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Combustibles y tarifas: dos "bombas" para el bolsillo que deberá resolver el Gobierno tras elecciones

En un año en el que el Gobierno no pudo poner en marcha el "plan platita", la bola de subsidios constituye un dato político clave para lo que viene
09/11/2021 - 13:00hs
Combustibles y tarifas: dos "bombas" para el bolsillo que deberá resolver el Gobierno tras elecciones

A pocos días de las elecciones, el Gobierno busca dar buenas noticias y algún grado de certeza a los deteriorados bolsillos de la población. La última novedad, ayer por la tarde, fue que los laboratorios aceptaron congelar los precios de los medicamentos expendidos bajo receta, hasta la primera semana de enero.

Se trata del segundo acuerdo alcanzado por Roberto Feletti desde que asumió como secretario de Comercio, luego de la canasta de 1.482 alimentos, bebidas y productos de limpieza e higiene consensuada con ese sector.

Hay otros rubros en los que no luce tan claro que pueda mantenerse el sendero de precios más allá de las elecciones del domingo.

O, mejor dicho, hasta cuándo se extenderá el congelamiento que rige desde hace algunos meses. Las presiones son elocuentes y las resoluciones, también serán distintas.

Un sector que pugna por romper el congelamiento de precios es el de los combustibles. Fue el propio presidente de YPF, Pablo González, quien dio a entender las complicaciones para sostener ese esquema.

"Si tuviéramos paridad de importación, el litro de nafta costaría 1,7 dólares" ($170 al tipo de cambio oficial), aseguró el directivo en las últimas horas.

No lo dijo directamente, pero el funcionario dio a entender que la brecha con los $91 que cuesta la nafta súper en la ciudad de Buenos Aires luce difícil de sostener en el corto plazo.

"El valor de referencia del petróleo que toma la Argentina (Brent) está en u$s83 el barril. En el mercado interno se está comerciando en u$s60 el barril. Eso marca una diferencia", explicó González.

Distintos referentes de la industria, consultados por iProfesional, advirtieron que el precio de la nafta súper se encuentra, "por lo menos", entre 30% y 35% retrasado.

El precio de la nafta súper se encuentra "por lo menos" entre 30% y 35% retrasado

Implicaría un precio de la nafta súper de entre $118 y $123 por litro, siempre teniendo en cuenta los valores que se manejan en la CABA.

Los precios de los combustibles se encuentran congelados desde mayo último. En los primeros cinco meses del año registraron una suba del 34%, contra una inflación acumulada en torno al 41% en los primeros diez meses del año.

A esa diferencia, entonces habría que aplicarle una parte de la suba del barril de crudo, que dejó relegado el precio de referencia local. Esa brecha (entre u$s60 y u$s83) alcanza hoy al 38%.

Tal como ya publicó iProfesional, empresarios nucleados en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) advirtieron que el segmento de las estaciones de servicios "blancas" –esto es, sin bandera de alguna compañía– empezó a evidenciar faltantes y varios propietarios elevaron un reclamo ante la Secretaría de Comercio Interior.

Será una de las cuestiones que deberá resolver Feletti.

Está claro que el precio de los combustibles excede a una secretaría. Incluso excede a un ministro. Se trata de uno de los precios referentes para toda la economía y la decisión se toma en el máximo nivel político.

El ejecutivo de una de las petroleras privadas consultadas por iProfesional dijo anoche que veía "difícil" la decisión de un aumento antes de fin de año, tomando en cuenta que el Gobierno acaba de firmar acuerdos de congelamientos de precios hasta la primera semana de enero de 2022.

"El Gobierno no va a conceder aumentos a un sector, en detrimento de otro al que acaba de congelar los precios de sus productos", razona el directivo de la petrolera a iProfesional.

El frente abierto con las petroleras no es el único sobre el que deberá intervenir la Casa Rosada.

Para después de las elecciones del domingo también espera el tema tarifario. El Gobierno se comprometió a tener listo un esquema de segmentación, que todavía no trascendió, pero sobre el que estuvo trabajando la secretaría de Energía.

Es, a esta hora, el tema más sensible a resolver una vez que se abran las urnas.

Martín Guzmán había diagramado una dinámica de aumentos para el año pasado que, no sólo quedó en la nada, sino que deparó en una crisis interna cuando el ministro quiso relevar a un subsecretario que respondía a Cristina Kirchner.

El precio de la luz y el gas, pero también el de las naftas, irá atado a lo que se resuelva con el Fondo Monetario

El problema con las tarifas es que la cuenta de los subsidios continúa en una dinámica de incremento imposible de frenar si no se toma la decisión de aumentar el costo de la energía que consumen los hogares. Sobre todo los de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.

El precio de la luz y el gas, pero también el de las naftas, irá atado a lo que se resuelva con el Fondo Monetario.

El acuerdo con el FMI despejará las dudas sobre ambas cuestiones, dado que es imposible que en un esquema de acuerdo con el organismo, la cuenta de los subsidios siga creciendo.

Un estudio realizado por Alejandro Einstoss, consultor en el sector energético e integrante del Instituto Argentino de la Energía Gral Moscon, detalló que los subsidios de este año alcanzarán a la fiolera de u$s10.000 millones.

Lo expuso en un informe reciente de la consultora Econométrica: "Los subsidios corrientes al sector energético se duplicaron desde el inicio de la actual administración. Desde enero de 2020 los subsidios energéticos -acumulados en 12 meses- crecieron 113% pasando de u$s4.400 millones a u$s9.488 millones a septiembre de 2021 con proyecciones de terminar el año por encima de los u$s10.000 millones, equivalente a 2.5% del PBI".

En un año en el que el Gobierno no pudo poner en marcha el "plan platita" por los límites fiscales y monetarios que el propio Guzmán le impuso al ala política del Gobierno, el hecho de que la bola de los subsidios se incremente sin parar constituye un dato político clave para lo que viene.

¿Cambiará la estrategia el oficialismo u a vez que pasen las elecciones? ¿Pondrá la mira más en la sostenibilidad del rumbo económico más que en el corto plazo? ¿Mejorará la gestión de los "funcionarios que no funcionan"?

Son todas cuestiones que, a pocas horas de las elecciones, siguen sin respuesta. Se comprende en el actual contexto político, donde el oficialismo se ve obligado a mejorar sus chances en las urnas.

Pero dejará de tener viabilidad apenas pasen las elecciones. Ahí empezará otro partido, donde el diagrama de largo plazo debería ganarle a los intereses de cortísimo plazo. El arte político, en todo caso, será encontrar los márgenes para hacerlo posible.

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