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Pelea por el precio de la nafta: el Gobierno no quiere más aumentos y hay tensión con petroleras

El funcionario activó reuniones con empresarios de toda la cadena. Afirma que no hay brecha entre precios y costos. Cómo es la trama detrás del conflicto
14/09/2018 - 11:06hs
Pelea por el precio de la nafta: el Gobierno no quiere más aumentos y hay tensión con petroleras

Están soplando vientos de cambios para el negocio de las naftas. 

A contramano del reclamo de las principales petroleras de la Argentina, que exigen nuevos aumentos como forma de contrarrestar los efectos de la disparada del dólar y el incremento de los costos, el secretario de Energía, Javier Iguacel, tiene una postura muy diferente. 

Lejos de acceder a los pedidos, activó reuniones con distintos actores de la cadena a fin de sumar respaldo en una cruzada por desactivar los retoques permanentes que se vienen dando en las estaciones de servicio. 

Mientras prepara el terreno para sentarse a negociar con los productores de naftas, el funcionario puso en marcha una serie de encuentros con empresarios de la distribución y la venta de combustibles con la intención de restarle peso a los pedidos de las petroleras, que vienen pidiendo más aumentos.

Iguacel considera que, con las últimas subas, las compañías "están hechas". Señala que, a lo sumo, podrían avanzar con un mínimo retoque antes de fin de año y solo para el área del Gran Buenos Aires. A los ojos del secretario de Energía, todo otro aumento que se intente se encuentra completamente injustificado.

Los detalles de la postura del funcionario fueron confirmados a iProfesional por empresarios de primera línea que participaron de los cónclaves promovidos por la cartera en los últimos días.

"Iguacel echó mano a estadísticas y gráficos para mostrar que las petroleras exageran al sostener que entre el precio de venta y los costos todavía existe un desfasaje del 25 por ciento. Las compañías sostienen que habría que seguir incrementando el valor de la nafta hasta reducir completamente ese gap. Pero el secretario considera que sus números no son reales", dijo a este medio una fuente corporativa.

Otro empresario que también formó parte de una de las reuniones sostuvo ante iProfesional que el funcionario viene promoviendo el diálogo con el segmento de la distribución y los estacioneros como estrategia para "ablandar" el frente que integran las principales petroleras desde principios de 2018.

"En el encuentro con los vendedores de combustibles, Iguacel dio a entender que se llegó a un techo en los precios. Y que cuando se revisan los números de las petroleras en detalle, ninguna está teniendo problemas con la rentabilidad", afirmó.

Afinando los números 

En el segmento de los expendedores, si bien coinciden en gran medida con lo que sostiene el secretario de Energía, predomina la cautela y los empresarios se cuidan de hacer públicas sus críticas a las petroleras. Ninguno quiere sufrir alguna eventual "represalia" por criticar las subas de precios que siempre piden las compañías.

"Las estaciones de servicio suelen acompañar la posición de las grandes compañías porque temen sufrir el desabastecimiento. Es sabido que cuando las empresas ven complicados sus costos, lo primero que hacen es comenzar a refinar menos cantidad de combustibles. Y desde esa base también empiezan a entregar naftas de a cuentagotas. Si bien los expendedores entienden la posición de Iguacel, lo que menos quieren es quedar enfrentados con sus proveedores", reconoció un distribuidor.

En un claro desafío a las principales compañías del sector, en torno a la Secretaría de Energía cuestionan la prédica de las productoras de combustibles sobre la incidencia del valor del barril de crudo en la conformación del precio final de las naftas.

Así, además de destacar que la cotización de la unidad de petróleo no ha sufrido grandes variaciones en las últimas semanas –el costo del barril viene oscilando entre los 77 y los 79 dólares–, distintos asesores exponen que “no es real” que las empresas destinen todo el hidrocarburo al refinamiento para naftas.

"Las compañías argumentan que pierden rentabilidad porque no pueden trasladar al valor del litro la variación del dólar en el barril. Lo que no dicen es que del petróleo que compran, sólo el 60% tiene como destino la producción de naftas. O sea que tampoco es que pierden tanto por lo que llega a los surtidores”, indicaron en estricto off the record.

¿Puede el Gobierno a través de la estatal YPF establecer algún tipo de freno a los eventuales nuevos aumentos que pretende las petroleras? En las dependencias oficiales descartan la posibilidad.

“YPF tiene una doble condición que de por sí bloquea cualquier posibilidad de intervencionismo directo en el valor de las naftas. Porque si bien es cierto que hay un predominio estatal en la conformación del capital accionario, lo cierto es que la empresa cotiza en los Estados Unidos. Y, ante el contexto inflacionario que se vive, resultaría imposible anunciar un congelamiento de precios en los surtidores. Se tomaría como una pésima señal hacia los mercados”, explicó una voz vinculada a la cartera de Energía.

Demanda en caída

Desde el segmento de los estacioneros, distintas fuentes consultadas confirmaron a iProfesional que la demanda de combustibles durante el mes de agosto cerró en baja por primera vez en tres años. Y que ese indicador, además de exponer la recesión económica, no hace más que confirmar la posición de Iguacel respecto de evitar nuevos aumentos.

“La caída fue del orden del 3% y representa la profundización de la menor demanda que ya habíamos visto en julio. Ese mes ya había marcado un crecimiento mínimo, de poco más de un punto. La contracción en el nivel de consumo en general ya se expresa también en la venta de combustibles”, precisó a este medio Guillermo Lego, gerente de CECHA, la confederación que nuclea a los comercializadores del país.

El empresario detalló que, extendido a las 4.800 estaciones de servicio operativas en la Argentina, la merma implica casi $1.300 millones menos en términos de facturación.

“La pérdida, hay que aclararlo, no es sólo para las compañías petroleras y las mismas estaciones de servicio. También afecta al Estado: de lo que se factura cada punto de venta, existe una porción del 40 por ciento que termina en las arcas públicas en concepto de impuestos. O sea que el mes pasado se dejaron de recaudar algo más de 518 millones de pesos”, dijo.

En tanto, desde la cámara cordobesa CECC su referente, Raúl Castellano, confirmó la caída que tuvo lugar en agosto y también señaló que se trató de una consecuencia lógica de la desaceleración en la venta de naftas, la cual comenzó a hacerse evidente a partir de junio.

“La disminución más grande se viene dando en la nafta premium. Lo que ocurre con la demanda tiene relación directa con los aumentos y la situación de la economía en general. En lo que va del año, los combustibles ya subieron casi 50 por ciento. Llegamos al límite de lo que puede soportar el consumidor”, comentó a iProfesional.

Impuestos con incidencia

Paradoja del momento, al tiempo que Iguacel busca aliados para enfriar la tendencia alcista de los precios en las estaciones de servicio, la cartera que encabeza parece estar jugando directamente en contra de las intenciones del funcionario.

El lunes, la Secretaría de Energía oficializó una suba de 17% en el valor de biodiésel. 

Según la Resolución 3/2018 publicada en el Boletín Oficial, el precio de la tonelada de biodiesel pasó de 22.589 pesos a 26.509. La variación responde a "las recientes alteraciones cambiarias" y su relación con el precio de la soja, principal insumo de los biocombustibles.

Los biocombustibles se utilizan como componente de corte para el resto de los combustibles: en el gasoil, su impacto es del 10%; mientras que en las naftas es del 12%.

En lo que va del año, la nafta súper subió más del 46% y la premium, 51%. El último de los incrementos ocurrió la semana pasada: 12% en promedio.