Poco más de una hora después de anunciar la renuncia que se hará efectiva a partir del 10 de diciembre, la cúpula del Banco Central hizo un balance de su gestión ante los principales economistas de la City porteña.

Sin Guido Sandleris, quien sólo ingresó al final para saludar y despedirse, el anfitrión fue el vicepresidente primero, Gustavo Cañonero, que presentó, junto a la vice segunda, Verónica Rappoport y al Subgerente General de Investigaciones Económicas, Mauro Alessandro, un informe en el que hablaron sobre la tasa de interés, el fracaso de no poder frenar la inflación y cómo cambió la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). 

La cita fue en el noveno piso del organismo monetario y los organizadores dividieron los invitados en dos tandas: los primeros a las 17:30 y los otros una hora más tarde. "Éramos los que siempre íbamos a las charlas que hacían habitualmente", reveló uno de los participantes.

Algunos de los que estuvieron en las charlas de este miércoles son Gabriel Rubinstein (Rubinstein y Asociados); Fausto Spotorno (OJF); Marina Dal Poggetto (Estudio Bein); Miguel Zielonca (Econviews); Matías Rajnerman (Ecolatina); Santiago Gambaro (Analytica); Martín Kalos (Elypsis); Gabriel Caamaño (Consultora Ledesma), y algunos economistas de los principales bancos del sistema.

Según pudo reconstruir iProfesional, la charla comenzó con la presentación de un PowerPoint sobre tres lineamientos de la gestión: la situación que ellos encontraron, o las causas de la crisis; lo que ellos hicieron durante la crisis y las perspectivas a futuro. Al hacer un balance de su gestión reconocieron que al no poder bajar la inflación no pudieron cumplir su principal objetivo, más allá de estar contentos con haber logrado ciertas cosas.

"Esto es un tema como profesionales tenemos que pensar", dijo Cañonero, aunque en ningún momento usaron el término fracaso. La pregunta que surgió del auditorio, en mesas ubicadas en forma de "U" frente a los tres expositores, fue por qué no pudieron frenar la inflación.

Por qué no bajaron la inflación

Primero adjudicaban la alta inflación a un exceso de liquidez preexistente y hasta dijeron que de si la volatilidad de agosto los hubiese encontrado sin la política de Base Monetaria cero la corrida cambiaria podría haber sido mucho peor.

Después dijeron que otro de los factores que presionó sobre la inflación fue el sucesivo aumento de tarifas, algo que en su momento generó chispazos entre Federico Sturzenegger y Juan José Aranguren. "También explicaron que hay que seguir ajustando las tarifas", destacó uno de los economistas presentes.

El tercer factor que esgrimieron fue la "incertidumbre sobre políticas futuras", como ellos mismos definieron para mencionar al ruido político sin hacer alusión concreta al tema.

Respecto a la emisión de pesos y a la asistencia al Tesoro que en los últimos días sumó 60.000 millones de pesos, dijeron que las cifras están en línea con la nueva meta de Base Monetaria, que a lo sumo van a esterilizar algo. De todos modos, la clave está en ver qué pasará después del 10 de diciembre.

En la presentación, que entre el jueves y el viernes prometieron subir a la página Web, también mostraron la evolución de las reservas y de distintas variables para explicar la mejora respecto de la situación heredada. 

Al igual que Sandleris en su discurso de la tarde, Cañonero habló de su diálogo con los economistas del equipo de Alberto Fernández. "Así como hablamos con ustedes hablamos con economistas de la oposición, pero no sabemos porque en las últimas semanas se cortó el diálogo", reconoció el ex Deutsche Bank.

Al referirse a la tasa de interés, Cañonero -que fue el que acaparó la presentación- dio una visión muy real y pocas veces reconocida públicamente sobre su rol frente a al mercado informal del dólar. "Dijo que la tasa positiva es importante para el tipo de cambio, con la teoría de causalidad ahorro-inversión, y que es clave para que no se dispare la brecha cambiaria. Que la brecha se mantiene porque de alguna u otra manera sigue siendo atractivo el plazo fijo", confió uno de los economistas.

En un momento de la charla le preguntaron si ahora, con el diario del lunes -en realidad los economistas hablaron de "ex post"- si hubieran hecho algo distinto. Cañonero fue directo y dijo que la baja de tasa que aplicaron en febrero fue muy apresurada, algo que en otras oportunidades había reconocido en privado. 

"Comparto el análisis. Creo que la gestión de este BCRA tiene malos resultados para mostrar, pero le tocó bailar con la más fea. Agarraron una situación muy mala, y los errores comenzaron con Sturzenegger, con el exceso de desregulación financiera", comentó un economista.

El FMI, más flexible que antes

Por último, le preguntaron sobre su visión del FMI y dijeron que lo venían mucho más dispuesto a negociar ahora que antes. Según distintas fuentes que participaron del encuentro, no dijeron que veían a un Fondo más flexible de cara a su vínculo con Alberto, sino que notaron un cambio entre las primeras charlas y las últimas reuniones.

Para Cañonero, hay dos cosas por las que el FMI cambió. Primero, porque están mucho más pragmáticos, como reconociendo que el staff del Fondo habían aprendido de sus errores. "Según explicaron ellos de algún modo cuando les reclamaban cosas terminaron entendiendo que tenían sentido", comentó un economista, y agregó que "implícitamente le echaron la culpa al FMI en algunas cosas".

La segunda razón del cambio que notan en el FMI es que ahora, como está en juego la deuda, los ven más dispuestos a cambiar muchas cosas.

Las intervenciones de Verónica Rappoport fueron mínimas, por algún tema puntual, y Mauro Alessandro, uno que en principio no se iría con la cúpula del BCRA, se refirió a temas más técnicos, como el encaje de los bancos y su efecto sobre la emisión.

Según esgrimió, hay un desfasaje de encajes en febrero, con lo cual creen que las posibilidades de emitir son acotadas. "Por lo que dijo si se creía que iba a haber una fuerte emisión, no iba a ser hasta después de marzo", contó uno de los que estuvo en el BCRA. De todos modos, agregó, hay que ver qué pasa cuando lleguen las nuevas autoridades.

Casi al final de la primera charla Sandleris entró al salón, saludó a los presentes a modo de despedida, al menos con el cargo de presidente del BCRA. No hubo reproches ni elogios por su tarea en el Central, aunque sí agradecieron estos espacios de diálogo que en los últimos años se volvieron cotidianos.