El gremio aceitero iniciará este martes a las 14 un paro general en las principales plantas cerealeras del país para exigir un aumento adicional del 21% y llevar el salario mínimo a $81.670. La organización liderada por Daniel Yofra tomó esa determinación tras el supuesto rechazo a revisar la paritaria por parte de las cámaras empresarias, que acaban de verse beneficiadas por la baja de las retenciones.

La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines acordó en abril un 25% de aumento desde enero y actualizar las escalas en agosto pasado. De obtener el incremento solicitado ahora, los aceiteros lograrán un aumento del 48% en el año, el mayor ajuste en las paritarias del 2020.

Pero el sindicato denuncia que las cámaras exportadoras CIARA, CIAVEC y CARBIO se niegan a reabrir la negociación después de dos meses desde el momento en que se debía comenzar la revisión prevista. "Su respuesta fue la dilación primero, y la negativa expresa a proceder a la revisión después", señaló la entidad gremial en un comunicado.

La huelga de hoy será la primera medida de un plan de lucha que tendrá su mayor impacto en el Gran Rosario, donde se encuentran las plantas de Molinos, Cargill, Dreyfus, Bunge. Y también afectará las operaciones de Oleaginosa Moreno, la fábrica de Glencore y Cargill ubicada en Puerto Galván en Bahía Blanca.

Los aceiteros piden "un Salario Mínimo Vital y Móvil que asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión, tal cual figura en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y el artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo".

El gremio aceitero asegura que las cerealeras tuvieron una rentabilida extroardinaria en 2020 para otorgar una suba del 46%.

 

Salarios y rentabilidad

Según estudios realizados por los técnios del gremio a partir de la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) por el INDEC, el piso que debería percibir cada trabajador y trabajadora en todo el territorio nacional para asegurar el acceso a sus derechos esenciales era de $81.670 al 31 de agosto de 2020. Hoy el salario inicial de los aceiteros es de $68.678.

El gremio también destacó que la actividad fue declarada esencial por la pandemia, "lo que generó una rentabilidad superior a la de años anteriores", y que "las agroexportadoras desconocen que esas ganancias extraordinarias son fruto del esfuerzo de los trabajadores que arriesgaron su vida y la de sus familias al quedar exceptuados del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio".

Desde CIARA indicaron que en las paritarias celebradas a comienzos de año acordaron una cláusula de revisión que se abriría si el ajuste era inferior a la inflación. El IPC fue del 18,9% en agosto, por debajo del incremento del 25%. Pero desde el sindicato señalan que no nay ningún impedimento legal para obtener un aumento real de los salarios, es decir, por encima de la evolución de los precios.

Los empresarios sostienen que la pandemia afectó al cordón Industrial con un menor nivel de actividades en puertos y fábricas. Los empresarios ofrecieron el pago de un "reconocimiento" a los trabajadores con tareas que fue rechazado por el gremio. "El sector padece una capacidad ociosa del 50% y dos años de márgenes negativos, por lo que, a pesar de todo, la vocación de diálogo sigue intacta", señalaron desde la cámara.

El reclamo de Yofra le mete presión a la discusión salarial cuando todavía más de la mitad de las paritarias siguen sin aumentos y el resto de las actividades cerró subas de entre el 12 y el 37%. El sindicato fue uno de los pocos que empató la inflación en 2019 al conseguir un incremento del 54% y elevar el sueldo mínimo de convenio a $54.900 en diciembre del año pasado.

Por otra parte, la medida fue anunciada un día antes de la convocatoria al Consejo del Salario, que este miércoles definirá el aumento del salario, mínimo, vital y móvil, hoy en $16.875.  "Si esta poderosa cámara empresaria pretende congelar los salarios en el punto actual, qué le queda a la mayoría de la clase trabajadora argentina, que ha sufrido un 20% de pérdida de poder adquisitivo en los últimos años, aún antes que la pandemia desatara la mayor crisis económica global en muchas décadas", advirtió el gremio.

La baja de las retenciones a la agroindustria gatilló los reclamos salariales en esa actividad.

Efecto retenciones

El conflicto estalló después de la reducción de las retenciones temporales a la soja y sus derivados, una decisión adoptada por el Gobierno para acelerar la liquidación de exportaciones y estabilizar las debilitadas reservas del Banco Central. En CIARA sostienen que la baja de 2 puntos fue trasladada toda al productor de soja, cuyo precio aumentó de u$s298 a u$s315. La cámara integra el Consejo Agroindustrial Argentino, la entidad que tuvo una influencia clave en las últimas medidas oficiales para el sector.

"El regreso del escalonamiento arancelario ha servido para mejorar el precio al productor para asegurarse la originación y no para incrementar las ganancias de las empresas del sector", explicaron fuentes de la cámara. Mientras desde el gremio advierten que las medidas oficiales significaron "una transferencia de cientos de millones de dólares que se suma a su ya extraordinaria rentabilidad".

La medida de fuerza coincide también con el conflicto en la planta de Dánica, en Lavallol, donde denuncian que la empresa del Grupo Beltrán lleva adelante su segundo lock out en seis meses para que los trabajadores abandonen el convenio laboral de los aceiteros vigente desde hace 75 años en ese establecimiento y se pasen al de la alimentación, con salarios inferiores y menores beneficios laborales.