Por primera vez desde el estallido de la pandemia, el consumo masivo registró un dato positivo. De acuerdo a la consultora Scentia, una de las más importantes del mercado, relevó que en julio, el consumo masivo mostró una mejora del 1,7% en julio en relación con el mismo mes del año pasado.

Para tomar dimensión de la relevancia de este registro: en el acumulado anual (enero a julio), el consumo masivo sigue con un signo negativo, de nada menos que el 6,2% contra el mismo período de 2020.

El dato positivo aparece a 25 días de las PASO, y de ahí su relevancia política. ¿Podría dar cuenta de una mejora del clima económico, cuando aún persisten otros registros negativos, como el salto del desempleo y la extensión de la pandemia?

A eso se juega la Casa Rosada. A una recuperación del poder adquisitivo, aun cuando el Estado da cuenta de sus límites para poner una mayor dosis de asistencia social cuando los efectos de la pandemia y la elevada inflación siguen haciendo estragos en una amplia franja de la sociedad.

Dice el informe de Scentia: "Este cambio en la tendencia se explica por el buen desempeño en el canal Supermercados, cuya variación contra el año 2020 fue +5,4% y la importante desaceleración en la caída que arrastraban los Autoservicios, cerrando el mes de julio en -1,4%".

Fin de la tendencia negativa

Como puede percibirse, la mejora -en todo caso- es incipiente y lo más relevante es que, antes que una recuperación importante, se cortó la tendencia negativa gracias a la apertura de las actividades tras el cierre por la pandemia.

Por eso mismo, hay una apuesta de la Casa Rosada para que haya una reapertura masiva de las paritarias, tanto en el sector privado como así también en la administración pública.

Por ahora, el Gobierno está jugado a que una discreta mayor dosis de ayuda social "por abajo" (a jubilados de la mínima y a los sectores que perciben programas sociales) ayudará a la recuperación del consumo, que se mantiene en peores niveles que en la pre pandemia.

La otra apuesta, destinada a los trabajadores sindicalizados, refiere a que las paritarias se revisen apuntando al 45% para este año. Un nivel más cercano a la inflación estimada para este 2021, y bien por arriba de lo que se había previsto hasta hace sólo unos meses.

La Casa Rosada juega sus cartas a una recuperación del poder adquisitivo

Después del sacudón cambiario del año pasado y con las negociaciones con el Fondo Monetario en curso, Martín Guzmán privilegió el orden. Tanto fiscal como monetario. A tal punto que, aun con las restricciones por la segunda ola de la pandemia, mantuvo inactivos tanto el ATP como el IFE, los principales programas de asistencia social y gasto Covid.

Los $2 billones emitidos por el Banco Central el año pasado se redujeron a unos $670.000 millones en la primera parte de este año. 

¿Le alcanzará al Gobierno para potenciar sus posibilidades electorales? A priori, estos primeros indicadores positivos lucen escasos para cambiar el malhumor social. Por eso, la obsesión oficial por mantener planchado el dólar y despejar algo de la incertidumbre preelectoral.