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La economía que viene: qué esperar para el dólar, inflación, consumo y crecimiento de la economía en 2022

Estas son las perspectivas que se abren para algunas de las variables macroeconómicas más importantes, luego de un año sumamente complejo
25/11/2021 - 11:00hs
La economía que viene: qué esperar para el dólar, inflación, consumo y crecimiento de la economía en 2022

La semana pasada, Martín Guzmán intentó dar previsibilidad sobre lo que pasaría en Argentina en los próximos meses en variables clave como el acuerdo con el FMI, inflación, dólar y salarios, entre otras. Esto, como respuesta al cuestionamiento de su credibilidad luego de lo que le sucediera en el contexto eleccionario, con pedidos de expansión del gasto público, asistencia social e incremento del déficit fiscal, entre otros.

La dinámica de crecimiento del país se puede evaluar a partir de distintas variables de política económica, tales como Producto Bruto Interno (PBI), inflación, tipo de cambio, consumo privado y, además, el resultado fiscal. Todas estas variables nos van a indicar cómo se encuentra la economía del país y, a su vez, nos van a servir para pronosticar y predecir el mediano plazo de la economía.

Los invito a revisar estas variables para evaluar la situación de Argentina y comprobar o desmentir si realmente el país se encuentra en una senda de crecimiento sostenido o si se está gestando una crisis, ya que hace más de una década que existen desequilibrios económicos como la presión impositiva, gasto público excesivo y aumento generalizado de precios, entre otros. Por ello, vamos a evaluar variables macroeconómicas claves con sus distintas perspectivas a futuro para identificar qué es lo que se viene en los próximos meses.

En primer lugar, partimos del PBI que al finalizar el 2020 se desplomo un 9,9%. Entidades como el FMI, Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tienen estimaciones positivas para el cierre del 2021 positivas debido a que existiría una recuperación impulsada por las reaperturas de sectores que antes se encontraban cerradas o funcionando al 50% de su capacidad por cuestiones sanitarias.

El Relevamiento de las Expectativas de Mercado (REM), nos ofrece el dato más alentador con respecto al crecimiento del PBI: para el 2021 espera un 8,3% y para el 2022 un 2,3% como vemos debajo. El propio Gobierno proyecta cerrar este 2021 con un rebote en la economía y crecimiento del PBI del 9%.

Ahora, nos vamos a enfocar en examinar los datos de la inflación, por lo que hay que recordar que el último dato del INDEC mostró que el Indice de precios al Consumidor (IPC) en octubre 2021 subió un 3,5% respecto a septiembre, acumulando así una inflación interanual de 52,1%.

El REM espera que finalice el 2021 con una inflación de 50,42%, debido que se estima que los dos últimos meses del año se continúe con una inflacion mensual del 3%. Guzmán detalló que la inflación de noviembre sería menor a la de octubre. Sin embargo, diciembre es un mes de estacionalidad muy fuerte en la variación de precios, sobre todo en un rubro delicado como Alimentos y Bebidas.

Quizás lo más lamentable es que el piso de Inflación para 2022 está en 50% nuevamente y podría acelerarse a entre el 60% y 70% de corregirse todos los precios relativos de la economía y no lograr equilibrar la macroeconomía post acuerdo con el FMI.

 

Si analizamos el consumo privado, que hace referencia al gasto que realizan las familias, personas y empresas en bienes y servicios, el último dato del INDEC mostró que en el 2020 existió una fuerte caída de un 13,8%. Sin embargo, distintas consultoras privadas predicen un repunte al cierre del 2021. Por ejemplo, C&T espera un alza del 7%, debido que éste aumentaría porque el público demandaría bienes durables como sustituto de pesos; CEPAL por su parte prevé una recuperación del 7,5% y Orlando J. Ferreres, del 8%. Es decir, asegurando datos más alentadores con respecto al 2020, pero incluso así son valores por debajo del promedio de los últimos años. Para el 2022, en el Informe de LatinFocus anticiparon valores más cerca al 3,1%, debido al poco optimismo sobre la situación financiera y económica del país.

 

Con respecto, a la situación cambiaria se debe mencionar que en Argentina existen más de 10 tipos de cambio que se encuentran desfasados con respecto al tipo de cambio oficial; por ejemplo, si vemos el dato valor del dólar oficial con respecto al paralelo, la brecha se encuentra en un 100%.

Por su parte, el REM pronostica que el tipo de cambio oficial se encontrará en un valor de $101 y finalizará el año en $105, implicando así una variación interanual cercana al 27,1%, dato bastante conservador con respecto a las demás variables que se encuentran acelerándose por las complicaciones fiscales. Para el 2022 se prevé una variación del tipo de cambio nominal de 51,3%, debido a que se espera para los próximos meses una fuerte corrección, llegando así a diciembre 2022 a $158,92, tal como se proyecta. 

 

La ultima variable a evaluar será el resultado fiscal y, de acuerdo a los datos del presupuesto, se esperaba un déficit fiscal de entre el 4 % y 4,2% del PBI, pero debido a las últimas medidas del Gobierno que se vienen efectuando se proyecta que este año se terminaría con un déficit más cercano al 3% a 3,6%. Es decir, se sobrecumpliría la meta fiscal de al menos un punto porcentual, lo cual permitiría dejar sentado la voluntad de baja del déficit, pero a pesar de ello este valor, esto sería insuficiente para cerrar el acuerdo con el FMI.

 

Todas estas variables antes presentadas nos permite prever qué nos deparará la economía de cara a los próximos meses. Claro que, en el marco del tan esperado acuerdo con el FMI, se espera que estas variables vayan ajustándose a una meta fiscal mucho más ambiciosa, que nos propondría esta entidad internacional.

En conclusión, la lógica del Gobierno es avanzar sobre un ordenamiento fiscal para que el tipo de cambio vaya cerrando la brecha, el consumo privado tenga una trayectoria ascendente más estable, se elimine el rojo del resultado fiscal y, por supuesto, el PBI pueda mostrar una curva ascendente en el tiempo. Todo lo antes dicho, en los números suena bastante factible, pero esto tiene que equilibrarse con un acuerdo con el FMI y con el humor de la sociedad que está bastante "agrietada" después de las elecciones.

Es por ello que encontrar un trade off entre hacer las reformas que son necesarias y urgentes y que éstas puedan ser consensuadas con la situación del ciudadano de a pie, será la próxima tarea que nuestros hacedores de política deberán tomar en cuenta al momento de cerrar un acuerdo con el FMI y que esto permita pulsear correctamente la elaboración de un plan económico.

Transitar este camino será bastante complejo en el futuro cercano y no solo porque el ajuste afectará a los sectores más vulnerables, sino que esto se deberá recorrer con un Gobierno con un alto índice de desconfianza y falta de credibilidad; lo cual puede mejorar en un mediano plazo si el oficialismo y las nuevas autoridades electas puedan generar un clima de tranquilidad en que se seguirá un sendero de crecimiento. Sin embargo, esto no es lo que está pasando ahora debido que, al no explicar claramente la situación fiscal a todos los actores de la economía -y más aún, al presionar con distintas medidas como más impuestos-, solo se encontrarían "potenciando para mal" una situación ya de por sí compleja.

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