Pacto social: gremios presionan por mayores sueldos

El gobierno quiere que las subas no superen el 12% o 15% en 2008. La CTA se sumó al rechazo de la CGT y pide llevar el mí­nimo a $2800 como cobra SMATA
Por iProfesional
ECONOMÍA - 06 de Noviembre, 2007

Cristina Fernández de Kirchner quiere que el lí­der de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Hugo Moyano, actúe como garante sindical de un "pacto social" que fije un tope máximo para la suba de salarios.

La primer mandataria electa piensa que Moyano deberí­a ser el encargado de aprobar que los aumentos de los sueldos no superen un 12% o 15% a lo largo de 2008. Sin embargo, el titular de la CGT ya anunció que "siempre va a reclamar" que el sueldo de los trabajadores continúe recuperándose.

El fin de semana, Moyano advirtió que el futuro gobierno debe contemplar a los ingresos "postergados" y señaló que un ajuste en las tarifas de luz y gas debe ser acompañado de una mejora en los salarios. El ex representante de los camioneros defiende las paritarias argumentando que los acuerdos salariales gremio por gremio no generan un proceso inflacionario.Mientras tanto, un grupo de gremios comenzó a reclamar un "bono navideño", como una forma de compensar el salario de los trabajadores de los embates de la inflación y eludir así­ un posible "bloqueo" de paritarias, al tiempo que el sindicato de Bancarios ya inició una renegociación de los sueldos.El grueso de los sindicatos pretende conseguir los beneficios obtenidos desde SMATA, a manos de José Rodrí­guez, quien logró una bonificación promedio de $2.800.

Sólo que ese plus surge del boom del sector, y no del "proceso inflacionario" que utiliza la UOM como punta de lanza para encarar una negociación similar.

En general, los distintos sectores de la CGT, coinciden en no regir sus reclamos salariales por el í­ndice de inflación que elabora el INDEC. Por eso afirman que que el 16,5% promedio que dejó la ronda de paritarias de este año ya quedó superado por la inflación real. Así­ las cosas, los sindicatos condicionan el acuerdo con los empresarios a que los aumentos salariales superen un piso mí­nimo del 12 por ciento.Primeras negociacionesEl Sindicato de empleados bancarios, comandado por Juan José Zanola, apura el inicio de una renegociación salarial acusando que "la inflación del año ya superó el 15 por ciento"."Si miramos los productos de la canasta básica no dirí­a que tuvimos un aumento de 30% como señalaron algunas consultoras, pero claramente tampoco estamos en 9%", agregó Zanola, casi a modo de anticipo de los que serán sus fundamentos a la hora de esgrimir el pedido de aumento. La oponión de la CTA La Central de Trabajadores Argentinos (CTA), a través de Hugo Yasky, advirtió a la electa presidenta Cristina Fernández que no aceptará un "techo arbitrario" para la futura recomposición por la heterogeneidad de la estructura salarial que impide aplicar un mismo esquema para el conjunto de los trabajadores.La posición de la CTA coincidió con los planteos expresados por varios dirigentes de la CGT que ya desde ayer criticaron el margen que el oficialismo proyecta para los aumentos porque apenas cubre la mitad del 30% de recomposición que la mayorí­a de los gremios espera conseguir en la próxima paritaria.

Además, la CTA al igual que los gremios nucleados en la CGT, hizo saber su desconfianza con la posibilidad de atar los salarios a la evolución de la productividad. "Creemos que es positivo instalar institucionalmente la discusión (de los salarios), pero será una trampa si la negociación está acotada o direccionada a priori por una agenda cerrada", señaló Yasky al Cronista en alusión a la alternativa de participar de un acuerdo social en el que la pauta para los aumentos esté resuelta de antemano.Al respecto, insistió en que la central que dirige considera como "una práctica negativa" que desde el Gobierno se establezcan "topes prefijados" para limitar los aumentos porque "se parte de pisos salariales absolutamente desparejos" y "un porcentaje puede servir para algunos, pero no para todos". A partir de ese análisis, la intención de la conducción CTA es llevar a la mesa de la concertación un esquema basado en la alternativa de establecer en forma gradual un mí­nimo salarial equivalente al valor de la canasta básica total, que de acuerdo con la evolución de los precios actualmente superarí­a los $2.800.

Para la entidad, ese mí­nimo funcionarí­a como piso a partir del cual el resto de los gremios negociarí­an los aumentos para su respectivo sector."La apuesta es avanzar en la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores y en la redistribución del ingreso por lo que no se pueden seguir definiendo los salarios por el valor de la canasta que determina la lí­nea de pobreza", añadió Pedro Wasiejko, uno de los miembros de la conducción de la entidad que lidera Yasky. El dirigente incluso planteó la posibilidad de que en lugar de tomar la productividad para la negociación salarial se tenga en cuenta el nivel de rentabilidad de las empresas.La CTA decidió llevar a la concertación una propuesta consensuada en conjunto con organizaciones empresarias, como la Federación Agraria y la banca cooperativa, que proyecta avanzar más allá de la discusión de precios, salarios y tarifas, impulsando propuestas como la reforma del sistema tributario, el impuesto a la renta financiera, el seguro de empleo y formación, la promoción de pymes y una serie de medidas tendientes a fortalecer la registración laboral.

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