"Ya está empezando a bajar la inflación", había asegurado el presidente Mauricio Macri el miércoles durante una entrevista a una radio de San Luis. Acto seguido, más precisamente al día siguiente, el Indec dio a conocer el IPC de enero con una sorpresa: los precios subieron 2,9%, un registro mayor al estimado por el mercado y superior al 2,6% de diciembre.
Así, en 24 horas el vaticinio presidencial quedó desacretaditado. El aumento de los precios se dio, además, durante un mes donde se empezaron a traslucir los pésimos indicadores de la actividad económica durante diciembre y enero. La preocupación en el sector privado es que la inflación demostró que es más difíci de domar a pesar de estar en un escenario claramente recesivo, con apretón monetario y estabilidad del dólar. Todo eso no alcanzó, por ahora, a frenar el alza de los precios.
"La inflación de enero es sorpresa negativa. Muestra que la inflación tiene un componente inercial muy importante, y se mantiene muy alta a pesar de la recesión. Falta un ancla nominal en el programa, la tasa de interés no es un ancla nominal. Ya lo aprendimos con las metas de inflación", deslizó Miguel Kiguel, director de Econviews, en las redes sociales.
Para peor, en el mundo de las consultoras ya están estimando que el IPC de febrero llegará también recargado. Desde Elypsis, cuya cabeza visible es Luciano Cohan (ex subsecretario de Programación Macroeconómica del Ministerio de Hacienda), contaron que los sorpendió el dato de enero pero que eso no hizo que modificaran su estimación para este mes: calculan una suba de 3,8% para el IPC de febrero.
"Viene cargado de aumentos en los precios regulados y carnes también. Todo eso seguirá impactando. Estimamos que va a aflojar en marzo porque no estará tan cargada de aumentos en los regulados", señaló a iProfesional Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis.
Con respecto a la inflación "núcleo", o sea a la medición que excluye a los biene regulados y con variaciones estacionales, dice que esperan registros similares a los de enero, o sea en torno al 3%.
Desde Eco Go, comandada por Marina Dal Poggetto, creen que la inflación va a estar levemente por encima a lo que fue enero (todavía mantienen el 3% de estimación), porque habrá mayor impacto de regulados y tuviste un arrastre considerable de la última semana de enero. El rubro alimentos viene con mucha inercia y eso golpeará bastante.
Por su parte, según la consultora LCG -que fuera fundada por Martín Lousteau- proyectan una suba de la inflación del 3,5% para este mes. Incidirá el aumento de la electricidad (26%) y una nueva suba del costo del transporte (18% colectivos y 13% trenes contando el efecto arrastre de enero). Ambos ajusten imponen 1,6 puntos porcentuales de inflación para el mes. Además, se debe sumar el efecto de una nueva suba de combustibles (+1,5%), el ajuste autorizado sobre las cuotas de Prepagas (5%) que aportan otros 0,3 puntos.
"Con estabilidad cambiaria, un programa monetario rigurosamente contractivo y un contexto recesivo como el actual, la inflación núcleo estabilizada en torno a 3% mensual (promedio noviembre-enero) luce muy alta (42,6% anualizada). Además, es probable que los efectos de segunda vuelta a partir de la suba de las tarifas ya anunciadas impliquen una nueva aceleración del índice `core´ en los próximos meses. Tampoco descartamos nuevos aumentos de las tarifas de servicios públicos, aunque asumimos que, en caso de aplicarse, se concentrarían post- elecciones", acota LCG.
En este contexto, creen que el BCRA podría volver a ser más cauteloso al momento de relajar la política monetaria, lo que demoraría aún más la recuperación de la actividad. "Entendemos que a partir de los aumentos ya anunciados y por efecto de una baja base de comparación anual, la inflación seguirá acelerándose hasta mayo. A partir de allí, de mantenerse el escenario de estabilidad cambiaria, el ancla monetaria y una actividad recuperándose muy en el margen deberían empezar a moderar la suba de precios", afirmaron.
Desde ACM, consultora fundada por Javier Alvaredo, esperan para febrero que nuevamente los precios tengan un piso de 2,5%. "Este piso se basa en los aumentos del transporte, tarifas, medicina prepaga y en la reapertura de paritarias, además de que febrero continúa siendo un mes con posibles aumentos vinculados al turismo", agrega.
Aún en condiciones monetarias bastante restrictivas como las actuales, durante los meses siguientes esperan que la inflación oscile entre 2,5% y 3% debido a aumentos puntuales en servicios públicos, transportes y sus efectos de segunda ronda.
"Si bien a partir de junio esperamos niveles de inflación que rompan el piso de 2,5% de inflación mensual, aún resulta demasiado optimista esperar que la inflación se estabilice en un nivel similar al 23% que se aprobó en la Ley de Presupuesto Nacional 2019, y más aún respecto del 20% estimado por el FMI, explica ACM.
En este escenario la inflación en 2019 mostraría una desaceleración en torno al 31% en diciembre de 2019, con un costo en términos de actividad (o sea caída del PBI) que puede llegar al 2% según sus proyecciones.
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