El Gobierno definirá en las próximas dos semanas la magnitud de los incrementos de las tarifas de luz y gas. En medio de un áspero debate interno por el impacto social que tendría un aumento de las boletas en plena campaña electoral, el objetivo final sería que ese ajuste sea de entre 7% y 9%.

En principio, la idea es poner en marcha ese aumento a partir del 1 de abril, en el caso de la energía eléctrica. Y desde mayo para las facturas de gas.

El más interesado por mover las tarifas es el ministro Martín Guzmán, muy atento a las cuentas públicas, en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario. El titular de Economía no quiere una disparada de los subsidios, que ponga bajo sospecha el cumplimiento de la meta fiscal pautada en el Presupuesto 2021.

En simultáneo, las empresas del sector vienen presionando por un ajuste que les ayude a recomponer los balances. Argumentan que la constante suba del dólar y la inflación pone en jaque a sus costos. Y es lo que le vienen planteando a los funcionarios.

"Mi objetivo final es tener tarifas diferenciales según la capacidad patrimonial de quien recibe el servicio. Que los subsidios del Estado solo amparen a los que lo requieran", expuso, a principios de la semana, Alberto Fernández durante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso.

El más interesado por mover las tarifas es el ministro Martín Guzmán

Se espera la definición del Presidente

Sin embargo, esa estratificación de los consumidores demandará varios meses. Se trata de un estudio complicado de realizar, que requiere de información reservada de los consumidores.

Por eso, lo más relevante es la definición política que tome Fernández en las próximas horas. Y hay apuro por hacerlo. El Gobierno corre contra reloj porque a medida que pasan las semanas, las boletas con los aumentos llegarán a los hogares casi en simultáneo con el momento de ir a las urnas. En la Casa Rosada temen un posible impacto electoral por el impacto en el bolsillo.

"Entre 2016 y 2019, el aumento de las tarifas de luz y gas se convirtió en un verdadero martirio para los argentinos", afirmó Alberto F, el lunes pasado.

Para enseguida comentar que, sin los cambios aplicados bajo su gestión, los valores del gas y la electricidad deberían incrementarse 130 y 168 por ciento, respectivamente, a partir del mes próximo.

Lo más relevante es la definición política que tome Alberto Fernández en las próximas horas

El Presidente, con esa mención, pareció abrir las puertas para un (casi) seguro aumento de las tarifas en las próximas semanas. 

El esquema será el siguiente: un cuadro tarifario para la "transición" mientras se discute un modelo de fondo que se ponga en práctica a partir del año que viene, que contemple la desdolarización prometida y la estratificación de los clientes según su situación patrimonial.

"Me comprometí a poner fin a este despropósito. Desde el día que llegué, ordené el congelamiento de las tarifas y ahora llega el momento de regularizar el sistema de tarifario que estuvo congelado todo este tiempo. Las tarifas deben corresponderse con las necesidades y capacidades de nuestra gente. Mi objetivo final es tener tarifas diferenciales según la capacidad patrimonial de quien recibe el servicio. Que los subsidios del Estado solo amparen a los que lo requieran", definió Fernández.

Ahora será cuestión de ponerles números a esas definiciones.