El Gobierno cree que mayo fue el último mes con números negativos de actividad económica, en la comparación intermensual. Que ya en junio se verificaría una mejora. Y que este mes de julio mostrará una recuperación más potente, basada en la apertura prácticamente total de la economía, aun en plena pandemia.

En el Palacio de Hacienda mantienen la proyección de un crecimiento uno o incluso dos puntos superior al 7% explicitado en público por Martín Guzmán. Sostienen que esa mejora se sentirá en los bolsillos para cuando la gente vaya a votar.

Según los últimos registros oficiales -que acaba de dar a conocer el Indec para el mes de mayo-, a la actividad todavía le quedan cuatro puntos para recuperar el nivel de la prepandemia. Y se encuentra nada menos que 11 puntos más atrás que en marzo de 2018, justo antes de la crisis cambiaria que explotó aquel año.

"Ya tenemos indicios de una recuperación a partir de junio, que se hace más vigorosa a partir de este mes", dice a iProfesional un funcionario clave del área económica.

Desde Economía aseguran que esa mejora en las expectativas se basan en la reapertura de las actividades que se fueron realizando en las últimas semanas.

Los primeros registros de actividad, correspondientes a la primera quincena de julio, indican que la industria vuelve a mostrar un fuerte rebote.

En el Palacio de Hacienda mantienen la proyección de un crecimiento uno o incluso dos puntos superior al 7%

"En los primeros 14 días del mes, la industria operó 8,2% por encima del mismo período de 2019 y 0,6% por arriba del mismo período de 2018" revela un informe del CEP XXI, el organismo oficial que conduce Dany Schteingart.

El reporte va más allá y abarca a otros rubros. Dice así: "Por fuera del sector industrial, se observan también repuntes en la mayoría de los indicadores que correlacionan con la actividad económica. Por ejemplo, en aquellos sectores muy afectados por la pandemia (como gastronomía, turismo y actividades culturales) comienza a visualizarse un gradual repunte tras el retroceso que implicó la segunda ola de abril-mayo".

Según el informe oficial, hay más variables que juegan a favor de la mejora de la actividad. Agrega que "los datos de movilidad de Google, que correlacionan significativamente con la actividad económica, en particular con la comercial. Al 12 de julio, los registros muestran la mayor movilidad desde el inicio de la pandemia".

Esa es la clave: que la movilidad de las personas se haya, en los hechos, normalizado. Es lo que se nota en la calle: que el tránsito en el AMBA volvió a congestionarse, y no solamente en las horas "pico".

¿Y el consumo?

La expectativa de Guzmán es que en las próximas semanas se empiece a notar un repunte del consumo. Es el "debe" de la actual administración: a pesar de que la actividad mostró cierto repunte en la primera parte del año (al menos hasta que explotó la segunda ola de coronavirus).

Por ahora, y a pesar de las presiones dentro mismo de la coalición gobernante, el ministro de Economía se quiere manejar con cautela.

Le pone un freno a las demandas para aumentar el gasto público, más allá de que en las últimas semanas comenzó a fluir la asistencia del Banco Central al Tesoro, para darle liquidez a los anuncios ya concretados: incremento de la llegada de la tarjeta "Alimentar" y de otros planes sociales.

Para las próximas semanas ya está pautado el bono de $5.000 para jubilados y pensionados que ganan hasta dos haberes mínimos ($46.300).

Guzmán teme que un exceso en la emisión de pesos alimente la brecha cambiaria. La suba del "blue" desde que empezó julio causó sorpresa en el equipo económico, ante el agrandamiento de la brecha al 90% entre el "blue" y el "mayorista".

El sobresalto tiene que ver con que se adelantaron los tiempos. En el equipo económico admiten que "siempre hay tensiones" en la previa a las elecciones, pero reconocen por lo bajo que los sorprendió el "timing".

El mal recuerdo de lo sucedido el año pasado, cuando el "blue" trepó a los $195 (serían unos $260 actuales), puede que sea inmovilizador a la hora de tomar decisiones. Un salto adicional del "paralelo" echaría por tierra una buena chance electoral para el oficialismo.

Por eso mismo Guzmán es conservador. Sin embargo, el período electoral que se avecina lo obligará a tener una mayor dosis de audacia.

En Economía descartan que habrá más anuncios "sociales" de acá a septiembre, y también hasta las elecciones de noviembre.

En Economía descartan que habrá más anuncios "sociales" de acá a septiembre

Un dato oficial parece darle chances a las expectativas optimistas de los funcionarios:

En junio las ventas reales (en precios constantes) con el programa "Ahora 12" alcanzaron los $62.676 millones y se ubicaron 4,2% por encima de las de junio de 2020. Así, en el primer semestre fueron 16,3% superiores a las del mismo período del año pasado.

Por ahora, el consumo de productos masivos se mantiene en rojo, por culpa de la aceleración inflacionaria con salarios que claramente pierden la carrera contra los precios.

Por eso mismo, el Gobierno le pone fichas a que la reapertura de las paritarias ayuden a mejorar el perfil de los consumidores.

Concretamente, unos 2,3 millones de trabajadores de cuatro gremios distintos tendrán un adelanto en la revisión de sus paritarias en las próximas semanas.

Se trata de los empleados de comercio, que había firmado una recomposición salarial del 32%, que quedó muy lejos de la expectativa inflacionaria y de lo que están haciendo otros gremios grandes.

También la UOCRA, unos 450.000 trabajadores, que habían arreglado un 35,8% en cuatro cuotas.

En el caso de los estatales de UPCN y de ATE, en abril había convenido un incremento del 35% en seis cuotas. Engloban a unos 380.000 empleados públicos.

La UOM cierra la lista de los más grandes que renovarán sus paritarias en las próximas semanas. También habían cerrado por un 35% en cuotas.

¿Alcanzará este envión para modificar el golpeado escenario del consumo masivo?

Difícil el pronóstico en una Argentina que hace rato dejó de ser lineal. En donde poner un peso en el bolsillo de la población no tiene por qué traducirse en una mejora del consumo sino, más bien, en una presión adicional en el mercado cambiario.

Esa es la realidad económica actual, muy lejos de la teoría de los libros de texto. Y más cerca de la pesada verdad. En donde manda la incertidumbre y la falta de expectativas positivas.