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"Tenemos que prepararnos para más controles en el frente cambiario"

Lo dijo Fabio Rodríguez, de la consultora M&R, quien anticipa una aceleración del ritmo de la devaluación mensual, debido a la creciente brecha cambiaria
03/10/2021 - 07:55hs
"Tenemos que prepararnos para más controles en el frente cambiario"

"No veo una megadevaluación", es la primera definición de Fabio Rodríguez, experto en finanzas y ex director de la Fundación Capital y ex director del Banco Provincia durante la crisis 2008-2009. No obstante, el socio de la consultora M&R cree que la situación cambiaria luce muy compleja y que el Gobierno tendrá que tomar medidas adicionales hasta las elecciones de noviembre para evitar males mayores.

A continuación, el diálogo de Rodríguez con iProfesional.

-Piensa, como algunos de sus colegas, que esta brecha cambiaria desembocará en una devaluación abrupta?

-No veo una megadevaluación pero sí una aceleración del ritmo de devaluación mensual. Las distorsiones en las principales variables nominales han sido la nota saliente a lo largo del año (exceso de pesos, escasas reservas, tipo de cambio pisado, aceleración inflacionaria, salarios atrasados). Sin embargo hasta agosto se mantuvo un objetivo central relacionado con el mercado cambiario: contención del dólar y brecha sin perder reservas. Las ayudas extraordinarias (DEGs y shock positivo de términos de intercambio justo cuando salía la cosecha) y una expectativa electoral que lucía relativamente favorable para el oficialismo ayudaron a dicha estabilidad.

-¿Y qué pasó, por qué se agravaron las expectativas?

-El colapso electoral del oficialismo y el comienzo de la sequía de divisas, en un contexto de repunte de la actividad que consume dólares vía importaciones, están dando vuelta la ecuación. En septiembre el BCRA perdió unos u$s1.000 millones, entre la intervención en el MULC y en la contención del CCL, y así todo la brecha se le escapó a casi el 100%. Si bien esto no luce sostenible, no quiere decir que vayamos inexorablemente a una megadevaluación y desestabilización nominal profunda, tal como postulan algunos sectores y analistas más alarmistas. Como siempre invocan Celestinos y traumas de los ’70 e hiper al estilo de fines de los ’80 y otras reminiscencias del pasado de las cuales estamos lejos y con mucho más margen de acción para doblar y no chocar.

El economista Fabio Rodríguez advierte sobre el movimiento del dólar.
El economista Fabio Rodríguez advierte sobre el movimiento del dólar.

-¿Doblar en este contexto significa tomar medidas adicionales en el corto plazo?

-Desde ya que tendremos que prepararnos en esta transición hasta las elecciones generales para más controles y algo de arena en la rueda del acceso a divisas para importar, que puede ralentizar el tirón que está pegando el nivel de actividad en esta parte final del año, en buena medida por mejora de ingresos y demanda, pero con el objetivo de no hacer aún más olas en el mercado cambiario antes de votar en noviembre.

-¿Un acuerdo con el FMI ayudaría a estabilizar?

-El acuerdo con el FMI es imprescindible para estabilizar, pero requiere acompañarse de otras cuestiones no menores. El acuerdo "per se", sin la voluntad de formular una política macro orientada a estabilizar y crecer no servirá para nada. Apenas será un desahogo con respecto a los vencimientos impagables de 2022 en adelante. En cualquier escenario resultará inevitable la aceleración del ritmo de devaluación. La posición de reservas internacionales es muy vulnerable y lo será aun más hacia fines de año luego del período electoral. Un acuerdo con el FMI y tener un plan más robusto que la simple formulación del Presupuesto 2022 (que a su vez tiene proyecciones algo voluntaristas, como la inflación) serán imprescindibles para moderar el sinceramiento que se requerirá en el mercado cambiario.

El acuerdo con el FMI, en este sentido, estaría operando como un reaseguro para minimizar la probabilidad de un shock. Hay otro aspecto importante de la necesidad de cerrar un acuerdo con el FMI y es que Argentina necesita bajar el riesgo país y reinsertarse en el acceso al financiamiento, para comenzar a renovar los vencimientos de la deuda privada reestructurada, que ahora no son una urgencia pero que están en el horizonte.

-¿Cómo cree que seguirá la economía después de las elecciones, y ya de cara a 2022?

-Para imaginar el curso económico post elecciones tenemos que partir del escenario político emergente post noviembre. Cuánto caudal electoral recupera o no el oficialismo respecto a la derrota en las PASO y cómo decanta la crisis política en el seno de la coalición gobernante. Por ahora está en una suerte de impasse, donde la mayoría de los actores que toman decisiones económicas y financieras y forman expectativas, imaginan una segunda vuelta en las tensiones y en la formulación definitiva del gabinete para encarar la segunda mitad del mandato.

Si la crisis política se despeja, si el Gabinete se afianza y se encamina un acuerdo con el FMI, me imagino una economía saliendo del cortoplacismo electoral para trabajar en remover muchas distorsiones pendientes con el objetivo de sustentar la recuperación económica y del empleo pos pandemia. Este debiera ser el objetivo central junto con estabilizar variables nominales que hoy lucen totalmente inconsistentes, como la convergencia de las cuentas fiscales y su financiamiento monetario. Sin resolución de la crisis política estaremos en el mejor de los casos surfeando una estanflación prolongada, quizás sin crisis, de la mano del FMI, pero sin confianza y sin financiamiento para crecer.

Para Rodríguez,
Para Rodríguez, "el acuerdo con el FMI es imprescindible para estabilizar".

-¿Cuáles serían las medidas o decisiones que podrían ayudar a una recuperación sostenida?

-Se requiere sacar la mirada y acciones de política del corto plazo para apuntar a despejar el horizonte tratando de remover muchas distorsiones acumuladas, que condicionan los grados de libertad para la política económica. Hay que ocuparse de estos desafíos en el marco de un programa macro más articulado y coordinado. Esto desde lo macro podríamos decir que es más congruencia entre la pata fiscal, monetaria y cambiaria-financiera de la economía. Y desde lo micro, por ejemplo, con más iniciativas al estilo ley agroindustrial, ley de hidrocarburos o del conocimiento y menos cepo a la carne, menos combate a la inflación controlando precios y amenazando cerrar supermercados. Hay que reconciliar mucho más la visión predominante de la economía desde la demanda con la mirada de la producción, las inversiones, las exportaciones y la generación de empleo genuino

-¿Eso cómo se traduce con hechos?

-Pasada la fase aguda de pandemia, yo diría que es momento de volver a pensar mucho más en el interesante decálogo de políticas y consensos que formulaba allá por fines de 2019 el equipo económico del Presidente electo. Estabilidad macro, exportaciones, políticas productivas y financiamiento para la inversión y empleo, productividad inclusiva, apertura inteligente de la economía, por citar algunos puntos. Hay miradas, políticas e instrumentos en áreas del gobierno orientadas en este sentido, que lamentablemente se han ido neutralizando en parte por las urgencias de la pandemia pero también por el énfasis -a mi juicio equivocado- de recaer en aspectos de la economía que abrevan en el período 2011-2015.

-¿Qué les está recomendando a sus clientes?

-Aguantar la incertidumbre y volatilidad hasta que culmine el ciclo electoral de medio término, que será en el corto plazo y hasta que decante la crisis política en el seno del oficialismo con una actitud más defensiva, pero paralelamente prepararse de manera más agresiva para las oportunidades que se irán afianzando cada vez más al salir de la pesadilla de la pandemia.