Los argentinos recuerdan muy bien lo que sucedió durante la crisis de deuda soberana de 2001-02 que provocó la mayor recesión económica en la historia reciente del país.

Los ahorros de los locales se borraron de la noche a la mañana después de que los depósitos bancarios en dólares se convirtieran a moneda local. El desempleo se disparó, hubo una profunda recesión y cuatro presidentes se sucedieron en 10 días.

Entonces, casi dos décadas después, pocas personas se arriesgan antes de lo que se convertirá en el noveno incumplimiento soberano de Argentina. El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo el martes que un plazo para pagar un pago de bonos de $ 503 millones este viernes era "anecdótico" y que el gobierno continuaría negociando con los acreedores sobre la reestructuración de su deuda de $ 65 mil millones.

Martín Guzmán, el ministro de Economía de la Argentina

"Estoy cambiando lo que puedo a dólares, incluso si no tengo mucho dinero de sobra", dijo un propietario de una pequeña empresa en Buenos Aires, que no quiso ser nombrado debido a la desaprobación oficial de lo que se considera moneda extranjera y especulación. Era estudiante durante la crisis de 2001-02 y su familia perdió sus ahorros de toda la vida.

Tales temores explican en parte la creciente brecha entre los tipos de cambio oficiales y paralelos durante el último mes, un indicador del sentimiento económico. La tasa oficial relativamente estable, pero artificialmente, ahora es de aproximadamente 68 pesos por dólar, mientras que en el mercado negro los billetes alcanzaron casi 140 pesos la semana pasada, el doble de lo que era cuando la administración de centro izquierda del presidente Alberto Fernández asumió el cargo en diciembre. 

Este es el artículo del Financial Times

El país ha estado sumido en una recesión desde una crisis monetaria de 2018 que condujo a un rescate del FMI. Con el dinero del banco central imprimiendo, ya que el gobierno ya no puede emitir deuda e ingresos fiscales colapsando debido a uno de los bloqueos de coronavirus más estrictos de la región, el economista Marcos Buscaglia teme lo peor.

Que piensan los especialistas

"Si pensabas que 2001-02 fue malo, la mayor depresión en la historia moderna de Argentina, solo espera y mira lo que traerá 2020", dijo el Buscaglia, quien dirige la consultora Alberdi Partners.

Incluso sin un incumplimiento "la economía está en caída libre", agregó, estimando que el producto interno bruto se contrajo en un 15 por ciento en abril respecto al año anterior. La inflación, superior al 50% el año pasado, fue del 1,5% en abril, un reflejo del colapso del consumo como resultado del bloqueo.

Los economistas temen que un incumplimiento pueda generar una volatilidad de tipo de cambio aún mayor, especialmente si las negociaciones entre el gobierno y sus acreedores se rompen, lo que a su vez estimula la inflación y dificulta el crecimiento. Con menos de 10 mil millones de dólares en reservas líquidas del banco central, el banco central tendrá dificultades para continuar apoyando el tipo de cambio oficial.

Con el gobierno interesado en aportar más dólares a la economía, algunos miembros de la coalición gobernante han pedido un impuesto a la riqueza y más restricciones al acceso a la moneda extranjera. Las compras ya están limitadas a 200 dólares por mes a una "tasa de solidaridad" del 30 por ciento por encima de la tasa oficial. "La idea de que podrían obtener depósitos bancarios solo me hace sentir mal. ¿Cuándo ha terminado eso bien? preguntó Paola Ramos, una exfuncionaria.

Tal como están las cosas, las empresas ya están sufriendo, especialmente las pequeñas y medianas empresas que forman la columna vertebral de la economía y emplean alrededor del 80 por ciento de la fuerza laboral.

Luis Barrionuevo, quien dirige el sindicato de trabajadores de gastronómicos, ya teme que casi la mitad de los 45,000 bares y restaurantes del país puedan cerrar en las próximas semanas y meses. El Observatorio PyME, un grupo de expertos, estima que el 9% de las pequeñas y medianas empresas industriales cerrarán. "Las pymes están sufriendo terriblemente debido a la pandemia", dijo Marcelo Fernández, presidente de CGERA, una asociación empresarial que representa a las pequeñas y medianas empresas. Más de 200,000 cheques posfechados rebotaron en abril, 10 veces más de lo normal.

En este contexto sombrío, la mayoría de los argentinos, a diferencia de 2001, cuando los legisladores aplaudieron la falta de pago, no admiten un incumplimiento.

En una encuesta reciente, solo el 17 por ciento cree que el gobierno no debería pagar la deuda de Argentina, mientras que el 53 por ciento de los votantes de la coalición gobernante considera que se debe evitar el incumplimiento. "Hay consenso en que un incumplimiento eventual tendría consecuencias negativas para el país", dijo Alejandro Catterberg, director de Poliarquía.

Muchos esperan el discurso del presidente el 25 de mayo, el día en que Argentina celebra su independencia del imperio español, en busca de dirección.

Fernández fue jefe de gabinete de Néstor Kirchner, el hombre que dirigió a Argentina a raíz de la crisis de 2001-02, asumió el cargo el 25 de mayo de 2003. Es probable que intente construir una narración épica comparando el éxito de las dos administraciones en la reconstrucción de la país, dijo Jimena Blanco, jefe de América Latina en Verisk Maplecroft, una consultora de riesgos.

"Pero ahora es un contexto muy diferente", dijo, señalando el superciclo de productos básicos que ayudó a la economía en la década de 2000, y el hecho de que Kirchner se hizo cargo del país más de un año después del incumplimiento, cuando muchos de los problemas más difíciles Ya había sido reparado.

"Una vez que [Fernández] ha establecido la escena épica, la pregunta es ¿cuáles son las medidas necesarias para reactivar la economía y cómo las implementará? . . . En los próximos 18 meses más o menos, podría estar hablando de hiperinflación [en el caso de un incumplimiento predeterminado] ".