toda claridad que los límites del actual cepo cambiario no resultarán suficientes en caso de un agravamiento de la situación financiera. "Los 10.000 dólares por mes es una cifra generosa para un cepo guapo", dijo, en alusión al monto permitido para la compra de dólares que el Banco Central habilita a los particulares.

Melconian hizo esta referencia durante la presentación de su flamante libro. En sus exposiciones ante clientes, el economista suele ser más directo al afirmar que "hay cero chance de que en el futuro no se profundice".

La expectativa de los consultores es que no quedará otra alternativa que ajustar el cepo dada la constante pérdida de reservas del Banco Central. Por ahora, la obligación del Gobierno a los sojeros para que apuren sus liquidaciones de divisas en el BCRA no da los resultados esperados: la oferta de billetes verdes diaria nunca sobrepasa la banda de u$s50 a u$s70 millones. Insuficientes para frenar la expectativa devaluatoria.

Con los números a la vista, no quedan casi chances de que el "cepo" pueda mantenerse tal como está hasta fin de año. Que necesitará retoques más restrictivos en el corto plazo.

Desde el lado de la demanda, los funcionarios esperan que se consolide una sensible reducción. Durante julio (último dato oficial disponible), los ahorristas que compraron por menos de u$s10.000 se llevaron un total de u$s2.262 millones. A su vez, en ese mismo estrato se vendieron u$s561 millones. Es decir, el saldo neto (negativo para las reservas) resultó de u$s1.701 millones.

Ese mes, el atesoramiento neto total había ascendido a u$s2.127 millones. Es decir que, eliminada la posibilidad de que las empresas atesoren billetes verdes, lo mismo que quienes compran más de u$s10.000 mensuales, y con un dólar más alto que en julio, el nivel de atesoramiento podría caer a unos u$s1.500 millones por mes. Es decir, un nivel para el cual las actuales restricciones no resultan suficientes, según la estimación que realizan algunas consultoras.

Con ese número en la mano, los economistas y las agencias de calificación crediticia creen que las mayores medidas de restricción cambiaria son cuestión de tiempo.

La calificadora Fitch va más allá todavía. En las últimas horas, uno de sus economistas jefes reconoció que, dada la caída de las reservas, la argentina se encamina hacia una nueva reestructuración agresiva de la deuda.

Fitch cree que habrá una quita tanto de la deuda local como la nominada en dólares, ya que el endeudamiento del Gobierno, que representa alrededor del 90% del Producto Interno Bruto (PIB), "no es sostenible", dijo Charles Seville, director senior de Fitch.

En efecto, los precios de los bonos de la deuda reflejan la fragilidad económica y financiera de la Argentina.

Ni el Gobierno ni la oposición parecen dispuestos a avanzar en nada hasta después de las elecciones de octubre. Para mejorar las expectativas, el Palacio de Hacienda podría echar mano a los u$s7.200 millones que el FMI otorgó hace un año para reforzar las reservas, y que se mantienen ahí, como en una vitrina.

Su posible utilización, sin embargo, tiene un inocultable componente político. ¿Qué diría Alberto Fernández si Mauricio Macri sacrifica esos recursos en medio de un clima como el actual, de desconfianza absoluta del mercado, y con las elecciones muy cerca?

La situación no es para nada sencilla. La próxima semana, con el viaje del ministro Hernán Lacunza a Washington para sus reuniones con las autoridades del Fondo Monetario, seguramente dará información de cómo evoluciona la crisis.

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