La realidad -como tantas otras- era impensada hasta hace algunas semanas, cuando estalló la expansión del coronavirus por el mundo. Desde el costado eminentemente de los negocios, uno de los hechos más inesperados y llamativos se relaciona con el mundo aeronáutico.

La suspensión de los vuelos alrededor del mundo obligó a los aviones a mantenerse en tierra. Lo que está generando un verdadero inconveniente para ese negocio, que va más allá de la venta de tickets a los pasajeros: simplemente porque no hay suficiente lugar para estacionar a las aeronaves.

La revista económica francesa Challenges reveló que nada menos que el 80% de los aviones del mundo se encuentra en tierra. Muchos de ellos en busca de estacionamiento donde quedarse porque no existen los hangares suficientes para cobijarlos.

Está claro: ¿quién iba a destinar fondos en construir hangares si no eran necesarios, hasta que llegó la pandemia?

De acuerdo al sitio especializado Cirium, ya hay 7.000 aviones inactivos en el mundo.

Para tener una idea del desplome del negocio, según Cirium, desde que Donald Trump suspendió los vuelos hacia Europa, ya hubo 24,500 vuelos transatlánticos programados entre los Estados Unidos y Europa que fueron cancelados. Esa es una capacidad de unos 5,5 millones de pasajeros.

Por estas cancelaciones, estima Cirium, las aeronáuticas perderían unos u$s5.500 millones.

Los aeropuertos europeos más afectados por la drástica suspensión de vuelos incluyen el aeropuerto de Londres Heathrow, con más de 820.000 asientos programados; París Charles de Gaulle, con más de 370.000; Frankfurt, con más de 340.000; Amsterdam, con más de 290.000; y Dublín, con más de 160.000 asientos. 

En este contexto, la industria no demorará en reclamar un poderoso salvataje a los gobiernos.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ya estimó que las empresas aeronáuticas tendrán un quebranto de u$s250.000 millones por culpa del coronavirus.

"Debemos apoyar a las compañías aéreas. No es su culpa", dijo el presidente Donald Trump en la Casa Blanca, sin anunciar medidas concretas.

La crisis incluye, obviamente, a Boeing una de las fabricantes líderes del sector, cuya acción acumula una desvalorización del 70% en Wall Street. En el caso de Boeing, el reclamo de ayuda trepa a la friolera de u$s60.000 millones.

Rynair, una de las compañías más grandes de Europa, ya avisó que el negocio recién empezaría a recuperarse en mayo, siempre y cuando la expansión del virus haya entrado en una fase de control.