Petróleo: el Gobierno pone techo a ganancia de empresas

El exportador cobrará u$s42 por barril y el excedente respecto al precio internacional quedará para el Estado. La medida implica un profundo cambio
Por iProfesional
ECONOMÍA - 16 de Noviembre, 2007

Bastaron un par de resoluciones para ordenar un poco la caja. La primera, que comenzó a regir el último lunes, por la que el Gobierno aumentó el impuesto a las exportaciones de granos. La otra, que se anticipó este jueves, elevará aún más las retenciones a las exportaciones de petróleo, llevándolas hasta casi un 60%. Además, multiplicó por diez la tasa para las naftas. 

En ambos casos, el ministro de Economí­a, Miguel Peirano, se encargó de anunciar las polí­ticas. También fue quien las justificó, al afirmar que contribuirán a lograr una mayor estabilidad de precios en el mercado interno. El objetivo es claro: disminuir la "tentación" de los exportadores de vender al mundo a precios que se disparan cada vez más, algo perjudicial para el consumo local (ver nota "La 'inflación importada' cada vez impacta más en suba de precios").

Pero también tienen que ver con un fin mayor: entregarle a la nueva presidenta un superávit más robusto, que proteja a la economí­a local de las turbulencias que puedan ocurrir en el contexto internacional. También sirven para amortiguar el aumento en el gasto público registrado en el último año.

Es así­ como ahora el petróleo y la soja, pasando por el girasol, trigo y hasta el maí­z, tienen cargas impositivas mayores a las que tení­an el mes pasado.

Con los granos, el Gobierno recaudará unos u$s1.500 M adicionales. En el caso del crudo, la cifra dependerá de los vaivenes de la cotización del barril (WTI) en el mundo dado que el nuevo esquema establece que el Estado se quedará con todo importe que supere los u$s42.Si el crudo cotiza a u$s100, u$s42 irí­an para el exportador y la diferencia de (100-42) quedarí­a en las arcas gubernamentales. En el ejemplo, u$s58.

Esta fórmula es aplicable para las cotizaciones actuales, no así­ si el precio del barril cae por debajo de u$s60,9 el barril (algo por ahora improbable).

El saldo exportable de combustibles y energí­a vino creciendo en forma continua hasta el 2006 (u$s6.000 M), pero este año se registrarí­a una baja importante cercana al 35% (u$s3.800 M).

Nuevo esquemaEl nuevo esquema de retenciones para las exportaciones al petróleo comenzará a regir el dí­a después de la publicación en el Boletí­n Oficial de la resolución 394. Así­, si el precio internacional es:

  • Si el precio internacional del crudo es: -mayor a 60,9 dólares: el Estado se quedará con el excedente a 42 dólares -entre 60,9 y 45 dólares: en esta franja retendrá el 45%-cae por debajo de los 45 dólares: queda a definir mediante nueva resolución
  • El mismo criterio se aplicará a los productos derivados tales como naftas, kerosenos, fuel oil y aceites lubricantes, para los que rigen valores de corte y de referencia diferentes a los aplicados al crudo. En este rubro es donde se sentirán con mayor impacto las medidas dispuestas por el Gobierno. Tanto las naftas como el combustible de aviación estaban gravados con un 5%. Ahora pasarán a tener la misma retención que el crudo de casi 60%.
  • Para otros aceites, vaselinas, parafinas, coque, betunes y asfaltos, se aplicará un derecho de exportación en porcentaje igual al que resulte para el petróleo crudo.
  • El precio internacional del crudo y derivados será calculado en forma diaria por la Dirección General de Aduanas y fijado por la Secretarí­a de Energí­a.

La Ley de Emergencia -prorrogada hasta el 2012- estableció retenciones a las exportaciones de crudo, las cuales en el 2002 se fijaron en 20%. En mayo de 2004, se incrementaron al 25% sobre el precio internacional del barril, y desde agosto del 2004 rige el esquema vigente de retenciones fijas y móviles (hasta la publicación de la nueva escala).

ConsecuenciasSegún los especialistas, al incrementar las retenciones para las exportaciones de petróleo y sus derivados se producen dos efectos:

  • Los precios locales se separan de los internacionales, quitando incentivos al ahorro por parte de los consumidores -tanto industriales como residenciales-, lo que no es positivo tratándose de productos no renovables.
  • Disminuyen los incentivos para el aumento de la producción. Este es un punto clave si se tiene en cuenta la caí­da en la producción de petróleo que se verifica desde 1998.

Boom y caí­daDesde 1990, la Argentina alcanzó la ansiada autosuficiencia en términos de combustibles y energí­a. Gracias a los superávits alcanzados, a partir de 2002 el sector transfirió considerables recursos al resto de la economí­a y al Gobierno nacional, ví­a transferencias cruzadas en el primer caso y retenciones en el segundo. La escala de las retenciones establecida a partir de ese momento benefició la exportación de productos refinados. Es por ese motivo que a partir de 2002 las refinerí­as están operando a plena capacidad, para de esa manera pagar menos retenciones.

Ranking de exportadoresEl año pasado, el principal exportador de petróleo fue Pan American Energy, compañí­a que ostentó el 51% de las ventas externas totales realizadas desde la Argentina, con enví­os por casi u$s750 M. Le siguieron Vintage Oil Argentina, con un 11% y exportaciones por u$s166,7 M; YPF (11% y u$s164 M) y Chrevron Internacional, responsable del 8% de las exportaciones, por un valor de u$s119 M, entre otras.

Hacia un esquema deficitarioA pesar de la mayor actividad, la producción de petróleo está cayendo desde 1998. Y mientras que el consumo sigue creciendo, los saldos exportables están disminuyendo aceleradamente.

Si bien existe una tasa que optimiza la recaudación tributaria, a partir de que aquella alcanza cierto nivel disminuye la masa imponible y, por lo tanto, caen los ingresos en las arcas fiscales. Cada vez se ve más cercano el momento en el que el paí­s deje de ser un exportador neto de petróleo y gas, y por lo tanto dejen de existir exportaciones sobre las cuales fijar retenciones. De este modo, comenzará a eclipsarse la performance que el sector energético logró en 2006, que más allá de ciertas restricciones en el mercado interno durante el invierno, pudo lograr un superávit récord de u$s5.785 M, producto de exportaciones también récord por u$s7.522 M e importaciones por u$s1.737 M, incluyendo combustibles lí­quidos y gaseosos. Sin embargo, para 2007, las proyecciones -antes de conocerse la aplicación de retenciones- señalaban que el superávit caerí­a un 35% por un boom importador inédito.

Polémica"El superávit en combustibles y energí­a explica hoy el 50% del superávit total. Intentar apropiarse de una porción mayor de la renta del sector ví­a el incremento de las retenciones es una medida cortoplacista dañina a mediano plazo", explicó un especialista en temas energéticos a infobaeprofesional.com. En cambio, desde la vereda de enfrente, Natalio Kuschnir, del Grupo Moreno, aseguró que "la Argentina no deberí­a estar exportando absolutamente nada porque no tiene petróleo, está exportando a costillas de la disminución, a futuro, de los saldos para uso interno". "Es graví­simo lo que está ocurriendo, la capacidad de los yacimientos está bajando, no hay más petróleo, por eso hay que tratar de conservarlo para uso interno. Hace tiempo tendrí­an que haberse subido las retenciones", aseguró. Más allá de toda polémica, para Gustavo Calleja, ex subsecretario de Energí­a, esta medida no llegará a lastimar considerablemente al sector privado, porque "las empresas tienen permiso para vender a precio internacional el resto de los productos, como fertilizantes, la materia prima para la industria petroquí­mica". "Este es un negocio muy rentable", concluyó.

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