Ya está el "Martín Guzmán" de Axel Kicillof, quien tendrá que encarar una urgente reestructuración de la deuda. Pablo López, ex secretario de Finanzas cuando el ahora gobernador de la Provincia de Buenos Aires ocupaba el sillón del Ministerio de Economía, será el encargado de renegociar los vencimientos "impagables" que tiene ese distrito.

Y, como sucede con la Nación, el tiempo es tirano. Aún restan por pagar este año u$s329 millones y ya en enero de 2020 la Provincia tiene vencimientos por u$s725 millones. ¿Qué hará Kicillof, los pagará? Por lo pronto, en el mercado se descarta una fuerte renegociación de la deuda, mucho más agresiva que el esquema "light" que postula Guzmán.

Según cálculos de la consultora Elypsis de Eduardo Levy Yeyati, el año próximo Kicillof deberá abonar u$s2.705 millones, pero la cuestión se agrava al considerar que gran parte se concentra en el primer semestre: u$s2.120 millones hasta junio.

Para hacer frente al total de vencimientos, la administración bonaerense debería sostener un superávit primario de 4,7% de su PBI desde 2020. Algo que la consultora advierte que será "casi imposible".

"La re-negociación es casi inevitable y deberá, como mínimo, extender el plazo para los vencimientos de capital y compatibilizar la capacidad de pago con el cronograma de pagos", dice Elypsis.

La situación es compleja, algo que viene siendo admitido por Kicillof y que se complica por la recesión y la falta de acceso a los mercados.

La Provincia tiene una deuda que alcanzó los u$s11.907 millones al segundo trimestre de este año, lo que lo convierte en el distrito más endeudado del país.

Según destaca Elypsis, su deuda equivale al 84% de sus ingresos anuales, cuando en el promedio de las provincias es 52%. Y el 77% está en moneda extranjera. 

¿Cuenta la provincia de Buenos Aires con capacidad para afrontar estos pagos? 

La consultora dice que para equilibrar su ratio de deuda sobre ingresos, la PBA requeriría sostener un superávit primario de al menos 4,7% de sus ingresos, año a año, desde 2020.

"Si sostuviese ese resultado primario, la deuda rondaría el 59% de sus ingresos a partir de 2024. Pero lograr ese resultado sería inédito, porque esas cifras no han sido alcanzadas en años recientes", recuerda.

Los últimos fueron del 3,7% en 2014 y 3,3% en 2018; y antes de eso, del 2% en 2013 y 1% en 2005.

Se suma que la percepción de tributos por parte de la PBA sigue cayendo en términos reales: acumula 20 meses en baja hasta octubre de 2019.

"En nuestro escenario base de proyecciones económico-financieras, no se vislumbran en el corto plazo condiciones para una recuperación real en la recaudación de la Provincia", advierte.

Para Elypsis, teniendo en cuenta el ajustado cronograma de pagos al que se enfrentará la Provincia en los próximos meses, la dificultad para refinanciarse en el actual contexto y la magnitud del ajuste fiscal que se requiere para estabilizar la deuda, "la renegociación de la deuda será difícil de eludir".

"Pero en este caso la solución no puede ser un reperfilamiento como el que decidió unilateralmente el Estado nacional en agosto, dado que la gran mayoría de la deuda de la PBA es con acreedores privados bajo ley extranjera y, por lo tanto, requiere un acuerdo voluntario. La Provincia no puede pagar la deuda y deberá renegociarla", remarcó Elypsis.